Existe una solución para poner freno a las personas entremetidas

“No hay cosa más fácil que dar consejo ni más difícil que saberlo tomar” – Lope de Vega [Foto: Getty Images]
“No hay cosa más fácil que dar consejo ni más difícil que saberlo tomar” – Lope de Vega [Foto: Getty Images]

Hay personas que tienen un consejo para todo, hasta el punto de llegar a ser francamente molestas, en especial si hacen exactamente lo opuesto a lo que pregonan. Hay quienes son capaces de desplegar un manual de consejos para criar a los niños mientras se desentienden de los suyos. Hay quienes te enseñan cómo mantener una relación de pareja cuando su historial amoroso es una secuencia de descalabros. Hay quienes te explican cómo llevar un estilo de vida activo tumbados en el sofá… Y todo eso con prepotencia, mirándote por encima del hombro. Porque ellos saben. Tú, obviamente, no.

La frustración como hilo conductor

personas entremetidas Los consejos indeseados generan un bucle de frustración que termina atrapando a todos. [Foto: Getty Images]
Los consejos indeseados generan un bucle de frustración que termina atrapando a todos. [Foto: Getty Images]

Dar un consejo cuando nos lo piden, puede ser de gran ayuda y contribuye a reforzar la relación. Sin embargo, dar consejos no solicitados es entrometerse en la vida de los demás, lo cual terminará causando problemas y conflictos.

Dar continuamente consejos no solicitados y pretender además que la otra persona los siga no solo es una muestra de presunción y altanería sino también una falta de respeto porque implica asumir que esa persona no sabe lo que es correcto, no es capaz de gestionar la situación y/o no puede encontrar la solución por su cuenta.

Por esa razón, no es extraño que los consejos no pedidos sean percibidos como desagradables, vistos más como una crítica que como una opinión útil. Y si se repiten una y otra vez a lo largo del tiempo, si alguien te dice continuamente lo que debes hacer, la situación terminará siendo frustrante.

De hecho, la frustración es una constante en los consejos indeseados ya que a menudo se convierte en un bumerán que afecta a quienes aconsejan. Obviamente, esas personas están convencidas de que su opinión es la correcta y única posible, de manera que cuando sus consejos no son aceptados ni apreciados, pueden sentirse profundamente molestas, heridas o resentidas porque representa un golpe para su ego.

El problema radica en que es menos probable que las personas implementen un consejo cuando no ha sido solicitado, lo cual termina generando un bucle de frustración que no le sienta bien a nadie.

¿Por qué la gente va por el mundo dando consejos?

Los consejos indeseados generan un bucle de frustración que termina contagiando a todos. [Foto: Getty Images]
Los consejos indeseados generan un bucle de frustración que termina contagiando a todos. [Foto: Getty Images]

Existen muchas razones por las cuales las personas puede aconsejarte sin que se los pidas. Pueden hacerlo motivadas por el altruismo, con la intención sincera de ayudarte, sobre todo cuando tienes problemas. Ese consejo es su granito de arena para ayudarte a superar lo que estás viviendo, animarte a ver las cosas desde otra perspectiva o transmitirte su apoyo y comprensión.

Sin embargo, la ciencia confirma que a menudo las motivaciones detrás de los consejos indeseados son menos altruistas y más egoístas.

Un equipo de psicólogos de diferentes países descubrió que dar consejos hace que la persona se sienta más poderosa porque percibe que puede ejercer cierta influencia sobre las acciones de los demás. Cuando evaluaron las características de personalidad de los participantes, también constataron que “las personas con una fuerte tendencia a buscar el poder son más propensas a dar consejos”.

Estas personas pretenden colocarse en una posición dominante y de superioridad respecto a los demás. Desean ser vistas como gurús, maestros o sabios a los cuales recurrir. Sin embargo, en el fondo son personas con una visión del mundo rígida y un pensamiento absolutista, que creen tener todas las respuestas o que son más inteligentes o sensibles que los demás.

A menudo tienen una personalidad narcisista y/o controladora. De hecho, suelen pensar que el mundo iría mejor si les dejaran tomar las decisiones o les prestaran más atención. Por lo general, creen que tienen razón y carecen de la humildad necesaria para reconocer que podrían estar equivocadas o que su opinión es tan solo una entre tantas.

