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Lo que tienes que saber de tus riñones si eres diabético

Expertos destacan la importancia de la enfermedad renal, que ha pasado de ‘cenicienta’ a protagonista en el manejo de la diabetes

La enfermedad del riñón crónica tarda mucho tiempo en aparecer y no produce signos ni síntomas en las etapas iniciales. Por eso es importante acudir a las revisiones. (Foto: Getty)

Cada 30 minutos, los riñones filtran toda la sangre de su cuerpo para eliminar los desechos, las toxinas y el exceso de líquido. Ayudan a controlar la presión arterial, estimulan la producción de glóbulos rojos, mantienen sanos los huesos y regulan las sustancias químicas de la sangre que necesitas para vivir.

Cada riñón está formado por millones de filtros pequeños llamados nefronas. Con el tiempo, las nefronas pueden sufrir daños por la diabetes, la presión arterial alta o por otras causas, y dejar de funcionar; esta afección se llama enfermedad renal crónica o CKD (por sus siglas en inglés). Aproximadamente 1 de cada 3 adultos con diabetes tiene enfermedad renal crónica. Tanto la diabetes tipo 1 como la diabetes tipo 2 pueden causar enfermedad renal.

Piensa en los riñones como si fueran un filtro de café. Cuando lo preparas, el filtro evita el paso de los granos de café, pero permite el paso del agua. Los riñones hacen algo similar. Mantienen las cosas que necesitas dentro del cuerpo, pero filtran los desechos y el líquido adicional.
Piensa en los riñones como si fueran un filtro de café. Cuando lo preparas, el filtro evita el paso de los granos de café, pero permite el paso del agua. Los riñones hacen algo similar. Mantienen las cosas que necesitas dentro del cuerpo, pero filtran los desechos y el líquido adicional. (Foto: Getty)

Una ‘amistad’ peligrosa

La diabetes se ha convertido en una de las epidemias más relevantes del siglo XXI. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2030 habrá 500 millones de personas con diabetes en el mundo. Existe una estrecha vinculación entre la diabetes tipo 2 y la enfermedad renal, que acarrea importantes consecuencias clínicas, económicas y sociales.

La diabetes, y en particular la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), es la primera causa de insuficiencia renal terminal y, a su vez, la enfermedad renal es una de las complicaciones más relevantes que dificultan el control de la diabetes.

Se estima que 1 de cada 4 (25 por ciento) personas con DM2 presentará albuminuria a los 10 años del diagnóstico de la diabetes; además, 1 de cada 3 pacientes diabéticos en el mundo (un 28 por ciento) documentan algún grado de nefropatía y el 40 por ciento de los diabéticos presentarán nefropatía a lo largo de su evolución. “Son cifras suficientemente contundentes para valorar el verdadero peso de la nefropatía diabética, ya que, además, es la principal causa de inicio de diálisis en el mundo”, subraya el Dr. Dr. José Luis Górriz, del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.

Además, se ha evidenciado que las personas con DM2 y enfermedad renal tienen un mayor riesgo cardiovascular y un peor pronóstico vital.

La diabetes se ha convertido en una de las epidemias más relevantes del siglo XXI. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2030 habrá 500 millones de personas con diabetes en el mundo (Foto: GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO)
La diabetes se ha convertido en una de las epidemias más relevantes del siglo XXI. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2030 habrá 500 millones de personas con diabetes en el mundo (Foto: GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO)

Por qué enferman tus riñones

La enfermedad renal diabética comienza después de mantener durante largo tiempo la glucosa mal controlada. Cuando los niveles de glucosa en sangre están por encima de 180 mg/dl, el riñón no es capaz de recuperar toda la glucosa que se filtra y aparece en la orina (glucosuria). La glucosa alta y los productos derivados de ella, alteran la pared de los filtros de los riñones (podocitos) y entonces dejan pasar albumina a la orina en cantidades superiores a lo normal.

Sin embargo, no sólo debe de darse unos niveles elevados de glucosa, sino que existe una predisposición propia de cada individuo para que finalmente se desarrolle la Nefropatía Diabética en base a unos factores genéticos.

Otros factores que pueden influir negativamente en la aparición de nefropatía diabética son: el tiempo de evolución de la diabetes (aparece en el 50 por ciento de los pacientes después de 20 años del comienzo de la diabetes), la hipertensión arterial mal controlada, que es el factor de riesgo en los diabéticos más importante para el desarrollo de nefropatía y la obesidad.

La enfermedad renal es frecuente en la DM2, pero no aparece y evoluciona de la misma forma en todos los casos. Como resalta el Dr. Francisco Javier Ampudia-Blasco (Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valencia), “las personas con diabetes tipo 2 y enfermedad renal presentan un riesgo cardiovascular elevado, similar a los pacientes con enfermedad cardiovascular establecida, de forma que seleccionar fármacos que retarden la progresión de la enfermedad renal y que reduzcan el riesgo cardiovascular es una prioridad.

Además, añade este especialista, “conseguir un objetivo glucémico individualizado, evitando las hipoglucemias, requiere conocer qué fármacos se pueden utilizar en esta condición y cómo debe ajustarse sus dosis”.

Esta dañina y compleja relación hace que la atención a la enfermedad renal en el paciente diabético sea una cuestión de salud prioritaria que requiere un enfoque multidisciplinar, según apuntan expertos del Grupo Clínico y Traslacional en Diabetes (Grupo CTD), una de las iniciativas más innovadoras que han surgido en España en los últimos años en el ámbito clínico y traslacional de la diabetes y que existe gracias a una beca educacional de Mundipharma.

Así puedes proteger tus riñones si tienes diabetes:

  • Evita automedicarte. Tomar pastillas para el dolor (analgésicos como la aspirina) de forma frecuente puede dañar tus riñones. Si presentas alguna molestia acude con tu Médico para que él te indique que fármaco tomar que no comprometa la función de estos órganos.

  • Bebe agua pero con moderación. Hincharse de líquidos sin sentido ni necesidad (aunque sea agua) los obliga a trabajar en exceso y lejos de ayudarlos comenzarán a desechar nutrientes.

  • No ignores las señales. Si tienes dolor al orinar, ganas frecuentes de ir al baño, orinas con espuma, turbia o rojiza, o dolor en el costado, acude con tu Médico, ya que podrías tener alguna infección renal o urinaria y necesitas atención inmediata.

  • Si padeces hipertensión cuídate y reduce el consumo de alimentos ricos en sodio, como panes, pizzas, sopas, queso, embutidos y productos procesados. La presión arterial elevada también daña los riñones.

  • Acude a un nutricionista especializado en nefrología. Se recomienda suplir las carnes rojas por los productos de mar, el salmón, el atún, la trucha y otros peces de agua helada. También se pueden convertir en una opción la clara de huevo, el pollo y los quesos que contengan poca grasa. Pero sólo un especialista puede indicarte lo que realmente te conviene tomar y qué no deberías comer.

¿Sabías que tener enfermedad renal es muy grave, incluso sin diabetes?

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