Maggie Smith y otros invitados de edad avanzada esperan cuatro horas en la abadía de Westminster

El interior de la abadía de Westminster durante la coronación de Carlos de Inglaterra credit:Bang Showbiz
El interior de la abadía de Westminster durante la coronación de Carlos de Inglaterra credit:Bang Showbiz

La coronación de Carlos III ha conseguido que una multitud de miles de personas descienda sobre el centro de Londres para recrear una estampa que recuerda mucho a la que se vivió durante el funeral de Isabel II el pasado septiembre, aunque en esta ocasión se respira un ambiente más festivo.

El tiempo lluvioso, que ha hecho honor al típico día de la primavera británica, no ha disuadido a los curiosos, que en algunos casos llevan hasta dos días acampados para poder ver a los soberanos camino de la abadía de Westminster. Los afortunados que han conseguido una invitación no han tenido que llegar a esos extremos, pero aun así les ha tocado madrugar.

Los asistentes comenzaron a llegar con cuentagotas en cuanto el decano de Westminster David Hoyle abrió las puertas. Entre los primeros en aparecer en escena se encontraban la actriz de 'Downton Abbey' Maggie Smith, Stephen Fry, la intérprete Joanna Lumley, el mago Dynamo, los presentadores de televisión Ant McPartlin y Declan Donnelly y el magnate del teatro musical Andrew Lloyd Webber, que es además autor del himno oficial de la coronación del rey Carlos III. Poco después se les unieron varias figuras del mundo de la política, entre ellos el líder laborista Sir Keir Starmer y el alcalde de Londres, Sadiq Khan.

Solo los miembros de la familia real británica, y los de la familia de la reina consorte, han podido esperar hasta unos minutos antes de que el monarca cruzara la puerta de la abadía a las once en punto. El resto había recibido instrucciones muy claras: debían empezar a llegar por orden al recinto a partir de las 7 para que estuvieran sentados a las 9 de la mañana, dos horas antes del inicio de la misa. Las cuatro horas de espera resultaban especialmente intimidantes para personas de edad avanzada como Maggie Smith, que ya ha cumplido los 88 años. Sin embargo, todos la han aceptado como el precio a pagar para presenciar un acontecimiento histórico. La parte positiva es que, mientras esperaban, pudieron disfrutar de un espectáculo musical a cargo del director de orquesta Sir John Eliot Gardiner, que interpretó tres piezas de Bach. También podían entretenerse contemplando la majestuosa decoración de la Abadía, engalanada con suntuosos arreglos florales en colores rojos, burdeos y amarillos dorados.

Entre los invitados no solo hay royals de otros países, celebridades -las menos- y representantes de países de la Commonwealth. También figuran muchos ciudadanos de a pie a los que se ha dado la oportunidad de asistir para agradecerles su servicio a su país y a sus comunidades.