Luis María Serra, el creador de la música del programa de Mirtha Legrand cuenta la increíble historia detrás
No son demasiadas las cortinas musicales de programas de televisión que son recordadas con el paso del tiempo. Acaso el tema “Emperatriz”, compuesto por el maestro Luis María Serra, sea la banda de sonido televisiva más recordada en la historia de nuestra televisión.
Aunque pocos la identifican por su nombre original, la canción no es otra que aquella que suena en cada apertura de Almorzando con Mirtha Legrand. El sonar de las trompetas selló a fuego la identidad musical del histórico programa y quedó asociado indefectiblemente con la longeva actriz y conductora que acaba de cumplir 95 años.
“Luego de hacer la música de la película La Mary, Daniel Tinayre, su director, que había quedado muy contento con ese trabajo, me pidió que compusiera la nueva cortina musical del programa de Mirtha Legrand”, recuerda el músico y compositor Luis María Serra, quien fuera precursor de la música electroacústica en nuestro país y el responsable de una innumerable cantidad de bandas sonoras de películas y obras de teatro.
“Como me había enamorado de la música del trompetista Jean-Claude Borelly, compuse algo que tuviera un gran protagonismo de ese instrumento y para grabar llamé al mejor trompetista del Teatro Colón”, explica Serra en diálogo con LA NACION.
-Dada la envergadura del músico, imagino que el registro quedó terminado en una sola toma.
-No, no pegaba una, no hacía lo que yo quería.
El reconocido pianista había vivido algún tiempo en Francia, con lo cual sabía muy bien a qué estilo musical quería acercarse: “Tenía la referencia de Borelly, buscaba ese sonido”. “Emperatriz” tiene influencia en la atmósfera de Johann Sebastian Bach y Antonio Vivaldi, un clasicismo que vinculaba la idea escenográfica de Daniel Tinayre para el programa de su esposa, de tono palaciego. “Haceme algo imperial, como para una reina”, le había pedido el director de origen francés al músico.
Finalmente, un productor de Sadaic, conocido de Serra, viajaba a Francia y se ofreció a grabar la partitura con algún renombrado trompetista francés. Así fue. El resto de la banda de sonido fue grabada, en Buenos Aires, por una orquesta de 40 músicos . Así nació esa melodía que comienza con violines y se sostiene en ese solo de trompeta que está impregnado en el inconsciente colectivo de todo un país.
Así como fue el gestor de aquella caricia musical que la Legrand le agradeció complacida , también es el autor de otras canciones que acompañaron a la diva como “Brillando Mirtha”, aquel tema que comienza afirmando que “Mirtha ya llegó, nuevamente está, brillando fuerte llegó, la Legrand”.
Clásicos
Cortez y humilde, Luis María Serra acerca su currículum impreso, como si hiciera falta para recordar que fue el autor de la banda de sonido de films como el ya citado La Mary, de Daniel Tinayre; Juan Moreira, de Leonardo Favio; Camila, Miss Mary y Yo, la peor de todas, de María Luisa Bemberg; y La nave de los locos, de Ricardo Wullicher, por citar solo algunos títulos.
-¿Cómo era trabajar con un creativo de la envergadura de Leonardo Favio?
-Leonardo era un loquito muy talentoso. Cuando le gustaba algo te puteaba: ´Es una maravilla, sos un hijo de put...´, te decía a los gritos.
-La música del final de Juan Moreira quedó en los anales de la cinematografía nacional.
-No fue tan fácil…
-¿Por qué?
-Al principio salía para el cul…
-Es una de las joyas musicales del cine de todos los tiempos.
-Leonardo me decía: “Este es un final donde lo matan y con esta música no puedo hacerlo, boludo”. Así que, como yo también trabajaba en una editorial religiosa, y en ese momento estábamos grabando en el órgano del Santísimo con un talento como Héctor Zeoli, me sirvió para encontrarle el final al Juan Moreira.
-¿Qué propuesta le hizo a Favio?
-Le conté que me parecía impresionante poder grabar con ese órgano y como él era muy receptivo, me dijo que lo probara. Así que le dije a Zeoli que empezábamos con el pedal de 16 con el micrófono entre los tubos.
