Madonna se lleva sus propios muebles de gira para recrear su casa de Nueva York

Madonna en su 'Celebration Tour', celebrado en Londres credit:Bang Showbiz
Madonna en su 'Celebration Tour', celebrado en Londres credit:Bang Showbiz

Madonna dio el pistoletazo de salida a su nueva gira mundial, 'The Celebration Tour', el pasado sábado en el pabellón O2 de Londres. Teniendo en cuenta que la reina del pop recorrerá buena parte del continente europeo este trimestre, antes de cruzar el charco y hacer lo propio en Estados Unidos, Canadá y México, resulta comprensible que la diva haga todo lo que esté en su mano para sentirse como en casa en el marco de esta vida nómada.

Lo sorprendente es que, para cumplir su objetivo, la ambición rubia haya encargado el traslado de varios muebles y demás enseres desde su casa de Nueva York, para que sean instalados en su camerino y en su vestuario de los auditorios que visita. Como ha desvelado un informante al diario The Sun, para sus cuatro recitales en Londres, la cantante trató de emular entre bambalinas la distribución de determinadas estancias de su imponente vivienda.

"Prácticamente, Madonna ha recreado varias partes de su hogar de Nueva York en el backstage del O2. Es como si estuviera en su propia casa, ya que ha traído sus muebles. También ha instalado teléfonos fijos, en vez de recurrir al teléfono móvil. Y tiene repartidos muchos humidificadores para que las condiciones sean perfectas para su voz. Vive rodeada de lujo", ha revelado este confidente.

En el primero de sus espectáculos, la autora de 'Like a Prayer', de 65 años, se vio arropada por sus seis hijos, lo que sin duda contribuyó a esa sensación hogareña. "Son mis hijos los que me han salvado a mí", aseguraba en uno de los momentos más emotivos de su espectáculo, al hablar, entre otros temas, sobre la adopción de sus cuatro retoños más jóvenes.

Lourdes, Mercy James, David Banda y las gemelas Estere y Stella la acompañaron en el escenario para aportar su granito de arena al show, mientras que Rocco, su segundo retoño y fruto de su extinto matrimonio con el director británico Guy Ritchie, prefirió disfrutar del espectáculo desde la zona VIP, encantado con el derroche de talento familiar.