Yahoo Estilo ¿La maldición de Videomatch? Varios integrantes del programa de Tinelli atravesaron duros momentos
Cuando a primera hora de la mañana de ayer los noticieros informaron sobre la detención del Teto Medina, muchos relacionaron directamente su figura con VideoMatch, el programa que lo lanzó a la fama allá por 1990. Aquel entonces un apenas conocido Marcelo Tinelli conducía el envío, que arrancó como un resumen deportivo de medianoche, pero de inmediato se transformó para convertirse en un clásico del humor y una marca de época. Con los allanamientos que terminaron con su detención y la acusación de reducción a la servidumbre, Medina suma su nombre a la lista de exintegrantes del programa de Tinelli que sufrieron grandes tragedias en sus vidas o atravesaron momentos difíciles.
Leo Rosenwasser
El creador de los sketchs de “Osooooo” y “Rompé pepe”, el hombre que le rendía a Tinelli con cada nuevo personaje no pudo sostener el éxito que logró en los 90 y su vida se convirtió en una seguidilla de problemas.
En relación con su carrera, además de algunas participaciones en teatro y televisión, la figura de Leo Rosenwasser es recordada por la entrevista que le realizó a Miguel Ángel Pierri, abogado de Jorge Mangeri por el asesinato de Ángeles Rawson. El letrado había acudido al estudio con su hijo de siete años y el niño, en plena nota, interrumpió la charla para decirle a su papá: “Pero, boludo, mató a Ángeles”.
En el plano personal, Rosenwasser luchó contra las adicciones durante muchos años. Incluso fue acusado de agredir verbalmente a su exmujer, luego de que se filtraran audios en donde la trataba de borracha. El 17 de febrero de 2017, a los 61 años se descompensó en un apart-hotel, donde se encontraba junto a su novia, y falleció de un infarto.
Bicho Gómez
Marcos Rafael Gómez se hizo famoso con un simpático seudónimo: el Bicho. De familia nómade y formación circense, el comediante y actor desembarcó en Videomactch con participaciones especiales que arrancaron en 1997. Su carrera, luego, no paró de crecer: fue parte del recordado panel de Mañanas Informales, el último programa de Jorge Ginzburg, hizo cine, teatro y televisión y volvió a trabajar con el histórico conductor en “Bailando por un sueño”.
El mal momento de Gómez no está relacionado con su carrera artística. En septiembre de 2016, el hombre que creó y le dio vida al Payaso Mala Onda sufrió un violento asalto que lo dejó marcado. Fue interceptado por cuatro delincuentes en la puerta de un kiosco de Villa Real, donde había estacionado y bajado de su auto para hacer una compra.
Luego de amenazarlo con un arma de fuego, a Gómez le robaron el auto, el celular, la billetera y las llaves de su casa. Si bien el auto fue encontrado unas horas más tarde en Fuerte Apache, nunca se dio con el paradero de los delincuentes.
Mariana Briski
Desde 1994 al 2000, Mariana Briski le puso su cuota de humor al programa de Tinelli, en donde con Sandra Monteagudo, con quien había formado antes un dúo under denominado Las Barbies, desembarcó para hacer descostillar de la risa incluso al propio conductor. Entre los personajes que encarnaron como equipo vale recordar a los raperos Sandra y Esteban, a Luna y Matilde y a las inolvidables modelos Vicky y Daniela. Incluso fue una adelantada con su sketch de las feministas. Briski dejó el programa cuando se enteró que estaba embarazada, en 1999.
La carrera de Mariana, sobrina del célebre actor Norman Briski, nunca paró de crecer: hizo teatro, -en donde también dirigió-, televisión y cine. Brilló con personajes humorísticos y con creaciones más dramáticas y como panelista de programas de entretenimiento y magazines. Pero el cáncer le puso un freno a su talento: en octubre de 2004 se enteró que tenía un tumor en una mama y el 14 de agosto de 2014, diez años después, murió. Tenía 48 años.
