Maggie Cullen: surgió en La voz argentina, Gerardo Rozín la aconsejó y se siente una “médium”: “La exposición fue de golpe y eso me asustaba mucho”

La cantante ya se presentó en dos oportunidades en el festival de Cosquín y fue invitada a acompañar a figuras como Soledad Pastorutti, Abel Pintos y Raly Barrionuevo en diversos escenarios
La cantante ya se presentó en dos oportunidades en el festival de Cosquín y fue invitada a acompañar a figuras como Soledad Pastorutti, Abel Pintos y Raly Barrionuevo en diversos escenarios - Créditos: @Alejandro Guyot

Sería ingenuo y hasta prejuicioso pensar que para ser cultor del folklore hay que haber nacido en un contexto provinciano o rural. Maggie Cullen es porteña hasta la médula, pero hay algo que emerge de su personalidad que lejos está de los modos del ciudadano promedio de Buenos Aires .

Padre psicoanalista y madre psicopedagoga que escucharon siempre desde folklore hasta rock. “Creo que todo viene de la educación que me dieron ellos. Soy la mayor de cuatro hermanas y la música siempre estuvo presente en mi casa”, comienza explicando la cantante, quien atraviesa un gran momento profesional, un momento de esos que algunos definen como de “pleno ascenso”. ¿Qué será “ascender” en una trayectoria artística? De búsquedas se trata.

“Mis padres me enseñaron el valor de la familia, respetar los tiempos de cada uno, disfrutar del arte, apreciar los paisajes”, enumera la artista, quien el 13 de diciembre ofrecerá su primer gran concierto en Buenos Aires, cuando se presente en el teatro Coliseo .

El show se convertirá en el gran cierre de un año donde no ha dejado de hacer música en vivo en todo el país y haber ganado el premio Gardel en el rubro Mejor Álbum de Folklore por su trabajo debut, Canciones del viento . El año pasado, también recibió este reconocimiento de la industria de la música, cuando el tema “Canto versos”, de Jorge Fandermole, obtuvo su estatuilla como Mejor Canción de Folklore.

Magdalena Cullen, tal su nombre, cobró notoriedad tras su paso por el certamen televisivo La voz argentina (Telefe), donde llegó a las semifinales en la edición que salió al aire durante la temporada 2021. ¿Quién es esa chica?, se preguntaban todos. Y la respuesta llegaba con su arte. No faltaron las comparaciones con lo que irradiaba aquella Soledad Pastorutti de mediados de la década del noventa, que había irrumpido en Cosquín y ya comenzaba a revolear su poncho con trascendencia nacional.

Maggie Cullen tiene 23 años y llega a la entrevista con LA NACIÓN antes de cumplir con su sesión de terapia. ¿Quién no lo necesita? Tiene mucho para pensar y pensarse. Campechana a más no poder, guitarra al hombro, saluda a todo aquel que se cruza en las oficinas de la discográfica DBN, donde se realiza esta entrevista.

Con profesionalismo, muestra los cambios de vestuario preparados para la sesión de fotos. Un detalle no menor y tan importante como el set de mate que la acompaña. Rápidamente se pone a cebar ella misma, en un fogón improvisado en pleno barrio de Chacarita, lejos de los montes y cerca de anaqueles con cientos de vinilos que son una delicia para cualquier melómano. El acervo de DBN es bien rico.

La música, los músicos, el mundo elegido por la chica capitalina que respira atmósfera pueblerina
La música, los músicos, el mundo elegido por la chica capitalina que respira atmósfera pueblerina - Créditos: @Alejandro Guyot

“Mi abuelo era de Alta Gracia. Allí íbamos cada año a pasar los veranos”, recuerda. En ese enclave cordobés, con idiosincrasia jesuita, posee un grupete de amigos que la espera con ansiedad. “Hace unos días anduvimos de guitarreada”. Seguramente es el cable a tierra que la artista necesita para anclarse en la “realidad” ante tanta novedad y estímulos que le ofrece su carrera.

“Este año también volví al campo de Alta Gracia para grabar con Raly Barrionuevo”. Aquel abuelo -ya fallecido- era médico y uno de los vecinos dilectos del lugar. Su abuela, en cambio, vive y, dada su longevidad, está radicada en Buenos Aires, cerca de los cuidados de los suyos.

Tener fe

Maggie se educó en un colegio muy pequeño de Barrio Norte y, si sus padres fueron una gran influencia a la hora de absorber su amor por la música, no se queda atrás al reconocer que en esa casa de estudios le inculcaron “el amor por la Patria”.