El maestro canta con onomatopeyas aquella música gloriosa. Y quien lo escucha no puede más que emocionarse pensando en la garra de este músico con la pasión intacta y en aquella melodía del poderoso Moreira: “Cuando le llevé lo que habíamos grabado, otra vez puteó, como cada vez que se emocionaba con algo que le gustaba”.
-¿La toma de órgano ejecutada en el Santísimo es la que se escucha en la película?
-Claro, luego le pusimos en FonAlex otros instrumentos.
María Luisa Bemberg fue otra de las directoras que se apoyó en él, aunque con mas reticencias a la hora de aceptar las partituras: “A María Luisa no le gustaba que sus películas tuvieran mucha música, pero cuando escuchó lo que compuse para Camila, me dijo que estaba bien. En Yo, la peor de todas quería un silencio total, pero yo no estaba de acuerdo. Al mostrarle lo que había hecho, me dijo que, si bien no estaba de acuerdo en que hubiese música, la iba a dejar porque pensaba que a la gente le gustaría”.
En La Mary, protagonizada por Susana Giménez y Carlos Monzón, la voz que canta es la de Marikena Monti: “Fue lo primero que hice con Tinayre, previo a trabajar con él en televisión”. Aquella partitura creó la atmósfera justa para ese film que significó un quiebre en la carrera de Susana Giménez, que venía de hacer comedia y teatro de revistas. En esa época, la usina FonAlex tenía todas sus moviolas trabajando a tiempo completo. Allí trabajó Serra para la mezcla de la música de La Mary.
Sobre las tablas
También el teatro contó con los acordes de Luis María Serra, quien trabajó junto a los recordados Ana María Campoy y José Cibrián; y fue a Pepito Cibrián, hijo del matrimonio, a quien ayudó en sus comienzos con la música de Aquí no podemos hacerlo, aquel emblemático musical, uno de los títulos fundamentales en la historia del teatro argentino, que también significó el debut de Serra en el ámbito teatral. La obra contaba con la actuación de grandes referentes del género como la actriz Ana María Cores.
-¿Cómo nace la inspiración para componer para cine y teatro?
-El primer paso es leer el libro, pero las charlas con los directores son fundamentales, dado que ellos tienen la trama en imágenes.
-¿Siempre aparece la inspiración?
-Si no aparece, me la provoco. Hay que trabajar mucho.
La charla comienza en un bar y termina en su departamento de Barrio Norte, atestado de partituras y premios como el ACE, Sadaic, Florencio Sánchez, Argentores, Municipal, Trinidad Guevara y Estrella de Mar, entre muchos otros.
Génesis
-Maestro, ¿cómo nace la pasión por la música?
-Mi abuela tocaba muy bien el piano y era amiga de Montbrun Ocampo, un gran folklorista, de ahí viene la influencia por la música que me llevó a estudiar, siendo casi un niño, con distintos maestros y, más formalmente, en un conservatorio de Pueyrredón y Córdoba.
-Es decir que siempre dedicado a la música.
-No tanto, en mi juventud estudié tres años de odontología.
-Mucho tiempo.
-Me gustaba, pero, como durante un año entero hubo una huelga universitaria, lo aproveché para profundizar mis estudios de música con Jaime Pahissa.
Jugarretas del destino cuando juega a favor, en ese tiempo se puso de novio con la nieta de Carlos López Buchardo, lo cual significó un acercamiento a un nombre mayúsculo y hasta poder tocar el piano en su casa. Finalmente, la odontología pasó a ser un recuerdo y Serra se inscribió en la Facultad de Música de la Universidad Católica Argentina, donde se recibió, luego de seis intensos años de estudio con profesores como Alberto Ginastera.
Fiel a su creatividad exploradora, en los ´60 ganó una beca para estudiar composición de música electroacústica realizada con cintas magnéticas, toda una novedad que también desarrolló en el vanguardista Instituto Di Tella y en Francia , donde llevó adelante la técnica con los más destacados nombres de la investigación musical de ese tiempo que trabajaban con objetos sonoros.
-Maestro, finalmente, ¿la música es imagen?
-La música produce imagen.