Toti Ciliberto
Una de sus más famosas imágenes lo ubica en la historia del programa de Tinelli disfrazado de Martín Fierro, íntegramente pintado de dorado. Toti Ciliberto era quien en VideoMatch, programa al que ingresó en 1992 y donde se quedó por ocho años, hacía reír al público con sus improvisaciones. Hace poco tiempo, en PH, podemos hablar, el humorista contó el lado B de sus años de fama. “Entrando en la época de VideoMatch tuve problemas. Con la ayuda de mi familia, de Marcelo... fueron unos años. La cocaína es linda y feliz la primera vez, ya la segunda es sufrimiento”, reconoció en diálogo con Andy Kuznetsoff.
Otra adicción contra la que tuvo que luchar Ciliberto fue la comida. Cuando arrancó en el ciclo de Tinelli se desempeñaba además como profesor de gimnasia. Con el tiempo llegó a pesar 110 kilos. Luego de años de lucha, logró bajar 25 kilos, pero no fue por un cambio de alimentación sino que un problema odontológico le sacó las ganas de comer. “Una vez que el estómago se achica, la cosa empieza a ser un poquitito más fácil. Ahora llevo adelgazados unos 25 kilos. Espero seguir así”, aseguró hace pocos días a la prensa.
Sebastián Almada
De nacionalidad uruguaya, Sebastián Almada se mudó a Buenos Aires en 1997 convocado por Tinelli para sumarse al staff de humoristas de VideoMatch junto a sus compatriotas Álvaro Navia y Félix Castro. Su paso por el éxito televisivo duró hasta 2016, aunque luego volvió en varias oportunidades para participaciones especiales. Gracias a sus personajes humorísticos, logró hacerse un lugar en la televisión argentina: fue parte de ficciones como Los Roldán y Educando a Nina y de programas de entretenimiento como El Host y La peña de Morfi.
Mientras su vida personal y su carrera iba sobre rieles, su salud lo puso en jaque varias veces: en 2012 sufrió un infarto y debieron colocarle cuatro stents, y en 2018 pasó un mes en terapia intensiva por una bacteria que hizo que le colapsaran los pulmones. “Esta bacteria me destrozó y hasta que encontraron el antibiótico correcto pasaron casi tres semanas y cuando la encontraron era tarde y tuvieron que operarme para limpiar todo. Hubo días críticos, de mucha gravedad”, contó luego en una nota para LA NACIÓN. En mayo de 2019 volvió al hospital por una pancreatitis.
Ricardo Bissio
Ricardo Lanchita Bissio pasó poco tiempo en el equipo de Tinelli , pero es uno de los personajes más recordados de los primeros años del ciclo. Especialista en motonáutica, fue parte del staff cuando cada uno de los integrantes se dedicaba a cubrir un deporte específico. En 1992, cuando el programa cambió su esencia consecuencia del éxito de los bloopers, Bissio decidió dar un paso al costado . Hoy, vive en la ciudad cordobesa de San Antonio desde hace más de 20 años. Allí anima el ciclo radial El Bissio de la mañana, un programa local que sale en simultáneo por televisión.
En julio de 2016, el nombre de Bissio volvió a la luz, pero esta vez en las primeras planas de las páginas policiales de los diarios de todo el país: su hijo protagonizó un trágico accidente en Carlos Paz al chocar su moto con otro motociclista. Mientras él sufrió heridas de gravedad en la cabeza, el abdomen y el tórax, el dueño del otro rodado perdió la vida.
El Teto Medina
No es la primera vez que el Teto Medina está involucrado en un escándalo: su nombre, además de haber sido vinculado a problemas de adicción, fue relacionado a varias denuncias de violencia de género por parte de algunas mujeres que pasaron por su vida. En esta oportunidad, y luego de una serie de allanamientos que se realizaron en simultáneo ayer, Medina fue detenido junto a otros 16 sospechosos en una causa caratulada como “reducción a la servidumbre, trabajos forzados, asociación ilícita, abandono de persona, usurpación de título y autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
Según el fiscal de Berazategui Daniel Ichazo, el Teto tenía un rol claro en Razón de Vivir, la supuesta comunidad terapéutica investigada por ser una eventual organización ilícita dedicada a cometer “delitos contra la vida, la libertad, la propiedad y la administración pública”. En esa estructura, el conductor y panelista de TV tenía como función, según la Justicia, “ser la cara pública y visible de la asociación para captar más víctimas y perpetuar su impunidad a lo largo del tiempo”.
