La (otra) incógnita de Luis Medina: ¿es realmente marqués de Villalba?

Aparentemente despreocupado aparecía hace apenas unos días Luis Medina a la espera de que el próximo 25 de abril tenga que declarar en calidad de imputado, igual que Alberto Luceño, tras la querella que interpuso contra ellos la Fiscalía Anticorrupción. Se les acusa de la presunta comisión de tres delitos en una operación de compraventa de material sanitario en marzo de 2020. Vestido con una bata de cuadros, el hijo menor de Naty Abascal salía a pasear a su perro antes de poner rumbo a unos días de vacaciones fuera de España. Pero son muchas las incógnitas que hoy hay sobre el hermano de Rafael Medina, actual duque de Feria, y una de ellas es qué pasará con su título de marqués.

Naty Abascal con sus dos hijos, Rafael y Luis Medina. (Photo by Europa Press/Europa Press via Getty Images)
Naty Abascal con sus dos hijos, Rafael y Luis Medina. (Photo by Europa Press/Europa Press via Getty Images)

¿Es o no es marqués de Villalba?

Debemos remontarnos al año 2002, fecha en la que Rafael Medina Abascal, primogénito del fallecido duque de Feria y de Naty Abascal, empezó a ostentar los títulos de duque de Feria, marqués de Villalba y Grande España. En 2021, según adelantaba el diario La Razón, el mayor de los Medina quiso ceder a su hermano menor el título de marqués de Villalba (que no tiene Grandeza de España), un título que había sido concedido por Felipe II en 1567 a la familia Medinaceli y que después había heredado el padre de los jóvenes aristócratas sevillanos.

Para Luis, se trataba más bien de un tema sentimental, ya que siempre ha argumentado que su abuela Mimi de Medinaceli quería que él ostentara alguno de los títulos de la familia. Según el citado periódico, en marzo del año pasado se comenzaron los trámites para esta cesión y solo faltaba la publicación oficial en el BOE así como la carta posterior en la que tendría que aparecer la firma de Felipe VI confiriendo el título a Luis Medina, que pasaría a ser Ilustrísimo Señor.

Pero según apuntan varios medios, como Voz Pópuli o Vanity Fair, esa solicitud de Medina para suceder a su hermano no aparece en el BOE y no se llegó a publicar tampoco la firma del rey para hacerlo oficial. "Tampoco aparece como marqués de Villalba en la guía de títulos de la Diputación y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino", explican y añaden que Rafael sigue siendo el marqués de Villalba. Además, en el caso de que Luis fuera oficialmente marqués, en este momento surgiría la duda de si le podrían retirar el título con motivo del juicio por presunto delito del que le acusa la Fiscalía Anticorrupción ahora. Debería ser Felipe VI el que dejara sin efecto la cesión del marquesado y volvería a Rafael Medina. Fuera del entorno de la familia real española (hace siete años retiró el título de duquesa de Palma a su hermana Cristina tras el caso Nóos), el monarca nunca ha revocado ningún título nobiliario.

El otro título que no consiguió Medina

Aunque Luis Medina siempre ha explicado que los títulos "no dan de comer", es cierto que el empresario pensó que heredaría el título de conde de San Martín de Hoyos que finalmente se quedó su tío paterno, Ignacio de Medina, duque de Segorbe. "En vida de mi abuela, mi tío, el duque de Segorbe, me comentó la ilusión que tenía la abuela de que todos sus nietos llevaran un título y que habían pensado para mí el de conde de San Martín de Hoyos. Se firmó esa distribución. Pero pasó el tiempo, falleció mi abuela y me enteré de que mi tío nunca movió ese documento”, explicaba el propio Medina en ¡Hola! en el año 2018.

"Al morir mi abuela me entero de que no solo no había presentado la documentación, sino que reclamaba todos los títulos para él. El Consejo de Estado le acusó de fraude de ley porque lo que hizo fue una salvajada con una distribución ilegal. Ahí quedó la cosa. El título, en el caso de que me tocara, es sobre todo una cuestión afectiva", contaba en Vanitatis ese mismo año.

"Mi padre siempre nos inculcó a mi hermano y a mí que teníamos que tener los pies en la tierra. Ha sido muy pragmático. Me decía: “Mira, niño, no esperes nada de la familia de tu padre, ni que vayas a heredar nada y menos temas de títulos”. Me he criado en un ambiente donde la abuela era duquesa, el tío conde, otro marqués y por lo tanto eso es muy cercano. Te aseguro que tengo amigos que matarían por conseguir un título", añadía Medina, que asegura no tener casi relación con su tío paterno.

El juicio (ganado) de la aristocracia patria

Sin duda, uno de los litigios más sonados de los últimos tiempos es el que ha enfrentado a los herederos de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, duquesa de Medinaceli y abuela de Rafael y Luis Medina, que falleció en 2013. Los Medinaceli descienden directamente del rey Alfonso X de Castilla y ya antes de que muriera Rafael Medina se habló de la distancia que había entre él y el resto de su familia. En una biografía jamás publicada del que fuera duque de Feria y de la que ofreció un adelanto El Mundo en 2001, ya comentó el por qué de esa ruptura familiar.

"Las relaciones con mi madre se estropearon cuando manifestó una serie de preferencias evidentes por uno de mis hermanos, que recibió títulos y responsabilidades que no correspondían al orden natural que siguen las familias. Mi madre nos marginó a los demás y sólo miraba por sus ojos y le dio una gran responsabilidad en la Fundación Medinaceli. Él es quien controla la fortuna familiar y en realidad mi madre depende ahora de lo que él quiera darle", explicaba haciendo referencia a su hermano, Ignacio de Medina.

Ese distanciamiento y la herencia por Mimi Medinaceli, como se conocía a la abuela de los Medina, llegó a su punto más álgido al ser llevado a los tribunales. Una batalla legal que ha enfrentado a tres familias de la aristocracia española. La 'lucha' judicial ha sido entre la Fundación Medinaceli, presidida por Ignacio Medina Fernández de Córdoba, y sus sobrinos y sobrinos nietos, descendientes de los tres hermanos de Ignacio, ya fallecidos. La duquesa decidió que su hijo menor, Ignacio, gestionase todo el patrimonio familiar a través de la fundación que él preside.

Él fue quien ayudó a su madre a crear la Fundación en 1978, que cuenta con el patrimonio de la casa ducal más importante de nuestro país con palacios como Casa Pilatos de Sevilla. El problema llegó cuando Ignacio reclamó para sí todos los títulos que ostentaba la duquesa y aseguró que su madre le había entregado unos 30 en vida. Pero los tribunales no le dieron la razón y una ley aprobada en 2006 permitió a Victoria Hohenlohe-Langenburg, su sobrina nieta, convertirse en la duquesa de Medinaceli y ostentar el resto de títulos nobiliarios por ser nieta de la primogénita de su madre, su hermana Ana.

El juicio que se llevó a cabo hace unos meses enfrentaba al duque de Segorbe con los otros herederos de su madre, otros cuatro nietos de Mimi Medinaceli: Rafael y Luis Medina, y Victoria y Casilda Medina Conradi, además de Victoria Hohenlohe-Langenburg que además de reclamar algunos títulos también han hecho lo propio con la llamada herencia 'legítima'. Además, el duque decidió sacar de la fundación a sus cinco sobrinos. En noviembre salió la sentencia a favor de los Medina y sus primos: el juez reconocía, según Vanitatis, el derecho a la legítima de los herederos de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, que deberían recibir 20 millones de euros, según el Diario de Sevilla. Aún queda por saber si habrá un recurso por parte del duque de Segorbe.

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