Lo que las malas audiencias no pueden arrebatar a 'Pesadilla en el paraíso'

Carlos Sobera en 'Pesadilla en el paraíso' (Irving Studio, Mediaset)
Carlos Sobera en 'Pesadilla en el paraíso' (Irving Studio, Mediaset)

Acaba Pesadilla en el paraíso. Y, como suele ocurrir en la final de todo reality, el romanticismo y la nostalgia llamaron a la puerta. La penúltima gala ha sido así, un paño bonito de lágrimas y momentos emotivos que, por qué no decirlo, nos han hecho olvidar un poco los malos momentos vividos durante más de tres meses, tanto dentro como fuera del set. En medio de esa nube, y en plena crisis de audiencias, he de admitir que el programa tuvo unos gestos conmovedores y compartió una noticia que nos dejó atónitos. Por primera vez en mucho tiempo, la cadena se olvidó de los malos datos de esta edición y dio muestras de una unión por encima de todo lo demás.

Muy al estilo de la palapa en Supervivientes, pero en este caso en el corralillo donde se hacen las galas, Pesadilla en el paraíso ponía punto y final a más de tres meses en la granja con el apagado de velas y candiles. Es hora de que sus participantes hagan las maletas y partan rumbo a Madrid para concluir allí los programas restantes. Como suele ocurrir en estos casos, de repente y de forma muy genuina, todos olvidaron sus diferencias, tanto en el la casa como en el plató. Predominaban las experiencias bonitas vividas todo este tiempo y el compañerismo.

Unos sentimientos a flor de piel que Lara Álvarez supo crear como nadie. Y es que, la presentadora se sentó junto a los cuatro finalistas y, uno por uno, les expresó su sentir sobre sus cosas buenas, lo que podían mejorar y lo que habían ya mejorado. Fue un momento muy bonito, de los más especiales de este reality. También llegó el de dirigirse a la audiencia con unas preciosas palabras y, como era de esperar, de dedicarle un sentido mensaje a su equipo y, especialmente, a Carlos Sobera. "Trabajar contigo no es trabajar, es disfrutar de la noche de sorpresas. Me llevo la complicidad y ojalá que tengamos más oportunidades de seguir aprendiendo a tu lado”. Él le respondió con que todos le querían y no pudo reprimir las lágrimas.", expresó. El vasco no reparó en emocionarse hasta las lágrimas y mostrar así la bonita unión que han hecho a pesar de que el show no haya dado los datos esperados.

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Y, de repente, en ese momento, me di cuenta que la cadena ha decidido apostar por este contenido a pesar de los resultados. Que aunque muchos creímos que acabaría en nada, prefirieron continuar con el proyecto y seguir dándolo todo a los muchos o pocos espectadores que se quedaban a verlo. Tal es el nivel de compromiso con el formato que, aunque muchos ya habíamos escuchado el rumor de una segunda edición, finalmente Lara lo confirmó y adelantó alguna que otra sorpresa.

A través del guardés de la granja, quien aseguró que seguiría en ella trabajando para la segunda camada de participantes que llegan, se aclararon todas las dudas. Pesadilla en el paraíso sigue, a pesar de todo y contra viento y marea. Una noticia que, personalmente me alegra y me sorprende. Me sorprende porque nunca habría imaginado que Telecinco apostaría nuevamente por un contenido que no funciona. En su historial sobran los programas que han sido sacados de la parrilla si no alcanzaban los datos esperados. Y me alegra, porque esto me demuestra que han aceptado la mala racha y han decidido seguir su línea sin invenciones inesperadas ni nuevos experimentos. Han apostado por esta idea y siguen hacia adelante junto al fabuloso equipo que han creado. Eso es de aplaudir.

Igual que estamos para criticar lo que no, también hay que apreciar lo que sí. Es cierto que cuesta entender que algo que no les ha dado lo que esperaban, regrese a la parrilla en el nuevo año. Pero ayer, cuando la asturiana lo dio a conocer y destacó el desempeño del equipo en Cádiz y la buena conexión con el de Madrid, entendimos que aquí prevaleció ese trabajo en equipo más allá de otras circunstancias.

Lara anunció otra de las noticias que estaban en el aire. Ella se toma un respiro y vuelve a casa después de casi cuatro meses lejos de ella. Más adelante le espera otro viaje a Honduras con Supervivientes y toca parar. Con mucho cariño, le pasó el relevo a Nagore Robles, quien lo aceptó encantada y con una sonrisa de oreja a oreja. Es una oportunidad de la que tenía ganas y que además creo que se merece.

No ha quedado tan claro cuándo arrancará esta segunda entrega, pero si nos guiamos por la intuición y sabiendo que poco antes de primavera arranca Supervivientes, tiente pinta de que comience en enero, una vez pasada la resaca de las fiestas. Telecinco necesita seguir llenando su escaleta de contenido y ha decidido que hay que darle otra oportunidad a Pesadilla en el paraíso. Eso sí, estoy convencida que sin los errores del pasado y con la lección bien aprendida de lo que no es viable.

La audiencia que tan crítica ha sido todo este tiempo por las idas y venidas del programa, el cual finalmente logró una estabilidad y puso coherencia en cómo hacer las cosas sin sacárselas de la manga, no dudó en abrir su corazoncito y reconocer que, a pesar de todo, se estaban emocionando esta noche. La velada fue un derroche de sentimiento en todos los sentidos y una apuesta a lo que viene, independientemente de los resultados de share que se obtengan. También hubo ironías y bromas con las lágrimas de Sobera, asegurando algunos internautas que se debían a los malos datos. No es la realidad, esta vez sí es cierto que la emoción se vivió con total sinceridad y fue genuina.

Queda la final todavía, pero ya han comenzado las quinielas sobre quiénes serán los próximos inquilinos o, al menos, a cuáles les gustaría ver al público. Conociendo a Telecinco, no me cabe la menor duda de que se avecinan curvas y que algo fuerte han de estar tramando con el fin de hacer remontar a Pesadilla en el paraíso y tratar de superar lo hasta ahora conseguido. De brazos cruzados no se van a quedar. Esto va a ser un visto y no visto, comer los polvorones y las uvas, y de nuevo regreso a las galas. The show must go on y yo lo celebro. Así es la televisión.

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