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Lorenzo Lamas pasó de renegado guaperas de los 90s a volar más alto aún

ST CHARLES, MO - 17 DE AGOSTO: Lorenzo Lamas asiste a la estafa de cultura pop STL 2018 en el Centro de Convenciones de St Charles el 17 de agosto de 2018 en St Charles, Missouri. (Foto de Bobby Bank/Getty Images)
ST CHARLES, MO - 17 DE AGOSTO: Lorenzo Lamas asiste a la estafa de cultura pop STL 2018 en el Centro de Convenciones de St Charles el 17 de agosto de 2018 en St Charles, Missouri. (Foto de Bobby Bank/Getty Images)

Lorenzo Lamas ahora lleva el pelo corto y luce señales del paso del tiempo que reflejan sus 64 primaveras, aunque no hace falta mirarlo dos veces para reconocer al rompecorazones televisivo de otra era. Ese actor que ilustró portadas de revistas y adornó carpetas y habitaciones por todo el planeta como el renegado guaperas televisivo. Y es que más allá de las arrugas que reflejan la experiencia acumulada por los años, sigue casi idéntico, con la misma mirada intensa, sonrisa pícara y músculos para interpretar a un superhéroe en cualquier momento. Sin embargo, su vida es muy distinta a la que tuvo cuando alcanzó la cima de su carrera artística.

Habrá quienes lo recuerden como el rival de John Travolta por el amor de Sandy en Grease (1978), otros lo tendrán en la memoria como el heredero mujeriego de Falcon Crest (1981-1990) o como Reno Raines, el cazarrecompensas y proscrito motoquero que levantó pasiones con Renegado (1992-1997). Incluso habrá quien lo tenga más presente por su famoso spot publicitario de las mantas de Reig Martí y el eslogan “Lorenzo Lamas, el rey de las camas” en España o por su presencia esporádica en la prensa del corazón por culpa de sus cinco divorcios (alguno más polémico que otro) y la tumultuosa relación con su hijo mayor. Sea cual sea el motivo por el que su nombre resuene en nuestras vidas, siempre se debe a recuerdos del pasado. Porque si bien nunca dejó de trabajar como actor, acumulando más de 100 créditos a lo largo de su trayectoria, lo cierto es que sus películas y trabajos televisivos a lo largo de los últimos veinte años han pasado (literalmente) sin pena ni gloria.

Sin embargo, un buen día, se cansó. Este hombre que tocó la cima del estrellato entrando en los hogares del mundo con una serie de éxito como Renegado, dijo basta. Harto de esperar la llamada que lo sacara del olvido y del eterno encasillamiento en el cine de serie B, decidió buscar otra vía para ganarse el sueldo en donde pudiera sentirse más libre, satisfecho, apreciado y, además, también lo disfrutara. Y lo encontró en una de sus grandes pasiones.

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Nacido el 20 de enero de 1958 en Santa Mónica, California, Lorenzo Lamas llegó a la actuación siguiendo los pasos de sus padres, el actor argentino Fernando Lamas y la actriz noruega Arlene Dahl. Si bien inicialmente quería estudiar veterinaria, y estuvo a punto de inscribirse en la Universidad de California, sintió la llamada artística cuando visitaba a su padre en el set de la comedia Un detective barato (1978). Enseguida decidió comenzar su preparación, estudiando arte dramático en el Tony Barr’s Film Actors Workshop, y poco a poco fue encontrando trabajo.

Después de Grease -donde curiosamente era el único actor de perfil juvenil entre todo el reparto protagonista con 19 años (Olivia Newton John y John Travolta interpretaron a adolescentes con 28 y 23 años respectivamente)- su carrera fue in crescendo sin mirar atrás. Lo cierto es que soñaba con ser el “James Bond” americano, como reveló a New York Times en 2016, pero el éxito de Falcon Crest lo llevó por derroteros televisivos que le obligaron a posponer sus sueños cinematográficos. Sin embargo, durante aquella época de crecimiento profesional se topó por pura casualidad con la profesión que se convertiría en su modo de vida.

