Letizia, seguidora de las novelas esotéricas y las creencias ocultas
La reina de España ha demostrado durante años ser una apasionada de la literatura. Además de no perderse la Feria del Libro, no nos hemos olvidado que, el día de su compromiso oficial con Felipe de Borbón, le regaló un maravilloso ejemplar de 1850 de El doncel de Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra.
Sin embargo, Letizia nos ha sorprendido con el cambio de gustos en la lectura. Según ha publicado El Español, la monarca ha dejado atrás las obras románticas y caballerescas. “Compra últimamente mucha novela esotérica y también muchos de libros de música”, ha revelado una fuente cercana de Casa Real al citado portal.
Por lo visto, la esposa de Felipe VI ha aumentado su interés por las creencias ocultas y prohibidas. Por ejemplo, ha transcendido que las últimas obras que ha adquirido es La iglesia y sus enigmas, donde la escritora Lourdes Gómez Martín descubre los mayores secretos y misterios de la religión católica. Según ha informado El Español, también se ha hecho con un ejemplar de El universo prohibido, libro en el que Lynn Margaret Picknett ahonda en los orígenes de la ciencia.
También ha trascendido a los medios cómo realiza sus compras literarias. Letizia acude a La Central, una de las librerías situadas en la madrileña plaza de Callao. Curiosamente, ella misma llama por teléfono para hacer las reservas, aunque lo hace con un nombre ficticio. Pero lo más fuerte es que la reina va al establecimiento para recoger sus propios libros.
A pesar de los rifirrafes que hayan tenido en público, parece que la mujer de Felipe VI no está tan alejada en gustos de su suegra. Recordemos que Jaime Peñafiel ya contó en Cuarto Milenio que doña Sofía era una aficionada a los ovnis. Además de revelar su reunión con el ufólogo peruano Carlos Paz, el periodista ha llegado a relatar la experiencia paranormal de la reina emérita en 1978, en pleno vuelo con destino a China.
“Serían las cuatro de la madrugada, o las tres y media. De pronto, miré a la izquierda y vi dos focos inmensos, que yo no había visto aproximarse porque iba embebido en la lectura. La luz era tan fuerte que no se podía ver lo que había detrás. La gente se despertó, porque fue como si se hubiera hecho de día. Era más fuerte que la luz del sol, ha contado Peñafiel. Según ha contado el periodista, aquel objeto volador podría haber sido en realidad una nave soviética.