El look de la argentina Luciana Barroso, esposa de Matt Damon, que deslumbró en la Met Gala 2024
El Museo Metropolitano de Nueva York se convirtió el lunes en el epicentro de la moda. Artistas, celebrities, diseñadores, deportistas, modelos y figuras del jet set lucieron sus diseños en la Met Gala, el gran evento que cada año organiza la editora en jefe de la revista Vogue, Anna Wintour, y que tiene como objetivo recaudar fondos para el Instituto del Vestido del museo. Enfundada en un etéreo y elegante vestido blanco, la argentina Luciana Barroso llegó de la mano de Matt Damon, su esposo, y deslumbró con su elección.
Atenta a la consigna, Barroso se inspiró en la temática elegida para la gala 2024: “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” (Bellas durmientes: el despertar de la moda). Según la invitación, el dress code que los asistentes debían respetar y reinterpretar fue “El jardín del tiempo”, título de un libro del escritor inglés J.G. Ballard.
La argentina tomó nota y encontró en un diseño de la firma de Christian Dior justo lo que estaba buscando: un vestido blanco largo, liviano y con un escote palabra de honor. El fruncido del busto y el detalle del cuello le dieron al outfit el toque que necesitaba: una reminiscencia floral. Así, la argentina lució como una distinguida cala en medio de un jardín primaveral. El pelo largo y suelto, con raya al medio y apenas recogido con dos apliques, unos aros discretos y un juego de pulseras de plata cerraron el look.
Matt Damon acompañó el estilo de su mujer con una elección que también se destacó por la sobriedad: el protagonista de El talentoso Sr. Ripley optó por lo clásico y se vistió con un esmoquin negro. Siempre sonriente, la estrella de Hollywood se mostró todo el tiempo atento a Barroso y, como hace ya 20 años, muy enamorado.
Una vez que terminó la Met Gala, la pareja se preparó para la fiesta que tuvo lugar luego de la ceremonia. Con el foco puesto en la comodidad, ella cambió los tacos y el vestido largo por un crop top blanco de algodón, un culotte negro, una pollera de red a tono y zapatillas blancas deportivas. El actor, por su parte, optó por un total black: traje con solapa de raso y una remera.
La pareja, una de las más sólidas de Hollywood, debutó en la Met Gala en el año 2017. En esa oportunidad, ella eligió un vestido largo color borravino con cristales bordados.
Del flechazo al altar
Matt Damon y Luciana Barroso se conocieron en 2003 de una forma muy casual: él estaba en Miami rodando una película cuando quedó deslumbrado por la belleza de ella. El flechazo sucedió en un bar en la playa, donde ella era camarera, y la forma en la que entablaron su primera charla tuvo un dejo de comedia romántica: él saltó del otro lado de la barra para esconderse de los fanáticos que lo estaban asediando.
“Estábamos filmando con Eva Mendes en una playa de Miami cuando un grupo de fans me rodeó, me acosó como un enjambre de avispas y escapé. Me escondí detrás de la barra de un bar y apareció ella, que me miró y me preguntó: ‘¿Qué haces acá?’”, recordó el galán sobre aquel día, una tarde de abril. “Dicen que algo increíble te pasa cuando conoces a la mujer de tu destino, y así fue. Juro por Dios que me sucedió algo indescriptible. Cuando la vi, fue como si me golpeara un rayo”, confesó.
Dos años después de ese divertido suceso, Damon y Barroso se casaron. Hoy, la pareja es una de las más sólidas de Hollywood y tienen cuatro hijas: Isabella, Gia Zavala y Stella, además de Alexia; la primera hija de la salteña, fruto de un matrimonio anterior.
Quién es la argentina que enamoró a Damon
Barroso nació el 31 de julio de 1976 en Salta. Su madre era ama de casa y su padre, agente de seguros. Fue criada por su abuela después de que sus padres se divorciaron justo después de su nacimiento. Durante sus días de escuela, quería convertirse en artista, pero finalmente se convirtió en azafata.
Se casó por primera vez con Arbello Barroso y en 1999 nació su primera hija, Alexia. Luciana y Arbello se divorciaron en 2004 en buenos términos (aún tienen una excelente relación, incluso con Matt) y ella decidió viajar a Miami junto a su pequeña hija de cuatro años, con la promesa de un trabajo en un bar en la playa. Además del puesto de camarera, Barroso encontró al amor de su vida.