–Desde ya, es una generalización, pero no es tan usual ese tipo de sentimiento en personas de tu generación.

– Estoy enamorada de Argentina , de su gente, paisajes, comidas y hasta de su humor. Y, por supuesto, de su música. No puedo otra cosa que comunicar eso a través de lo que hago.

En la adolescencia, llegaba del colegio y se encerraba a escuchar folklore, aunque aún no sabía que ese sería su camino. Así como no deja de remarcar su vínculo con nuestras raíces, que claramente se manifiestan en su arte, también reconoce su profunda conexión espiritual.

–Sos una mujer de fe.

–Sí, la fe es fundamental para mí.

Maggie ha ido caminando hasta la Basílica de Luján en dos oportunidades y también lo hizo acompañando a peregrinos enfermos en una procesión especial que se realiza cada año. “Es un gran sostén en este camino de la música. Más de una vez, en el escenario, me pasa sentir que hay algo que me excede. Siento que yo soy una médium entre la música y el público . Siento que hay algo que es más grande que yo y que simplemente soy una herramienta, un canal. La fe es saberme dentro de una vocación y llamado a ofrecer algo que a mí me fue dado y que tengo como misión entregarlo ”.

Cuando piensa en su oficio, remarca la cuestión y la define como “un don que a los otros les hace bien”. Disfruta al pensar en ese don. En su don. Casi como que ella misma se sorprende ante tal cosa.

Una y otra vez vuelve el tiempo atrás. Aunque ese pasado es muy cercano, dada su pertenencia etaria. “Tuve una niñez muy feliz, donde me nutrieron de muchas cosas que me hicieron y hacen bien”. Se declara influida por un repertorio muy variado. “Mercedes Sosa fue una de las grandes que nos hizo entender que el folklore, el tango y el rock pueden darse la mano , eso nutre mucho. A mí me gusta casi toda la música y, en mis conciertos, también aparece lo latinoamericano, con temas de Chabuca Granda, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Violeta Parra”, enumera y pega un alarido: “me encanta”.

Jamás deja de sonreír. Hay algo celebratorio, de niña envalentonada con su juego, pero lejos está de la inmadurez. Sabe muy bien qué quiere y cómo hacerlo. Paso a paso. Sin mareos. A conciencia. Pero, sobre todo, a puro disfrute.

-¿Es cierto que también estudiaste producción de música de cine?

-Sí.

-Curiosa carrera.

-La cursé poco tiempo en la Universidad Católica Argentina. Había algo que me atrapaba de ese misterio de mirar una escena con o sin música y que parecieran dos escenas diferentes.

-La música es un gran lenguaje narrativo dentro de la estructura argumental de un film.

-Incluso, una escena sin música hasta puede resultar graciosa y con música es todo lo contrario. Pero creo que también comencé a estudiar eso, porque creo que aún no estaba abierta en mí la posibilidad de ser cantante.

La voz y Maggie

-¿Cuándo nace la vocación?

-Hasta llegar a La voz argentina no me di cuenta que, si yo cantaba, a la gente le pasaba lo que le pasaba. No sabía que si grababa un disco la gente lo podía escuchar ni que, a mí misma, esto me “plenificaba” de esta forma.

-Buena acepción la de “plenificar”.

-Es fuerte, soy feliz cantando.

-¿Cuándo dijiste “cantar me ´plenifica´”?

-Un poco después de haber pasado por el programa, cuando comencé a relacionarme con músicos que vivían de la música, que llevaban adelante ese estilo de vida. Eso lo entendí con el tiempo, porque, al principio, la exposición fue de golpe y eso me asustaba mucho . Salir a la calle y que te saluden, que te pregunten cuándo iba a grabar, fue fuerte.

-¿Cuándo sucedió el primer saludo, la primera selfie en la calle con alguien que seguía tu música?

-Ni me acuerdo, fue mucho y muy de golpe. De pronto fui a la peña a la que siempre iba...

-La Morena...

-Exacto, y ya había algo que había cambiado porque uno estaba en contacto con la exposición, un trabajo de veinticuatro horas. De a poco fui aprendiendo a cuidar la intimidad, a pararme en mí misma, qué lugares preservar para poder plantarme ante el afuera. Eso tomó tiempo, hasta que entendí que podía con todo esto y que podía hacerlo bien.

-Decías que te había “asustado” la popularidad grande y repentina.

-Mucho. Cuando salí del programa, Abel (Pintos) me invitó a abrir sus conciertos, fue demasiado. Yo no había salido de la peña y sólo había llegado al programa para conocer a La Sole.

-¿Cómo fueron esos conciertos de Abel Pintos?

