De Maradona a Susana, de Cacho Castaña a Juan Carlos Calabró, los famosos a los que Cahe acompañó
El espectáculo y el deporte argentino están de luto: Alfredo Cahe, el médico de cabecera de distintas figuras como Susana Giménez, Cacho Castaña y Juan Carlos Calabró, pero también el hombre que acompañó a Diego Armando Maradona en sus peores momentos, murió este viernes a los 80 años. La noticia la confirmó el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, quien lo despidió a través de sus redes sociales.
“Con profundo dolor despido a mi querido amigo Alfredo Cahe, reconocido por sus cualidades profesionales y humanas. Quedará para siempre en mi recuerdo su labor médica y su apoyo anímico y solidario para superar adversidades, al igual que sus valores en la amistad que supimos construir. Un abrazo fraterno para sus hijos, nietos, familiares y amigos”, publicó el exmotonauta en su cuenta de Instagram.
Cahe nació en Santos Lugares y el sueño de convertirse en médico lo llevó a estudiar a la Universidad de Buenos Aires. Con el título bajo el brazo, comenzó a atender en el Hospital de Clínicas, donde además fue profesor de clínica médica. Medido y reservado -cualidad que lo llevó a ganarse la confianza de los famosos más buscados del país- se definía como “futbolero de alma, aburrido y apasionado por la música”. Durante sus años de ejercicio, también dedicó su tiempo a atender a pacientes particulares en los dos consultorios que tenía: uno en el centro de la Ciudad de Buenos Aires y otro en Villa Urquiza.
El médico que intentó sacar al Diez de las drogas
La primera vez que Cahe vio a Diego Armando Maradona, el Diez tenía 16 años. Fue Jorge Cyzterpiller, su primer representante y paciente de Cahe, quien lo llevó a su consultorio de la calle Díaz Colodrero. El motivo de la visita era muy puntual: Diego estaba muy flaco y Cyzterpiller pensaba que necesitaba suplementar su dieta con algunas vitaminas.
A partir de ese momento, y a pesar de los largos viajes del jugador, Cahe se convirtió no solo en su médico de cabecera sino que, además, fue parte durante muchos años de su círculo íntimo. Tanto confiaba Diego en él, que en 1994 le confesó que era adicto a las drogas. Gracias a esa charla comenzaron, según relató el mismo Cahe a LA NACION, “miles de tratamientos. Algunos muy exitosos, otros no”.
En esa misma entrevista, en el año 2000, el profesional explicó que el problema con las drogas no fue lo único que casi mata a Maradona en Punta del Este y reveló que también tenía problemas para controlar la ingesta de comida. “Cuando a Diego se lo ve gordo, es porque no está consumiendo cocaína. Es cuando él vuelca la compulsión en la comida.”
Aunque en varias oportunidades intentó alejar al Diez de las drogas, nunca lo consiguió. La última vez que interactuaron fue en 2017, aunque esa no fue la última vez que lo vio. Cuando Diego murió, Cahe fue muy duro en sus declaraciones. “La última vez que lo vi a Diego vivo fue en la Clínica Olivos. Estaba prácticamente dopado y dormido, no pude hablar ni con él, ni con la psiquiatra, ni con el psicólogo. Inmediatamente se me cerraron las puertas”, explicó poco después de la partida del campeón del mundo en una nota para la televisión. “La única vez que lo vi estaba dormido profundamente. Y la segunda vez que lo fui a ver ya se había producido el suicidio”, sorprendió. Además, apuntó contra sus mujeres y se lamentó porque no hubo nadie para seguir su salud de cerca durante sus últimos años. “No existía un Cahe en su vida”.
Del apoyo post “cenicerazo” a Susana a los últimos días de Cacho Castaña
Maradona no fue la única celebridad argentina que pasó por el consultorio de Cahe. El vínculo del médico con la farándula llegó de la mano de su esposa, María Marta, hermana de la actriz Cristina del Valle. Susana Giménez, Juan Carlos Calabró, Enzo Viena, Irma Roy y Alejandra Pradón le confiaron durante largos años sus historias clínicas y sus dolores.
Con Susana tuvo un vínculo entrañable. Fue la actriz y conductora quien lo ayudó a superar el lamento de haber sido, desde chico, un pianista frustrado: le regaló un piano que perteneció a su abuela, que era concertista, y que Cahe tocaba cada vez que la profesión y sus compromisos se lo permitían. También estuvo con ella cuando el escándalo la llevó a las tapas de los diarios. “No vengo a verla como médico sino como amigo”, le dio a uno testigo del episodio del “cenicerazo”, el día que la vida le revoleó un cenicero a su entonces marido, Huberto Roviralta, en su casa de Barrio Parque, hecho que marcó el fin del matrimonio.
Las crónicas de ese día recuerdan Cahe también reveló algunos detalles de lo que sucedió dentro de la distinguida casona blanca de la conductora. “Ustedes conocen el problema. En el estado de ánimo de ella es normal. La mediqué, y a él le puse una curita en la nariz…”, le dijo a los periodistas apostados en el lugar.
Cahe también estuvo muy cerca de Cacho Castaña durante sus peores momentos: fue su médico personal durante casi toda su vida profesional. Luego de su muerte, el 15 de octubre del 2019, lamentó su partida. “Lo asistí durante más de 30 años, es toda una vida. Nuestra relación trascendía lo médico. Se fue un amigo, un amigo de verdad”, confió apenado.
El adiós de Marina Calabró
🗣️ Las lágrimas de Marina Calabró por la muerte del Dr. Alfredo Cahe: "Era el médico de mi papá"
🟣 #Calabro1079 con Marina Calabró
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Otra de las figuras que estuvo bajo el cuidado de Cahe fue Juan Carlos Calabró. Hoy, su hija Marina le dedicó unas palabras al famoso médico en su programa de radio de El Observador y no pudo evitar que se le cayeran algunas lágrimas.”Seguramente es un nombre que les suena de algún lado, fue médico personal de Maradona durante décadas... De hecho, tuvo que ver con algunas internaciones clave de Diego, entre ellas la de Cantegril”, dijo en referencia al episodio que dejó al borde de la muerte al astro futbolístico en los primeros días de enero de 2000, en Punta del Este.
“Fue un hombre de una generosidad que pocas veces vi... No quiero llorar... Fue el médico de mi viejo, de toda mi familia. Era una experiencia ir a su consultorio porque uno se encontraba con gente que conocía e incluso choluleaba. Yo me acuerdo mis charlas con Pappo, porque nos daba turno el mismo día y a la misma hora. Era una sala de espera con muchas sillas y me acuerdo el fastidio de Pappo: ‘Nena, cómo nos hace esperar el tordo’”, cerró Marina con una sonrisa. Hoy, son los famosos lo que despedirán a Cahe como profesional, pero sobre todo como amigo.