Marjane Satrapi rechaza la Legión de Honor por la actitud francesa con la disidencia iraní
París, 14 ene (EFE).- La artista franco-iraní Marjane Satrapi ha decidido rechazar la Legión de Honor, la máxima condecoración oficial en Francia, por la actitud "hipócrita" de su país de acogida que, a su juicio, no trata con la consideración que debería a la disidencia iraní y es condescendiente con el régimen.
En una carta a la ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, publicada en su cuenta de Instagram, y luego en un vídeo, la historietista, cineasta y pintora, galardonada el pasado año con el Premio Princesa de Asturias, dice que le cuesta "entender la política de Francia con Irán".
De forma muy particular, se queja de que mientras "a los jóvenes iraníes amantes de la libertad, a los disidentes y a los artistas se les niegan visados", incluso por motivos turísticos, los hijos de los "oligarcas iraníes" pueden pasear "por París y Saint Tropez (en la Costa Azul) sin ningún problema".
A su parecer, el apoyo a "la revolución de las mujeres no puede limitarse a fotos con las víctimas o con celebridades en conmemoraciones por la muerte de Masha Amini", la joven detenida en 2022 por no llevar el velo islámico según el código reglamentario del régimen iraní, y que murió en manos de la policía.
"No puedo ignorar lo que me parece una actitud hipócrita de Francia con Irán", subraya la artista, que insiste en que "los iraníes no necesitan comunicación, necesitamos acciones concretas".
Puntualiza que su negativa a recibir la Legión de Honor "no es en ningún caso una acción o un pensamiento contra Francia. Por el contrario, amo profundamente a este país, que es el mío".
Y añade que se sentirá honrada "cuando todos los defensores de la libertad estarán a mi lado".
Nacida en 1969 en la ciudad iraní de Racht en una familia de simpatizantes comunistas, Marjane Satrapi pasó su niñez en ese país, antes de ser enviada a un liceo en Austria a los 14 años.
Volvió a Irán para cursar una formación de Bellas Artes en Teherán donde se tituló a finales de los años 1980, y marchó a Francia en 1994, primero a Estrasburgo y luego en París, donde entró de lleno en el mundo del cómic.
De 2000 a 2003 publicó los cuatro tomos del que ha sido su gran éxito, 'Persépolis', dibujado en blanco y negro, en el que cuenta su propia infancia en el Teherán de la revolución islámica y luego su ruptura con su salida a Europa.
Fue naturalizada francesa en 2006 y al año siguiente adaptó su premiado cómic al cine, una película que recibió el Premio del Jurado del Festival de Cannes, pese a las presiones ejercidas con Francia por el régimen iraní para tratar de evitarlo.
En los últimos quince años, ha continuado con su carrera de cineasta y se ha significado también como pintora, al tiempo que se ha mostrado particularmente activa en las denuncias de la situación en Irán y en la defensa de los derechos de las mujeres, con llamamientos para que los europeos y los occidentales sean más duros en las sanciones contra la represión.
(c) Agencia EFE