Los Oscars dan con el antídoto para los discursos eternos

Aún resuena en los oídos de muchos las palabras de Ricardo Darín tras recoger la noche del domingo el Goya como mejor actor por Truman. “Ya viene la musiquita, ya viene la musiquita. Dicho sea de paso, dudoso el criterio para poner la musiquita, ¿no?”. No le faltaba razón al argentino, pero también es verdad que a veces los discursos de agradecimiento se eternizan con una lista enorme de nombres propios a quien recordar en tan señalado momento mientras el espectador, en su casa, se aburre cual ostra.

Bueno, pues en Hollywood, que para algunas cosas siempre van un paso por delante, parecen haber dado con la solución. Ahora solo falta que los nominados acepten la idea y ver qué tal funciona. La propuesta se la trasladaron a los principales implicados en el asunto en el almuerzo de nominados celebrado esta semana en Beverly Hills. La idea no es otra que los candidatos les pasen una lista a los organizadores con los nombres de todas esas personas a las que quieren darles las gracias por el premio.

¿Qué harán con la lista? Fácil, la incluirán en un rótulo sobreimpresionado en la pantalla que pasará debajo del ganador al tiempo que da su discurso de agradecimiento. De esta manera, todo el mundo debería estar contento. Los agradecidos (porque se han acordado de ellos), los que agradecen (porque tienen el tiempo suficiente para pensar bien a quién recuerdan en tan señalado momento y no con los nervios del día D) y los espectadores, que se ahorran la habitual y aburrida retahíla de nombres.

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(Foto: Getty Images)

Y estas no son las únicas ventajas. Con el tema de las menciones solucionado, los galardonados podrán dedicar los 45 segundos de los que disponen para pronunciar un discurso mucho más elocuente y sentido que una mera enumeración de nombres. Por otro lado, y como decía Darín la otra noche, se evitarán cortes bruscos con la música en el momento más inoportuno.

A Natalia de Molina, ganadora del Goya como mejor actriz, le pasó hace tres días. No pudo acabar porque se entretuvo demasiado tiempo alucinando con haber ganado y llorando y tuvo que gritar en Twitter (como ella misma dijo) lo que no le dejaron gritar en el escenario.

Algo así es lo que, según señala The Guardian en su edición online, ha motivado a los productores de los Oscar a proponer esta solución. En la edición del pasado año se vivió un momento realmente bochornoso cuando la orquesta comenzó a sonar mientras Dana Perry, ganadora en la categoría de corto documental, recordaba en su discurso a su el suicidio de su hijo y cómo el trágico suceso la había marcado.

Con el objetivo de que algo así no se vuelva a repetir, la idea de sobreimpresionar los nombres en un rótulo puede ser la panacea que todos buscaban. Habrá que ver qué tal acogida tiene y si realmente funciona. Eso sí, que los nominados se piensen bien qué nombres incluyen en la lista no vaya a ser que se dejen a alguien importante y esta vez no tengan la excusa de los nervios del momento.

La duda que surge es qué ocurre si la enumeración es tan larga que ni con 45 segundos basta, ¿la pasarán a mayor velocidad? A ver si va a parecer más la letra pequeña de los anuncios de televisión (esas que te avisan del coste del mensaje) que una lista de agradecimientos.

De todas formas, Dani Rovira -ahora rebotado con eso de presentar unos premios- ya demostró lo que podía dar de sí un minuto de discurso de agradecimiento en los Goya de 2015. Eso sí, no todo el mundo es capaz de hablar como un pitufo acelerado y agradecer a todo el mundo habido y por haber en solo 60 segundos. Las cosas como son.

P.D.: Por cierto, la gala este año se celebra el 28 de febrero y estará conducida opr Chris Rock. ¡Suerte!