Llevarle comida, jabón y un salón de belleza a las personas sin techo de Los Ángeles

Shirley Raines, fundadora de la organización sin fines de lucro Beauty 2 the Streetz, en el área de Skid Row de Los Ángeles, el 10 de junio de 2023. (Alex Welsh/The New York Times)
Shirley Raines, fundadora de la organización sin fines de lucro Beauty 2 the Streetz, en el área de Skid Row de Los Ángeles, el 10 de junio de 2023. (Alex Welsh/The New York Times)

Para Shirley Raines, ellos son de la realeza: la mujer con el brazo paralizado que usa una agujeta como cabestrillo. El hombre cuyas manos tiemblan cuando abre su bolsa. La niña pequeña que, cuando ve a Raines y su cabello brillante, grita: “¡Cabello rosa!”.

Raines, de 55 años, les proporciona comida, servicios higiénicos y apoyo incondicional a las personas sin hogar por medio de su organización sin fines de lucro en Los Ángeles, Beauty 2 the Streetz. Todos son “reyes” y “reinas”.

Así es como ella ve a las personas que atiende: miembros de la realeza a quienes les tocó una vida complicada.

‘Se ha convertido en una pequeña familia en internet’

Raines quiere difundir esa perspectiva, y ha aprovechado las redes sociales para lograrlo. Una cámara cuelga de la camioneta en la que reparte alimentos, y captura momentos que publica en sus cuentas de TikTok e Instagram (5,3 millones y 373.000 seguidores) con la esperanza de cambiar la narrativa respecto a la gente en situación de calle. También es una herramienta de recaudación de fondos para una operación que depende al 100 por ciento de los donativos, afirmó Raines.

“El público ha llegado a estimar a algunas de las personas que apoyamos y cuidamos”, relató Raines. “Se ha convertido en una pequeña familia en internet”.

James Junious, peluquero de Beauty 2 the Streetz, le hace un corte de cabello a Jordan Leaks, en el área de Skid Row de Los Ángeles, el 10 de junio de 2023. (Alex Welsh/The New York Times)
James Junious, peluquero de Beauty 2 the Streetz, le hace un corte de cabello a Jordan Leaks, en el área de Skid Row de Los Ángeles, el 10 de junio de 2023. (Alex Welsh/The New York Times)

Beauty 2 the Streetz se registró como organización sin fines de lucro en 2019. Sydney Granados, la coordinadora ejecutiva de la organización, estima que alimenta a unas mil personas a la semana, la mayoría en Skid Row, un área del centro de Los Ángeles. Algunos días, Raines les trae hamburguesas de McDonald’s. Otros, pizza de Costco. A veces un chef en una gastroneta les prepara enchiladas, sopa de pollo con tortilla o filetes veganos de coliflor. Raines y sus voluntarios también reparten artículos de aseo personal (pasta de dientes, cepillos de dientes, desodorante, champú) e incluso les tiñen el cabello.

“La carencia de vivienda es uno de esos problemas que son muy visibles”, dijo Ben Henwood, director del Centro de Investigación sobre Personas sin Techo, Vivienda y Equidad Sanitaria en la Universidad del Sur de California. “Lo vemos por todas partes, pero ver en realidad a las personas por quienes son de verdad, la parte humana, eso es lo que a veces pasamos por alto. Este tipo de labor que les permite a las personas conectar a un nivel muy individual y ser vistas, creo que es sumamente importante para la autoestima”.

Donde sea que vaya, Raines levanta ánimos, con algo de charla y bromas inocentes. En marzo, cuando un hombre a quien ella apodó Big T llegó vistiendo una chaqueta demasiado apretada, Raines le dijo de chiste que iba a “salir disparado como panque caliente”. A menudo se le ve con sandalias amarillas esponjosas y calcetines largos de arcoíris, además, aprendió el lenguaje de señas estadounidense para comunicarse con los “reyes y reinas” sordos.

