Libertad Lamarque
Convertida en una leyenda de la actuación en toda Latinoamérica, Libertad Lamarque supo desde muy pequeña que su futuro estaba frente a las cámaras. Comenzó a la edad de siete años su exitosa carrera como actriz y cantante de tangos en su natal argentina. Libertad fue productor del amor de Gaudencio Lamarque, hijo de franceses, Josefa Bouza, quien antes de conocer al padre de la actriz había quedado viuda con seis hijos. Lamarque llegó al mundo un 24 de noviembre de 1908, en Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. A la edad de los 18 años de edad, debutó en teatro y en la radio, donde saltó a la fama gracias a su talento como cantante.
El talento nato de la argentina la llevó a debutar en el cine en 1930, cuando protagonizó la cinta de cine mudo Adiós, Argentina, de ahí, las ofertas de trabajo no pararon, tanto en teatro como en el cine, donde lo mismo actuaba que cantaba, lo que la convirtió en uno de los rostros más queridos de aquel país, donde incursión en la primera cinta sonora, ¡Tango!, donde se consagró en 1939, cuando ganó el premio a Mejor Actriz Extranjera en Croacia, gracias a su trabajo en la cinta Puerta cerrada. En 1942 incursionó en la comedia en cintas como Eclipse de sol y Romance Musical.
Fue por esa época en la que Libertad, quien ya era una de las actrices favoritas en su país, protagonizó un roce con la también actriz, Eva Duarte (quien posteriormente se convertiría en la Primera Dama del país bajo el nombre de Eva Perón). Fue durante la filmación de La Cabalgata del Circo, en el año 1945, cuando las actrices tuvieron una diferencia que generó uno de los mitos que más eco hicieron en Argentina, en el que se aseguraba que las actrices protagonizaron un altercado en escena, información que desmintió la propia Libertad en sus memorias:
“Para eso escribí yo, para desmentir cosas que se dijeron a raíz de mi exilio o lo que llamaron exilio, porque yo nunca lo usé. Directamente no tuve nada con ella, ningún enfrentamiento".
En una ocasión, teníamos que estar en Eva y yo en la toma, estaba la cámara puesta para empezar a filmar y no venía. Después de esperar tanto, aparece ella y me dio mucha rabia, porque ya estaba acostumbrada a no cumplir con el trabajo y yo era muy profesional, no iba a decir nada, no lo pensé ni siquiera, me salió del alma cuanto pude doblarme, inclinarme y dije: ‘¡Buenas tardes!’ y eso fue lo único que pasó”, le contó Libertad a la presentadora Mirtha Legrand en 1998.
A finales de los años 40, Lamarque expandió su popularidad conquistando países como México, España, Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, fue precisamente en esta época que adoptó el sobrenombre de La Novia de América. Después de más de una década de éxito en el exterior, la actriz regresó a su natal Argentina para descubrir que existía un bloqueo mediático en su contra (que le atribuyen a sus diferencias con Eva Perón), por lo que tomó la decisión de hacer sus maletas y mudarse definitivamente a México.
“Me lo puso un periodista. En México me encontré con que ya me habían puesto La novia de América, porque a través de mis películas, me había hecho tan popular y querida”.
En su nueva vida en México, Libertad se consagró como una de las actrices preferidas de la época del cine de oro, donde protagonizó historias al lado de grandes figuras como Pedro Armendáriz, Jorge Negrete y Pedro Infante. Experimentó el éxito al máximo, aprovechando la gran plataforma internacional en la que se convirtió su. Una vez que terminó el régimen de Perón en Argentina, Libertad regresó a su país, para participar en algunas producciones de televisión, como la telenovela Amada, de 1983. En México, también incursionó en los melodramas como La Usurpadora, en 1998 o Carita de Ángel, en el 2000, su último trabajo. Fue en medio de esta producción que Lamarque falleció a la edad 92 años.
En el terreno personal, Libertad Lamarque se casó en 1926 con Emiliano Romero, padre de Mirtha Romero, su única hija. El matrimonio concluyó 1935, cuando él aprovechó un viaje de la actriz a Chile para llevarse a su hija a Uruguay, uno de los momentos más retadores en la vida de Lamarque. En México, además de encontrar un nuevo hogar, fue flechada por Cupido con el músico, productor y guionista argentino, Alfredo Malerba, con quien se casó en 1945 y de quien se separó a principios de los 90.