Maggie Gyllenhaal habló sobre la experiencia de dirigir a su esposo en escenas de sexo

US actress Maggie Gyllenhaal (L) and husband US actor Peter Sarsgaard attend the Hulu premiere of "Dopesick" at the Museum of Modern Art (MoMA) on October 4, 2021 in New York City. (Photo by Angela Weiss / AFP)
ANGELA WEISS

Tras los primeros elogios recibidos ante su debut como directora en La hija oscura, Maggie Gyllenhaal habló acerca de una de las experiencias más difíciles que le tocó vivir durante la realización de la película: filmar a su marido, Peter Sarsgaard, teniendo sexo con la coprotagonista del film, la talentosa Jessie Buckley. La “extraña situación” hizo reflexionar a la actriz a varios niveles diferentes.

Basado en la novela homónima de Elena Ferrante, el film tiene a Olivia Colman en el papel principal. En la ficción ella es Leda, una profesora universitaria que se obsesiona con una mujer (Dakota Johnson) y su pequeña hija mientras pasa unas solitarias vacaciones en Grecia. El encuentro la remonta a sus propios recuerdos acerca de la maternidad temprana, incluido su apasionante encuentro con un profesor de su juventud (interpretado por Sarsgaard).

La literatura de Elena Ferrante llegó a manos de Gyllenhaal casi por casualidad. La lectura de La hija oscura no solo despertó el interés de la actriz por ese mundo oculto tras la voz de la narradora sino la certeza de haber revelado un secreto compartido. “Encontré en el texto, y con mucho asombro, cosas que no le había escuchado a nadie decir en voz alta sobre la maternidad, sobre el sexo, sobre el deseo y sobre la vida intelectual y artística de las mujeres”, dijo en una reciente entrevista con The New Yorker.

En diálogo con The View, la directora también contó cómo fue trabajar junto a su esposo, con quien contrajo matrimonio en 2009 y con tiene dos hijas: Ramona, de 15 años, y Gloria, de 9. “Mi marido es el objeto de deseo en la película. Y protagoniza un par de escenas de contenido sexual con una actriz brillante, joven, hermosa e increíblemente convincente”, manifestó la ahora realizadora, que fue quien escogió a su pareja para unirse al reparto. El actor se vincula en las escenas con Jessie Buckley, que interpreta a la versión más joven de Leda en la película.

Sobre esa experiencia, Gyllenhaal profundizó: “Al principio pensé que quizás no era una gran idea, pero luego me di cuenta de que he estado con mi esposo durante mucho tiempo. Hemos pasado por mucho. Sé que él me ama, entonces, ¿quién podría hacer esto mejor que él? De verdad, nadie”, opinó.

La escena en cuestión es parte de otras muchas que muestran a los personajes en pantalla de Buckley y Sarsgaard mientras lidian con los problemas de la paternidad y con una relación tensa entre ambos.

En cuanto a cómo ella y Sarsgaard han compatibilizado sus horarios de trabajo con el cuidado de sus hijas, la actriz aseguró haber recibido un gran apoyo por parte del actor. “No podría haber hecho esta película sin su ayuda. Hay muchos ejemplos de mujeres que apoyan a sus maridos y hay muy pocos ejemplos de hombres que hacen eso por sus esposas, por eso lo valoro”, manifestó.

En La hija oscura, Gyllenhaal instala un aire siniestro a plena luz del día y bajo el sol dorado que tiñe las playas helénicas donde Leda, la protagonista, pasa sus días de descanso entre libros y breves anotaciones hasta que divisa a una joven madre que comparte la playa con su bulliciosa e invasiva familia.

Gyllenhaal, al igual que Leda, es madre, y, si bien la infiltración autobiográfica para visitar sus propios fantasmas sobre la maternidad estuvo presente desde el comienzo, la actriz estuvo abierta a las experiencias de sus actrices. La demanda de colaboración que alimentó sus deseos de dirigir cuando era actriz la impulsó ahora a abrir el set a “creaciones maravillosas que vinieran de otros lados”. De alguna manera, Gyllenhaal logró explorar la construcción de su mirada como cineasta en sintonía con su pasada experiencia como actriz, no solo dentro del set sino a través de la memoria de sus personajes.