María Fernanda Callejón, sobre su separación de Ricky Diotto: “Fue un tsunami para mi vida; no fue fácil”

María Fernanda Callejón, sobre su separación de Ricky Diotto: “Fue un tsunami para mi vida; no fue fácil”
María Fernanda Callejón, sobre su separación de Ricky Diotto: “Fue un tsunami para mi vida; no fue fácil” - Créditos: @Hernan Zenteno

CÓRDOBA.- María Fernanda Callejón está feliz con Los vecinos de arriba, la comedia que protagoniza con Esteban Prol, Gastón Ricaud y Adriana Salonia en Villa Carlos Paz. La actriz está en su casa porque, aunque nació en la ciudad de Córdoba, se crio en la villa, de donde tiene recuerdos de sus escuelas, de sus clases de danza, de sus años de federada en vóley y de sus primeros trabajos para pagarse la capacitación.

“Muy contenta del proyecto que generamos y tenemos; contenta con mis compañeros, con la dirección de Fabián... Flasheé con todo lo que puso con esta nueva versión 3.0 de la obra. Todo funciona a las maravillas. Somos cuatro amigos que vinimos a hacer esta temporada con mucha expectativa y con mucha felicidad ”, dice sobre la pieza de Cesc Gay, con la adaptación de Alejandro Orlando y dirección de Fabián Vena que tiene funciones de miércoles a domingo en el Teatro del Sol.

Callejón, en la comedia, es Laura, una psicóloga. “Me enseña, me sana, acabo de vivir de un divorcio y me hace bien”. Admite que Los vecinos de arriba “no es una obra de verano”, sino que “es una obra que honra” a este verano teatral. “No hay que subestimar al público, en esta obra se divierten, se emocionan y se llevan algunas herramientas que les puede servir”, continúa.

Ricaud, Salonia y Prol comparten con Callejón el elenco de Los Vecinos de Arriba.
Ricaud, Salonia y Prol comparten con Callejón el elenco de Los Vecinos de Arriba.

A mediados del año pasado, confirmó su separación de Ricky Diotto, su pareja durante más de una década y padre de su hija Giovanna, de siete años. Están juntas en Villa Carlos Paz y dice que “comparten todo”, además de poder contar con la “ayuda” de su familia para el cuidado de la niña. Sobre su divorcio, admite que fueron “muchos meses de tristeza”.

-¿Una vuelta a casa con esta comedia en Carlos Paz?

-Es como un regreso a casa, sí. Siempre vengo porque tengo a mi familia, pero no hacía temporada hace décadas. La primera fue con “El Negro” Álvarez y Raúl Ceballos en el teatro de Hermes Bertorello. Con mi hermana en aquellos años teníamos un grupo de baile con el que hacíamos free style. Nos había contratado una gaseosa muy conocida para hacer publicidad en vivo. Ceballos y Álvarez habían traído a dos chicas de Buenos Aires para hacer un varieté, un café concert; ellas oficiaban un poco de vedettes, pero a la semana se pelearon. Entonces dijeron “llamemos a las Callejón”. Hicimos un toro. Aquello fue como premonitorio porque nos vistieron de vedettes, todas llenas de piedras.

-Habías estudiado danzas, te gustaba el teatro, ¿ya sabías que querías ser actriz?

-Danzas españolas desde chiquita estudié. Pero de muy de pequeña quería ser actriz; mi madre [Gracia Pizzuto] era actriz de radioteatro; debutó con Mercedes Carreras, eran amigas. No es casual que mi hermana y yo siguiéramos ese camino. Yo iba al centro cultural Rizzuto, ahí me preparaba. El otro día estuve y lo vi tan lindo, tan grande… Hacía bombo, boleadoras, folklore, todo para poder ir una hora al mes o cada 15 días con Lisandro Selva, el dramaturgo cordobés. El material de esa obra que hicimos con Álvarez y Ceballos -dos grandes humoristas y actores- me sirvió para debutar con Moria Casán en la avenida Corrientes; yo era media vedette. A la villa no volví a hacer teatro, siempre hice Mar del Plata, Buenos Aires y cuando Giovanna era más chiquita elegía no hacer teatro para estar con ella.

-¿Aceptaste por la obra o porque era en Carlos Paz?

-Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero acá estoy y estoy disfrutando de que Giovanna me vea. Va todos los días a buscarme, llega después de la mitad de la obra y anda por ahí. La cuida mi familia, disfruta con sus primas. En Buenos Aires no tengo a nadie; la crié sola. Sí tengo una “nana”, pero no está full time. Todo está saliendo fascinante. Cuando me hicieron la propuesta no me hacía la cabeza porque es toda una movida el traslado y es mucho tiempo. Carlos Paz está hermoso. ¡Qué más puedo pedir! Además, en el Teatro del Sol fui hasta boletera, fui instructora de patinaje cuando estaba la pista ahí, zapatera en un negocio de mi hermana, atendí locales, heladerías... Del teatro me contrataban para que pudiera pagarme mis estudios en Córdoba. Recuerdo que fui boletera en una obra de Andrea [Del Boca] y Silvestre. ¡Imaginate lo que es para mí volver a ese teatro!

-¿Tu papá qué decía de tu vocación?

- Mi viejo no quería saber nada; decía que nos íbamos a morir de hambre, que no era una profesión estable; algo de razón tenía. Soy una agradecida porque siempre tuve trabajo . Pero nunca nuestros padres nos torcieron para ningún lado. Mi mamá vio la veta; al ser actriz nos apoyaba mucho más. El pensamiento de mi papá era muy de la época, más siendo de una provincia. Yo quería trabajar con el Gordo Porcel porque consumíamos mucha televisión y veía eso. Él decía que no había porvenir siendo actrices, pero tampoco nos decía qué estudiar. Le costaba pensar, era ese dolor de padre de pensar en sus hijas solas en la Capital Federal. Me fui sola a los 17 años y a los 15 días le hice ‘leru leru’ porque con lo que ganaba en el teatro me estaba pagando el alquiler.

Callejón revive su infancia en Villa Carlos Paz
Callejón revive su infancia en Villa Carlos Paz

-¿Eran muy familieros?

-Muy, muy, de toda la vida. Después, con los años, nos fuimos desperdigando. Tengo una sobrina en Europa, otra en Necochea, primos por diferentes lados; mi hermana y mi papá acá, en la villa.

-¿Qué hacés en el tiempo libre?

-No tengo tiempo libre. Soy una mamá full time de una nena de 7 años. Sí entreno todas las mañanas; hora, hora y media. Hago funcional, cross fit. Ahora está por salir The Challenge Argentina, por Telefé, una competencia deportiva extrema y soy parte. Amo eso. Me encanta hacer gimnasia. A mi vida saludable la hago desde siempre. De chica en el Centro Italiano era federada de vóley; he jugado mucho tiempo.

-¿Qué compartís con tu hija?

-Todo. Mi pasión que es actuar, mi profesión. Hacemos bicicleta; pasamos tiempo con las mamis del cole con los niños; vamos al teatro. Salvo las rutinas que hacen los adultos, compartimos todo. Recién ahora que estoy divorciada estoy teniendo momentos para mí. Disfruto mucho, me dan mucho gusto los planes que hacemos juntas.

-¿Sufriste mucho con el divorcio?

-Por supuesto, un divorcio siempre es complejo. Es complicado en muchos aspectos, pero la vida se calma, todo se acomoda. Hay que darle tiempo al tiempo, pero la separación fue un tsunami para mi vida. No fue fácil, ni para mí, ni para hija, ni para mi ex. Ahora estamos encaminando todo. Me estoy priorizando porque soy la cuidadora oficial de mi hija de acá a la eternidad. Me cuido lo que más pueda, para educarla a ella en esta libertad, en este poder elegir, en no dar explicaciones de lo que uno elige y quiere.

-Siempre decís que desde chica querías ser madre.

-Ser mamá como mi mamá, y actriz.

-¿Sentía que lo estás logrando?

-Todavía me falta; ojalá pueda llegar al 10 por ciento de lo que era ella, pero eso lo tiene que decir un día Giovanna. Yo hago lo que puedo. Fui y soy mamá contra todos los pronósticos, movida por un deseo genuino. Hice un recorrido muy grande y hoy es el título de nobleza más grande que puedo tener; hago todo lo humanamente posible para ser una buena mamá . Estoy tratando de aprender. Mi hija es mi gran maestra, sigo mi intuición y los valores y el ejemplo de mi mamá. No está escrito en ningún lado cómo ser nada. Vamos aprendiendo todo.