Lo que se roba en los aviones

Todo lo que no esté atornillado es susceptible de ser robado en un avión.
Desde los chalecos salvavidas o las cartillas de seguridad hasta las mesitas de los asientos o los carteles de emergencia.

Por norma general, todos los productos desechables se pueden llevar, es decir, no pasa nada si te quieres guardar los tenedores, las cucharas y las tazas donde te sirven la comida. O las bolsas para el mareo. Tampoco es grave tomar las mantas y las almohadas de clase turista incluidas en los vuelos transoceánicos, a no ser que la tripulación te indique lo contrario. El mismo criterio aplica para el clásico kit con un antifaz para dormir, un cepillo de dientes de viaje y un dentífrico pequeño.

Los pasajeros roban del avión todo lo que pueden y no deben (Créditos: Getty Images)
Los pasajeros roban del avión todo lo que pueden y no deben (Créditos: Getty Images)

Sin embargo, el arsenal de recuerdos tiene un tope; hay objetos que robarlos es incurrir en un delito. Su pérdida no solo supone un coste económico para la compañía sino que implica poner en peligro las vidas de los pasajeros. Este es el caso dde los chalecos salvavidas. Algunos aviones, hasta que no llegan al aeropuerto base no pueden reponerlos, por lo que el siguiente pasajero estaría sin esa protección en caso de accidente. Las mantas y almohadas de primera clase no están incluidas en el pasaje. Son un servicio del que se disfruta exclusivamente a bordo. Del mismo modo, la cubertería convencional del avión y las mesas de los asientos son un “no” rotundo. Pertenecen a la aerolínea.

Robar un chaleco salvavidas es delito (Crédito: Getty Images)
Robar un chaleco salvavidas es delito (Crédito: Getty Images)

¿Cuáles son los motivos de estos robos? En primer lugar, la confusión acerca de qué se pueden llevar al final del trayecto, y en segundo lugar, el malestar por el trato recibido; sienten que la aerolínea se aprovecha de ellos y se toman el robo como una pequeña venganza.

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