Lightning in a Bottle: un festival que celebra la música, el arte y el medio ambiente

 (Jamal Eid)
(Jamal Eid)

Lo que comenzó como una fiesta de cumpleaños en las montañas, ahora es un festival de música de cinco días.

Considerado el “festival boutique original”, ‘Lightning in a Bottle’ (‘Relámpago en una botella’, en español) es un festival fundado por tres hermanos: Dede, Josh y Jessee Flemming. La semana pasada cumplió su 21 aniversario y fue celebrado en Buena Vista Lake, California.

Dede dice que cuando celebraron la fiesta de cumpleaños de sus hermanos gemelos que dio inicio al festival, no tenían intención de crear algo tan grande a lo largo de los años. Ellos solo querían una fiesta “auténtica”.

“Era como la semilla de un festival”, dice Dede. “A partir de ahí pensamos: esto es genial. Vamos a seguir construyéndolo y lo convertimos en lo que es hoy”.

Este año, entre los actos principales se encontraron Skrillex, Labrinth, M.I.A., Bomba Estéreo y James Blake. Pero la música solo es un componente de todo lo que encapsula el festival. También tiene instalaciones artísticas, clases de yoga y meditación, pista de patinaje, un mercado, comida para todos los gustos y talleres de todo tipo—desde la cocina hasta el crecimiento personal y la experiencia psicodélica.

 (Jake West)
(Jake West)

El elemento creativo y la sustentabilidad son partes esenciales del significado y el propósito del festival.

“Todo lo que hacemos tiene que ser una expresión creativa”, dice Dede. “No vas a ver escenarios como los conciertos normales en este festival”.

Los distintos escenarios son diseñados por Josh, el hermano menor de Dede. Los diseños son innovadores, y muchos de ellos tienen características únicas que reflejan un estilo de música en particular o diferentes talleres.

Uno de los escenarios, que está compuesto por casas móviles abandonadas, les recuerda a los hermanos a su niñez en Pennsylvania, dice Dede. “Lightning”, el escenario principal, está compuesto por contenedores de camiones, pero pintados de varios tonos de rojo y con dos grandes ojos “wiggly” en la parte de arriba para hacer una forma de una cara. Estos contenedores son los mismos que usaran para desmontar y guardar los materiales al final del festival.

“Nosotros intentamos centrarnos en el material encontrado y reutilizar cosas que hemos hecho en el pasado para convertirlas en cosas nuevas”, dice Dede. “Esto lo hace interesante para nosotros”.

 (Jamal Eid)
(Jamal Eid)

Al ser un festival independiente y pequeño que no es patrocinado por grandes compañías o marcas, Dede reconoce que tiene que ser sabios con el dinero que gastan. Pero también, les da la oportunidad de crear una comunidad y un espacio diferente a festivales como Coachella, Lollapalooza, Ultra, entre otros.

“No estamos tratando de decirle a la gente a vivir de cierta manera”, dice Dede.“Nos gusta dar a la gente opciones para experimentar algo que quizás no hayan experimentado antes.

Y añadió: “Así que exponemos a la gente a cosas y luego se van a casa y se llevan esa curiosidad con ellos y empiecen a integrar esas cosas en su vida cotidiana. Y para nosotros, eso es algo especial”.

Dede espera que las enseñanzas y experiencias que vivieron los que asistieron al festival puedan convertirse en una energía que puedan llevar a compartir a sus casas y comunidades.

“Esto se trata de crear conciencia y dar a la gente algo en que pensar durante todo el año”, dice Dede. “Estamos creando un espacio donde la gente se sienta abierta y pueda bajar la guardia y a su vez crear un lugar más feliz”.