Después de su segundo divorcio con quien fuera su publicista, Michelle Smith, Lorenzo Lamas vivió una batalla legal por la custodia de sus dos hijos complicada. La exesposa se mudó al estado de Arizona mientras el actor tenía compromisos laborales en San Diego con las grabaciones de Renegado. Corría el año 1996 y para ver a los niños tenía que organizarles vuelos comerciales con escala incluida, perdiendo un día de colegio cada vez que viajaban. Y entonces se le ocurrió que si se sacaba la licencia de piloto de aviones, podía irlos a buscar él mismo el viernes por la tarde, volar a San Diego y tener todo el fin de semana para estar juntos. Un año más tarde, cuando acumulaba 40 horas de prácticas, se compró su primer avión y poco después comenzó a cumplir su sueño de volar a sus hijos y pasar más tiempo con ellos. “Lo hice una o dos veces al mes” dijo a Airport Journals hace un tiempo. Desde entonces ha hecho cursos de acrobacias aéreas, participó en trabajos de traslados de pacientes, aprendió a pilotar helicópteros y fue avanzando en sus conocimientos.

Entre 1981 y 2021, Lorenzo Lamas vivió un total de cinco divorcios. A la complicada custodia que vivió con el segundo, se sumó otra batalla con su cuarta esposa, la actriz y ex modelo Playboy, Shauna Sand. Se llevaban 14 años de diferencia y tuvieron tres hijas, sin embargo a la hora de divorciarse en 2002, el actor pidió una orden de alejamiento asegurando que su ex se había puesto violenta cuando pidió el divorcio. Además, en 2015, Lorenzo Lamas reveló en una entrevista con Wendy Williams que Shauna había mantenido relaciones sexuales con su hijo mayor, fruto de su segundo matrimonio. Dijo que la situación lo había destruido emocionalmente, que estaba tan herido que pasó dos años sin hablar con su hijo. Se desconoce cómo está la situación entre ambos ahora, pero en 2015 el chico -llamado A.J. Lamas- tuvo varios problemas con la justicia al robar una tienda. “Está en un momento difícil. Mi corazón y plegarias van para él” dijo Lorenzo a TMZ por entonces.

Con 53 años en 2011, tras varios divorcios sin ningún tipo de acuerdo prenupcial de por medio y viendo que el trabajo como actor no le alcanzaba, decidió seguir estudiando y conseguir el grado de instructor de vuelo. Comenzó a dar clases en cursos de pilotaje de helicópteros hasta que, cuando llegó a las 1.000 horas de vuelo, pudo buscar trabajo como piloto. Su primer empleo fue volando helicópteros sobre el Gran Cañón para turistas. “Pongo seis personas en mi helicóptero con champagne y cestas de picnic. Volamos sobre el Gran Cañón, les sirvo el almuerzo, estamos ahí uno 30 minutos y los traigo de regreso” explicó a New York Times hace seis años.

Imagínense la sorpresa de toparse con un actor que fue ídolo de los 90s pilotando un tour en helicóptero. Según Lamas, algunos clientes pensaban que se trataba de una broma de cámara oculta cuando lo veían llegar con su nombre en el traje de aviación.

Además, en 2016 dijo a Fox News: “Me cansé de esperar a que sonara el teléfono para ponerme en otra película de serie B. Ya no me importa eso. He tenido una gran cantidad de éxito como actor, así que lo he dejado atrás. No tengo un agente o manager. Realmente me estoy enfocando en mi nueva carrera como piloto comercial y lo estoy disfrutando enormemente. Enseño y hago recorridos en helicóptero aquí en Los Ángeles y poco a poco estoy construyendo esa carrera. Estoy muy motivado”.

Si echamos un vistazo a sus redes sociales, todos sus perfiles están repletos de fotos y comentarios sobre su segunda carrera. Es más, en la biografía de Instagram se describe como “una estrella de acción ahora piloto”. En la actualidad trabaja para una empresa californiana llamada IEX Helicopters que ofrece vuelos privados, experiencias y tours en helicóptero, volando a turistas y famosos como Paris Hilton.

A su vez, se muestra feliz y contento con su pareja y prometida, Kenna Nicole Scott, una mujer ajena a la industria de Hollywood que conoció a través de su madrina. Lorenzo Lamas comparte con frecuencia su pasión por su nueva carrera y por su pareja, y si bien sigue trabajando como actor de vez en cuando, sus perfiles sociales nos hablan de un hombre satisfecho y con los pies en la tierra, que ha encontrado una segunda profesión demostrándonos que nunca es tarde para aprender algo nuevo y reinventarse.

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