“Es muy magnética”, dijo Granados. “Es una persona agradable, divertida y alegre, a la gente le encanta estar cerca de ella”.

En 2021, Raines fue nombrada la Heroína del Año por CNN, lo cual la hizo acreedora a una subvención de 100.000 dólares para su organización. La página de Patreon de Beauty 2 the Streetz recibe unos 6000 dólares al mes, y el grupo también solicita donaciones en Venmo y Cash App. En meses recientes, esas donaciones le han permitido ampliar su labor a San Diego, Las Vegas y Long Beach, California.

‘Mi historia empezó con dolor’

El trayecto que llevó a Raines a la creación de Beauty 2 the Streetz inició en 1990, cuando ella misma carecía de un hogar. Su hijo Demetrius J. Stephens Jr. pasaba mucho tiempo en la casa de su abuela, en Compton, California. Cuando Demetrius tenía 2 años, relató, se tragó por accidente una pastilla antipsicótica que era para uno de los tíos de Raines y al final murió de eso. Raines tenía 23.

Raines se convirtió “en un terror para este mundo”, afirmó. “Mi historia empezó con dolor, muerte, y una sensación de: ‘¿Por qué estoy viva?’”.

Tuvo más hijos, se mudó a un apartamento en Inglewood, California, con ayuda de un vale de vivienda, y consiguió su primer trabajo de adulta como operadora de la línea de asistencia telefónica 411. Empezó a practicar fisicoculturismo y se convirtió en instructora de acondicionamiento físico antes de incursionar en el sector de las facturas médicas.

Aun así, Raines comentó que los pensamientos suicidas la atormentaban. “Soporté muchísimo dolor que la gente no ve”, expresó. “Ese es el motor de esta camioneta”.

En 2017, tras una conversación franca con su hermana gemela, quien le imploró que encontrara una mayor estabilidad emocional, Raines acompañó a una amiga a hacer voluntariado para Pauly’s Project, una organización sin fines de lucro que atiende a personas sin techo en Los Ángeles. Desarrolló una buena relación con algunas de las mujeres que conoció, quienes elogiaron su cabello y su maquillaje. Así que, un día, Raines regresó a un evento de Pauly’s Project con productos de belleza de Sephora y una cubeta de agua caliente. Raines tiñó el cabello de las mujeres y les repartió kits de maquillaje.

Con el tiempo, atrajo a tantos seguidores que emprendió su propio proyecto. Se instaló en Skid Row con un pequeño equipo de voluntarios para aplicar lo que ella llama “RCP espiritual”.

“A todos les gusta sentirse limpios”, señaló Raines. “Todos quieren sentirse bien consigo mismos. Hay una reina a quien le teñimos el cabello de morado hace un par de semanas. Jamás la había visto sonreír así. Ahora ya se deslavó todo el morado de su cabello, pero su sonrisa sigue ahí, por el efecto duradero de todos los halagos que recibió cuando tenía el tinte. Eso no se deslava”.

Parte del atractivo de sus videos de redes sociales es el elenco recurrente de personajes que sus seguidores ya conocen, así como la relación que Raines tiene con ellos. Una mujer, que había aparecido embarazada en un video anterior, hace poco llegó a la camioneta con su bebé recién nacido.

“¡Ya tuvo a su bebé!”, gritó Raines con euforia y mirando a la cámara. “¡Ya nació el bebé!”.

No obstante, esta labor no ha sido nada fácil y ha causado estragos en su vida. Su fama creciente ha sido difícil de asimilar sobre todo para sus hijos, indicó. “Cuando eran niños, yo era una mujer de carácter fuerte, salía de fiesta y nunca tenía dinero para que ellos hicieran algo”, reveló. “El mundo dice que soy un ángel, y ellos no me ven como un ángel”.

Raines piensa a menudo en el hijo que perdió. En particular, le conmueven los niños que ayuda y que se le acercan sin padres.

“Creo que ellos me ayudan tanto como yo a ellos”.

c.2023 The New York Times Company