Mónica Cruz se mete en la piel de Gina Lollobrigida para recordar una de las portadas de la gran diva italiana en ¡HOLA!
No solo se parece físicamente a las grandes divas italianas a las que tanto admira, Mónica Cruz también tiene la fuerza y la personalidad que reflejaban a través de la gran pantalla, en los años cincuenta y sesenta. Sabe lo que es el esfuerzo y la disciplina, algo que aprendió gracias al ballet —al que ha dedicado gran parte de su vida— y a sus padres y su hermana Penélope, que siempre han sido sus ejemplos a seguir. Es valiente, fuerte y sabe que los sueños se sueñan y, sobre todo, se luchan, porque detrás de una dolce vita, hay años de trabajo y dedicación.
Nada más proponerle el reto de meterse en la piel de Gina Lollobrigida, dijo automáticamente que sí y además ha recreado una portada de "la actriz más guapa del mundo" cuando llevaba la melena rubia, y el resultado a la vista está: impresionante.
—¿Cómo te has sentido en la piel de Gina Lollobrigida? ¿Qué te ha parecido esta idea?
—Me ha parecido una idea genial. Soy muy fan de todas las actrices de esa época y me parece que era un planazo, la verdad. Y con vosotros, con el fotógrafo… todo decía que sí —ríe.
—Estás muy guapa rubia, por cierto.
—¿Sí? Con el rubio creo que tienes que estar maquillada, si no, es un horror. Las fotos cuidadas y todo siempre ayuda, aunque no sé si me vería tan rubia.
—¿Qué cualidades ves en las grandes divas italianas, Sofía Loren, Gina Lollobrigida, Claudia Cardinale…?
—Me parecían unos portentos de mujer, valientes y echadas para delante en una época mucho más difícil, donde a la mujer no se le permitían ciertas cosas. Creo que fueron muy inteligentes y nos abrieron muchas puertas, no solo por su profesión de actrices, sino como mujeres. Luchaban como leonas. Tuve la suerte de conocer a Claudia Cardinale hace unos años.
'Me crie en la peluquería de mi madre con mi hermana Penélope, y uno de nuestros hobbies era ver las revistas de moda y, por supuesto, ¡HOLA!'
—¿Qué recuerdos tienes de ¡HOLA! en tu infancia?
—Me crie en la peluquería de mi madre con mi hermana Penélope, y uno de nuestros hobbies, de nuestros juegos, aparte de observar a las mujeres, era ver las revistas de moda y por supuesto ¡HOLA!... Ahí fue un poco donde descubrí el universo femenino, eso fue una gran escuela para nosotras, siempre lo decimos.
—Fue casi una escuela de vida.
—Sí, totalmente. Pasábamos allí muchos momentos, porque íbamos a comer y luego volvíamos al cole, después volvíamos a coger la bolsa de ballet, a hacernos el moño y nos íbamos a la academia. Ya te digo, nos encantaba observar a las clientas.
—¿Qué noticia sobre ti te gustaría leer, en los próximos años, en las páginas de ¡HOLA!?
—Pues que he tenido nietos, que sigo ahí dando guerra —ríe—, que todo está bien… Para mí, eso es lo más importante.
—¿Y recuerdas cuándo apareciste por primera vez?
—La primera no me acuerdo. Quizá unas fotos en el teatro, de gira con Joaquín, aquí en Madrid, en el Apolo, al que vinieron los Reyes, y hay una foto en la que estamos todos en la escalera.
—¿Y una portada que te haya impresionado?
—La de Penélope subiendo la escalinata, cuando estuvo nominada al Oscar la primera vez, es un portadón. Estábamos todos allí, acompañándola. Aunque si tengo que elegir, me quedo con la del Oscar, porque es un momento para la historia, pero las dos son muy especiales para nosotras.
—¿Y la noticia más especial para ti que hemos dado?
—El acontecimiento más importante para mí fue cuando nació mi hija.
—¿Alguien a quien te hubiera gustado conocer?
—Me hubiera gustado conocer a Lady Di, que salía mucho en vuestras portadas. Me daba mucha ternura esa mujer.
—La revista está de celebración. ¿Cómo te enfrentas tú a los cumpleaños?
—Lo importante es no perder la motivación, ni la ilusión, ni las ganas de aprender. Me enfrento a los cumpleaños feliz de la vida. Lo que me asusta, digamos, es lo rápido que pasa el tiempo y más cuando tienes hijos.
—Si miras hacia atrás, ¿cómo te sientes viendo la persona en la que te has convertido y la familia que has formado?
—Me siento muy feliz y en paz conmigo misma, por haberme escuchado y haberle dado sitio a las cosas y haber luchado por lo que siempre he querido hacer. Haber tenido siempre esa idea de que hay que trabajar duro, algo que me ha inculcado mi familia y también el ballet, una profesión que aporta mucha disciplina. De todo se aprende y te hace crecer como persona.
—Tu hija Antonella tiene ya once años. ¿Qué ha supuesto la maternidad para ti?
—Todo. Ha supuesto cumplir mi sueño desde que era bien jovencita. Fue en el momento que tenía que venir y, qué te voy a contar, todo lo que me aporta es maravilloso y también me ha hecho descubrir una parte de mí… Criar a un niño y compaginar con el trabajo no es fácil, pero te sale una fuerza que antes, por mucho que trabajes muchas horas, no tienes. Es como que puedes con todo. Yo siempre he sido muy organizada, pero me ha enseñado también a organizarme todavía más.
—¿Te hubiera gustado tener más hijos?
—Me hubiera gustado tener tres o cuatro, y al principio pensaba que cuantos menos años se llevaran entre ellos mejor, pero cuando fui madre, me di cuenta de que no. Los primeros años los niños te necesitan tanto, que no quería quitarla nada. Y ya cuando eres madre soltera, es más complicado, a veces hay que hacer un "tetris" para estar en todo, aunque te diré que no me cuesta nada. Y dije, pues cuando tenga tres años me lo puedo plantear, pero los tres llegaron volando y me conozco, le di a mi hija el pecho tres años y yo tengo que trabajar porque estoy sola. Y tener un bebé para dejarlo en la guardería y estar todo el día fuera… Y al final, pues han pasado los años.
—¿En qué es Penélope un referente para ti?
—En la lucha, en el trabajo, con su esfuerzo y su ejemplo, siempre la he visto trabajar duro, estudiar, prepararse y seguir haciéndolo con el paso de los años, y eso tiene su recompensa. La vida es eso, nadie regala nada. He tenido la suerte de tener ese referente de mi hermana mayor y también es lo que me han enseñado en casa. Me siento muy privilegiada de tener unos ejemplos así.