-Me empecé a armar y probé. Por suerte hubo gente que me ayudó mucho.

Enumera a músicos y productores, y a la gente de DBN. “Fui eligiendo, tenía la necesidad de armar un buen equipo, de estar cómoda desde lo humano”. Entre esa gente, también estuvo León Gieco con sabios consejos: “Me decía ´Maggie, tené cuidado con esto, probá aquello, hacé un tango´”. Lito Vitale fue otros de los consagrados que la asesoró desinteresadamente. “Me ayudaron a mantenerme genuina y fiel a mí misma”.

-Entonces, llegaste a La voz argentina para conocer a La Sole...

-Me llegó un link para inscribirme y, como vi que estaba ella, me dije, sin esperar nada: “Vamos, no me lo voy a perder”. Era un juego, una forma de crecer.

Aún la pandemia era una amenaza y Maggie Cullen se encontraba en Alta Gracia transitando ese momento de confinamiento. “Grabé el tema ´Flor de lino´y lo mandé a Telefe”. Con esa misma canción audicionó al aire por primera vez. “Me cambió la vida, me hizo darme cuenta de mí misma y de ese llamado muy fuerte de la música. Quizás, también hubiese sucedido, pero de otra forma”.

-La presencia de Soledad Pastorutti fue definitoria para vos.

-La admiro mucho, incluso, luego de conocer su parte más humana, creo que la admiro mucho más. Es una madraza tremenda, generosa, colega como no hay . En la última entrega de los Gardel estábamos nominadas las dos y terminó ganando mi disco. Luego de eso me mandó un mensaje re lindo. Más buena no puede ser.

-Abrió puertas para muchos jóvenes que deseaban hacer folklore.

-Por supuesto, tanto ella como Mercedes (Sosa) han abierto muchas puertas a las mujeres dentro de este género. Es fundamental, sin ellas hoy no podría estar haciendo lo que hago.

Al tiempo, tanto Soledad como Abel Pintos la invitaron a cantar en sus conciertos en un gran estadio porteño.

“Mucha gente me dijo que, luego de terminado el reality, todo bajaba un poco”. A ella no le sucedió. Sin embargo, y a pesar de la euforia de haber logrado una gran performance en La voz argentina, Maggie Cullen tomó un rumbo inesperado, de decisiones profundas, pero no las que pueden resultar más previsibles. “No fui esperando nada, fue un camino para la música”.

-Cuando te decían que, finalizado el aire del ciclo, todo podría diluirse, ¿te generaba incertidumbre?

-No, todo lo contrario, tenía mucha ansiedad y necesitaba parar un poco. De hecho, cuando terminó el programa, aparecieron muchas discográficas y yo ni sabía que era eso. Así que paré la pelota y me fui con mis amigas al sur como mochilera. A todos les decía “tachame enero de la agenda” . Siempre traté de respetar lo que piden mis tiempos y mi corazón para que eso que necesita la música pueda darse con naturalidad.

-Hay que tener madurez, sentido común e inteligencia para decir “tachame enero” cuando lo lógico hubiese sido “vamos por todo, no dejemos de hacer nada”. ¿Sos muy segura en todos los aspectos de la vida?

-Depende el día.

Sonrisa franca, plena y de frescura. A los 23 años, Maggie Cullen mantiene un rictus adolescente
Sonrisa franca, plena y de frescura. A los 23 años, Maggie Cullen mantiene un rictus adolescente - Créditos: @Alejandro Guyot

Estirpe de familia

Además de su carrera solista, con sus hermanas conforma el grupo Las Cullen. “Empecé cantando con ellas en las peñas. Con las chicas siempre lo hicimos para divertirnos, lo hacíamos para generar ambiente”, explica. Ese “generar ambiente” quiere decir “la música puede transformar completamente una situación, puede distender y alegrar”.

Las Cullen fue un proyecto para compartir, sobre todo luego de la pandemia, que fue un momento tan difícil”. La agrupación -a pura vocación de unión fraternal- grabó un par de temas y, rápidamente, cobró repercusión en la gente con “Avanzar”, canción que popularizó Nahuel Pennisi. “A nosotras nos hace compartir muchos ratos”. No descarta que Las Cullen editen un material de manera profesional.

-Hablemos sobre Canciones del viento.

-Lo grabé el año pasado con la producción de Mati Martino y con un tremendo grupo de músicos. Es un disco donde me planteé pintar un mapa musical de Argentina, con todas sus regiones y con sus características; que el chamamé, la tonada, una milonga o la zamba carpera sonaran como realmente son. Además, era una excusa para estudiar y rescatar autores y compositores y canciones que no se escuchan tanto.

