Marcos Gorban recordó la desafortunada cámara oculta a Marcelo Tinelli que jamás salió al aire: “Se tiró de cabeza a una zanja”
La década del 90 marcó un antes y después en la Argentina, y entre los referentes del mundo artístico que tuvieron un amplio crecimiento en esta época Marcelo Tinelli fue uno de los impulsores de la -entonces- nueva televisión, con contenidos inspirados en formatos internacionales, cuyo eje principal era el humor. Su gran apuesta fueron las cámaras ocultas con las que consiguió altos puntos de rating en su emblemático programa VideoMatch. En dicho formato, las personas atravesaban momentos angustiantes, y después de un rato se les avisaba que era “una jodita para Tinelli”. A casi 30 años de aquel boom, Marcos Gorban, quien fue productor del citado programa, reveló que la primera “víctima” fue el propio conductor, pero el material nunca salió a la luz por un desafortunado motivo.
La historia de la televisión argentina tiene momentos muy puntuales que marcaron un hito, para luego instalar nuevos formatos que terminaron siendo un un éxito a la hora de atraer a las audiencias. Uno de ellos fue sin duda la irrupción del concepto de cámara oculta humorística. Esta secuencia, proponía que una persona atravesara una situación desafortunada, que le causara sentimientos y reacciones negativas hacia las personas que la rodeaban, mientras todo era filmado sin que se diera cuenta. Luego, se le comunicaría que se trataba de una broma. Este tipo de sketch tuvo como víctimas a miles de personas después de que se volviera un infaltable de las emisiones del programa conducido por Marcelo Tinelli.
Las primeras cámaras ocultas en la TV datan de 1994, pero el formato había llegado poco antes y de una manera muy inusual a Tinelli, ya que fue la primera víctima-. “En aquel momento no existía en la Argentina el concepto de cámara oculta. Yo había leído a un periodista alemán que se llamaba Günter Wallraff, que se disfrazó y se hizo pasar por un turco. Estuvo seis meses así para demostrar y escribir un libro contando como se discriminaba a los turcos en Alemania en los años 70 y me flasheó”, contó el reconocido productor Marcos Gorban en diálogo con Migue Granados, en el podcast La Cruda (Spotify).
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Fue a comienzos de los años 90, que el entonces periodista comenzó a utilizar el recurso del disfraz para conocer el detrás de escena de algunas situaciones cotidianas. Por ejemplo, reveló que en 1992 analizó el boom de las noches de strippers en el popular Golden, al infiltrarse como mozo del local bailable. De esta manera, expuso una manera diferente de contar realidades, poniéndose en el centro de la escena para poder experimentar lo que sucedía en primera persona. Aquella primera experiencia, fue la que inició en él la necesidad de hacer este tipo de trabajo.
Con su carrera consolidada en el periodismo de investigación, Gorban realizaba diversas producciones en el ciclo Edición Plus. Para una de ellas, planearon una secuencia que finalmente no vio la luz debido a que el resultado no fue el esperado. A casi 30 años, el productor reveló que se trata de una cámara oculta que Marcelo Tinelli jamás le perdonó.
“Salió mal. Fue heavy, estábamos haciendo una cámara oculta para Edición Plus (Telefe). Montamos un operativo policial en la (autopista) Riccheri en la madrugada en la que Marcelo volvía del Mundial 94, de los Estados Unidos. Ya era VideoMatch un boom, cumplían 1000 programas. Pusimos un retén policial y ahí había magos, disfrazados de oficiales”, contó Marcos sobre este episodio que hasta el momento no había sido revelado en un medio de comunicación.
El plan de aquel operativo falso era jugarle una broma al famoso conductor, pero se les fue de las manos. “Le iban a abrir el baúl, en el retén y de ahí los magos iban a sacar corpiños y cosas del baúl. Cuando entraba la confusión se iba a tirar fuegos artificiales y le iban a decir que era una joda de Edición Plus”, reveló sobre el plan inicial. Sin embargo, los productores no conocían cierta información que no contribuiría en la broma. “No sabíamos que Marcelo jamás se iba a bajar del auto para abrir el baúl, sino que iba a bajar el chofer, por lo cual todo el chiste no tenía gracia. Porque una cosa era abrirlo y que él se sorprenda. Cuando pasó eso, los magos dijeron ‘vamos derecho al remate’ y empezaron los fuegos artificiales”, recordó el productor sobre el primer inconveniente que impidió la “escalada de humor” deseada para la cámara.
Por esta razón, se decidió continuar con la etapa de los fuegos artificiales, que tampoco salió bien. “Empezamos a los tiros a las 3 de la mañana en la Riccheri. No sabíamos, porque no era público, que en ese momento le habían llegado amenazas a Marcelo. Lo habían amenazado a él o a las hijas. Entonces, estaba amenazado, lo paran a las 3 de la mañana en la autopista y se tiraron de cabeza a la zanja”, contó sobre la situación, que fue pensada como broma, pero terminó por transformarse en un instante tensión y terror para los presentes.
“Fue un momento feo. Nunca salió al aire, pedimos perdón”, recordó el productor, que fue autocrítico sobre aquel episodio, que el consagrado conductor aún le reprocha. Sin embargo, fue ese fallido que meses más tarde le daría paso a una nueva oportunidad laboral a Gorban. “Más tarde me llamaron desde el programa de Tinelli y me dijeron que querían que haga cámaras así”, contó. A partir de entonces, la historia es conocida: este formato se convirtió en parte de la diaria del programa, que marcó un antes y después en los ciclos de humor argentinos.
Frente a la consulta de Migue, que vio las cámaras como hijo de uno de los protagonistas (Pablo Granados), Gorban aclaró un mito sobre la veracidad del formato: “Todas las cámaras eran de verdad. La gente se daba cuenta que era cámara oculta, pero no salían al aire. Grabábamos 50 y 5 no salían porque se habían dado cuenta”.