Del look de Julieta Nahir Calvo a la salida familiar de Florencia Raggi y los abrazos de Darío Barassi, en una noche especial

En la noche de ayer, la calle Corrientes se llenó de famosos. Tras su debut el pasado 5 de mayo en el Metropolitan Sura, Querido Evan celebró su llegada a la cartelera porteña con una función especial para invitados y prensa y nadie quiso quedarse afuera.

Arturo Puig junto a Selva Alemán, Darío Barassi, Sabrina Garciarena, Nico Francella, Florencia Raggi, Virginia Lago y su esposo Héctor Gióvine, Sandra Mihanovich, Franco Masini, Julieta Nahir Calvo, Betiana Blum, Luciano Cáceres, Paula Trapani, Jorge D’Elía y Ana Acosta fueron algunas de las figuras que disfrutaron de este musical de culto dirigido por Sebastián Irigo y protagonizado por Máximo Meyer, Julia Zenko y Laura Conforte, que habla sobre los trastornos de ansiedad, el bullying, la incomunicación y las exigencias de las redes sociales.

Esta versión local de la pieza de Steven Levenson y Benj Pasek -que fue furor en Broadway- se centra en la historia de Evan Hansen (Meyer), un adolescente que sufre de un trastorno de ansiedad, es rechazado por sus compañeros de clase y tampoco consigue conectar con su madre. Todo parece cambiar cuando su psicólogo le propone una tarea terapéutica: escribirse a sí mismo una carta esperanzadora. Pero la carta, ya impresa, va a parar a las manos menos indicadas y su vida se transforma de la noches a la mañana: se convierte en el héroe del colegio, conoce el amor y después es prácticamente adoptado por la familia de su novia.

Con Fabio Aste, Guido Balzaretti, Rochi Hernández, Mariano Condoluci, Mariel Percossi y Franco Valerga como parte del elenco, esta obra promete hacernos reflexionar, generando un sinfín de emociones, sobre todo entre el público más joven.

Esta versión local de la pieza de Steven Levenson y Benj Pasek -que fue furor en Broadway- se centra en la historia de Evan Hansen (Meyer), un adolescente que sufre de un trastorno de ansiedad, es rechazado por sus compañeros de clase y tampoco consigue conectar con su madre. Todo parece cambiar cuando su psicólogo le propone una tarea terapéutica: escribirse a sí mismo una carta esperanza. Pero la carta, ya impresa, va a parar a las manos menos indicadas y su vida se transforma de la noches a la mañana: se convierte en el héroe del colegio, conoce el amor y después es prácticamente adoptado por la familia de su novia.