Los espías espiados

(Foto: Steven Smith/Flickr)

Bad Aibling es una pequeña localidad idílica del sur de Baviera, con menos de 18.000 habitantes, que no se diferencia de muchas otras de esa zona de Alemania. Por supuesto, tiene algo de particular: una sede conjunta del Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio secreto de aquel país, y de la NSA (la Agencia de Seguridad Nacional, el ente norteamericano dedicado al análisis de datos), con una decena de llamativas cúpulas.

Desde allí se analiza lo que hacen y dejan de hacer los alemanes por Internet, sean o no sospechosos de poder realizar un acto terrorista o de espionaje a favor de otro país. Recientemente, trascendió que otro organismo del Gobierno alemán ordenó a la BND la destrucción inmediata de siete bases de datos debido a la forma en que se las había conseguido.

La Comisión de Protección de Datos del Gobierno federal alemán aseguró que estas incurrían en 18 violaciones legales severas, porque la información había sido obtenida sin el debido proceso. Además, por cada persona que se podía considerar sospechosa y que se seguía su rastro en Internet, se obtenían “datos de otras 15 absolutamente irreprochables”.

Entre los sistemas utilizados por la BND para hacer el rastreo de lo que se hace en Internet está el Xkeyscore, un software hecho famoso por la NSA y conocido como el “Google de los servicios de espionaje”.

Pero mientras tanto, hace pocas semanas, se conoció que un grupo de hackers conocido como Shadow Brokers había logrado romper todas las barreras de seguridad tecnológicas de la NSA y aprovechar una vulnerabilidad de sus redes para robar un software gestionado por el Equation Group (un ente de hackers de elite que se supone trabaja para el Gobierno norteamericano). El colmo de los colmos, luego lo puso en subasta por la Red, con una base inicial de 1 millón de bitcoins, unos 580.000 dólares.