No caigas en la trampa de la reactancia psicológica

De los consejos no solicitados, toma lo valioso y olvídate del resto. [Foto: Getty Images]
De los consejos no solicitados, toma lo valioso y olvídate del resto. [Foto: Getty Images]

Ya no somos niños. Atrás han quedado esos años en los que nuestros padres, profesores y cuanto adulto estuviese a nuestro lado nos decía qué debíamos hacer, cómo y cuándo. Es probable que hayas llegado a un punto de la vida en el que te has cansado de escuchar a quienes te dicen lo que debes hacer, de manera que tu primera reacción suele ser rebelarte contra la persona entremetida.

Sin embargo, aunque es la reacción más natural, no es la más inteligente.

Investigadores del University College de Londres dieron seguimiento a 2 944 adultos durante un periodo de cuatro años y descubrieron que aquellos que experimentaron discriminación por su peso – incluyendo consejos no deseados - ganaron casi 1 kilo durante ese tiempo mientras que aquellos que no experimentaron esas situaciones perdieron una media de 0,71 kg.

Ese fenómeno, que se ha apreciado en otros contextos, se conoce como reactancia psicológica y se refiere a la tendencia a reaccionar de manera opuesta, como un acto de reafirmación personal y rebeldía. En práctica, los consejos no solicitados se perciben como una invasión de la intimidad, lo cual genera sentimientos de amenaza e impotencia. Como resultado, es más probable que hagas justo lo contrario.

Sin embargo, aunque es difícil lidiar con las personas entremetidas y encajar sus consejos “gratuitos”, eso no significa que su mensaje no pueda ser valioso o razonable. Por eso, es más inteligente no dejarse llevar por la reactancia psicológica y preguntarse si puede haber algo útil en sus palabras.

Establece límites tan claros que sea imposible cruzarlos sin parecer entremetido

Como norma, es mejor escuchar que dar consejos. [Foto: Getty Images]
Como norma, es mejor escuchar que dar consejos. [Foto: Getty Images]

A veces las personas entremetidas se pasan de la raya. Escuchar día sí y día también a alguien opinando sobre tu vida, dándote consejos y predicando sin dar el ejemplo puede llegar a ser exasperante. El problema es que esas personas están mucho más cerca de lo que desearías.

Es difícil que un completo desconocido te pare por la calle para darte un consejo sobre cómo criar a tus hijos. De hecho, psicólogos de la Universidad de California constataron que la mayoría de los consejos indeseados provienen de las relaciones cercanas. Un 70 % de las personas comienza a brindar consejos no solicitados en las primeras etapas de sus relaciones, cuando aún están conociendo a alguien.

Eso significa que, si quieres vivir en paz, tendrás que aprender a lidiar con los consejos indeseados. Para ello, es fundamental que establezcas límites precisos. Sé directo, pero amable, dejando claro lo que necesitas. Por ejemplo, puedes decir: “Sé que tienes buenas intenciones, pero no necesito consejos. Lo que realmente necesito es…”.

También puedes agradecer a la persona su opinión, pero explicarle que buscarás tu propia solución, o decirle que no es un tema que quieras discutir con ella, para que comprenda que existen temas privados y decisiones que solo te incumben a ti. Si los consejos indeseados son demasiado frecuentes, podrías ser aún más directo: “Sé que te preocupas por mí, pero si necesito ayuda, te la pediré. No me gusta que me digas continuamente qué debo hacer”.

Por último, si en verdad tienes intenciones altruistas, en vez de decirle a alguien cómo debe vivir su vida, simplemente pregúntale cómo puedes ayudar. Un simple “¿Qué puedo hacer por ti?” o “¿cómo puedo ayudarte?” hará que esa persona se sienta más cómoda, confíe en ti y no te vea como un entremetido.

A fin de cuentas, la gente no quiere que le digas lo que tiene que hacer, tan solo necesita validación emocional y apoyo para seguir adelante o descubrir cuál es la mejor solución. Es mejor escuchar que dar consejos. Simplemente deja de intentar arreglar la vida de los demás y comienza a escucharlos.

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