El disco cuenta con las colaboraciones de León Gieco (“Un poquito de tu amor”), Dos más Uno (“Corazón de curupí”) y Nadia Larcher (“La humpa”).

-Sos muy cercana a Yamila Cafrune.

-Otra madraza, la adoro, vino a cantar como invitada a un concierto. La escuchaba mucho de niña, como también lo hacía con Los Musiqueros.

En ese catálogo poco frecuente, también se encontraba el disco Canciones para argentinitos, donde grandes referentes del folklore plasmaban sus sonidos para las infancias. Ese proyecto, dirigido por Zulema Alcáyaga, contaba con temas de la propia Cafrune, Paz Martínez, Tamara Castro y Ramona Galarza, entre muchos otros.

Aunque guarda el secreto bajo siete llaves, muchos de los consagrados que impulsaron su carrera estarán presentes el 13 de diciembre cuando pise el Coliseo con su propio concierto
Aunque guarda el secreto bajo siete llaves, muchos de los consagrados que impulsaron su carrera estarán presentes el 13 de diciembre cuando pise el Coliseo con su propio concierto - Créditos: @Alejandro Guyot

Siempre Rozín

Conversar con los músicos de nuestro país es apelar a alguna anécdota junto a Gerardo Rozín, el hombre de los medios que los ha apoyado incondicionalmente durante los últimos años desde su espacio La peña de morfi (Telefe), así como Juan Alberto Badía lo hizo allá por los ochenta y noventa con Badía y Compañía (Canal 13) y Badía en concierto. (TVP). Ambos comunicadores, ya fallecidos, no solo apostaban por los consagrados, sino por los talentos emergentes. Mérito no menor en una televisión abierta que siempre va por el rating.

-Gerardo Rozín te dio un consejo muy importante.

-Me dio unos cuantos.

-Una vez te dijo: “Nena, vos siempre por tu camino”.

-Sí, me aconsejaba que sea genuina tanto con mi personalidad como con la búsqueda de repertorio, que no me enroscara en nada y que tuviera en cuenta que había un público en toda la Argentina que estaba siempre en la búsqueda de la cultura y los valores.

-Contame cómo fue ese vínculo.

-Él fue el primero que me abrió todas las puertas. Ya estando en La voz argentina, me llevaba a La peña de morfi y me hacía cantar unos cuantos temas. Yo lo miraba como diciendo: “Gerardo, me van a sacar de La voz…”.

-¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

-En un concierto de Dos más Uno donde cantó “Me voy quedando”.

-Su tema de despedida.

-Sí. También debo decir que yo no era una persona cercana a él, a pesar del buen vínculo. Él falleció al año y medio de todo lo que sucedió conmigo en La voz argentina.

Hace pocas semanas, Maggie se presentó en Madrid y en Barcelona -“Canté con Marta Gómez”- y pronto lo hará en Montevideo, tejiendo las redes de un itinerario internacional que puede ser muy promisorio para ella, como lo es para figuras como Soledad Pastorutti, Abel Pintos y Luciano Pereyra.

-La Sole y Luciano Pereyra se animaron con la actuación en ficción. ¿Te imaginás en ese rol?

-Así como nunca imaginé que podía iniciar una carrera como cantante, no pienso en eso, no miro tan adelante, no tengo idea qué puede pasar. Ahora siento solo la música, hay que escucharse uno adentro, siempre fui intuitiva y me fue bien.

-”Tachame enero” y no pasó nada.

-Cuando dicen “se te va el tren” yo pienso que vendrá otro atrás que me pueda tomar.

-¿Te interesa la llamada “música urbana”?

-Está claro que es lo que está de moda. No es lo que yo elijo escuchar, aunque algunas propuestas me parecen muy interesantes.

-¿Por ejemplo?

-Trueno, Wos y también me gustan Conociendo Rusia, Benja Amadeo, Cata Raybaud y Paz Carrara.

-¿Es verdad que, para preservar la voz, no hablás con nadie antes de un show?

-Sobre todo en mi casa; apelo al lenguaje de señas.

Luego del concierto del 13 de diciembre en el Coliseo porteño se preparará para un verano donde seguramente no faltarán las presentaciones en los festivales de Cosquín, Jesús María y tantos más que se desarrollan a lo largo y ancho del país.

El agua del termo se va terminando. Ofrece el último mate. Y se despide con una reflexión: “A todas mis amigas les he pedido que, en la primera de cambio que algo se me suba a la cabeza, me tienen que bajar de un hondazo. Confío en la gente que tengo cerca y que no me va a permitir hacer nada que no deba”.