Martha Stewart te da la bienvenida a la generación que no envejece
La generación Z ahora tiene una gigante como influente de belleza: Martha Stewart, de 80 años. En febrero, la virtuosa de la domesticidad más celebrada del mundo se volvió viral con cinco videos publicitarios sorprendentemente descarados, coquetos, chuscos y ocurrentes que realizó con Clé de Peau, una empresa japonesa de maquillaje y cuidado de la piel, para ese bastión digital de los jóvenes de 13 a 25 años: TikTok. En las primeras siete semanas desde que se publicaron estos videos en TikTok e Instagram, obtuvieron 78 millones de vistas.
El más visto de estos, filmado en la cocina y baño de Stewart, comienza con ella diciendo: “Me enteré de que estás buscando la receta perfecta para hidratar tu piel”. Se ha visto 47,9 millones de veces.
¿Pero qué hace Martha Stewart promoviendo una línea de belleza prestigiosa entre zileniales, una que vende un humectante de La Crème por 550 dólares, una Enhancing Eye Contour Cream Supreme por 280 y un corrector por 75 dólares?
Los videos transcurren en varias habitaciones (es como el juego de Clue pero sin asesinatos) y en la alberca de la casa de Stewart en Bedford, Nueva York, a fin de crear un ambiente íntimo y familiar.
Y no hay duda de esto: están hechos para llamar la atención. Aprovechando al máximo los 15 a 30 segundos que sale en cada video, la empresaria guiña, hace pucheros, se encoge de hombros o saca la pompa; hace como que se unta suero, crema para los ojos o bálsamo para labios, mientras exhorta a su audiencia a que “proyecten ser fabulosos”. Todo el tiempo parece estar canalizando a Marilyn Monroe, la diosa rubia de su juventud.
Pero, fiel a su estilo, en todos los videos, Stewart se viste de forma conservadora, con blusas holgadas. También hace su famoso movimiento de dedo y pronuncia su meme “Eso es bueno”. Así que puedes estar seguro de que, debajo de todo esto, sigue siendo la Martha que hornea pasteles y esparce mantillo, como la conocen sus millones de seguidores.
Las contemporáneas de Stewart, como Rita Moreno (90 años), Tina Turner (82 años) y Helen Mirren (76 años) se ven superbién, de hecho, se ven atractivas. Los rostros como los de ellas, que lucen un poco de desgaste sobre un cuerpo delgado y tonificado, se están convirtiendo en un ‘look’ familiar.
Pero esa no es la apariencia de Stewart. Ella también es atractiva, pero en sus videos de Clé de Peau, y en sus propios videos de TikTok e Instagram, y también en la vida real, no se ve para nada de 80 años.
Como testimonio de lo anterior, en sus publicaciones de TikTok e Instagram, y en los comentarios que le hacen en entrevistas se leen y escuchan cosas como: “Martha, estás despampanante” o el flujo imparable de “meencantameencantameencanta”.
Pero a veces ocurre una disonancia cognitiva al ver a alguien de 80 años que luce tan juvenil.
“Para ser sincera yo pensé que era alguien que se hacía pasar por Martha”, comentó Vianna Carlsen, de 49 años, una estilista que divide su tiempo entre Copenhague y Nueva York.
“Me costó trabajo ver los videos”, confesó Cynthia Medalie, de 66 años, una psicoterapeuta de Nueva York. “Sentía que ella trataba de habitar una parte mucho más joven de sí misma”.
Al analizar los videos, Nilah Rivera, una estudiante de secundaria de 13 años que vive en Nueva York, consideró que “se estaba esforzando demasiado por verse a la moda”.
“Parecía que los había creado un grupo de jóvenes”, opinó.
Tiene algo de razón. La sesión de Clé de Peau fue producida por Haus of SOS, una empresa de producción digital, en conjunto con Whalar, una agencia de influentes tecnológicos, a cargo de la directora de creadores de Whalar (así se llama el puesto), Ashley Rudder, de 41 años. A ella la ayudaba su hija de 19 años, la actriz, Ke’Andra Rudder, quien coreografió los giros y piruetas de Stewart, así como las transiciones veloces.
“Ella le dio su propio toque”, dijo Ashley Rudder. “Ahora siento que estamos haciendo historia en la cultura pop”.
O de perdida están haciendo que Clé de Peau sea conocida en TikTok.
“Un segmento de la generación Z aspira a verse y actuar ‘caro’ y los productos de lujo son esenciales para crear este estilo de vida”, afirmó Biz Sherbert, editora cultural de Digital Fairy, una agencia creativa en Londres que se especializa en el internet y la cultura juvenil. Artículos como los Air Jordan, cuyo precio llega a las decenas de millares, y el Dyson Airwrap, que cuesta unos $600 dólares, así como los productos Clé de Peau, son deseados al punto de que la gente joven está “gastando cientos y cientos de dólares en el cuidado de la piel”, según lo expresa Peyton Abrams.
Hoy en día, lograr un rostro perfecto es un objetivo en sí mismo. La culpa por supuesto la tienen las redes sociales. “Con los teléfonos inteligentes y la dependencia en las videoconferencias que causó la pandemia, se acabó el juego”, afirmó Charlotte Palermino, directora general de Dieux, una línea de cuidado de la piel en Nueva York. “Todos estábamos constantemente en la mira, nos veíamos todo el tiempo. Ninguna otra generación se ha visto más la cara que la generación Z ahora mismo”.
Así que no es de extrañar que muchos jóvenes de hoy, enfrentados a imágenes de sus propios rostros como nunca antes, estén dispuestos a gastar lo que sea necesario para perfeccionarlos. Sheila Farhang, dermatóloga en Tucson, Arizona, y Los Ángeles, dice que ha oído que los estudiantes universitarios locales guardan el dinero que sus padres les envían para las comidas y así poder ahorrar para el Botox. Sin embargo, ella rara vez le pone bótox con fines cosméticos a alguien que tenga menos de 20 años. Y aunque muchos otros médicos tampoco administran esta neurotoxina a menores de 20 años, es sabido que el personal de los spas y salones de belleza la administran sin preocuparse por la edad.
Y luego está el atractivo de ver a una Stewart renovada.
“La juventud es una mentalidad que Martha aún posee”, sostuvo Eve Lee, fundadora de Digital Fairy. “Definimos esta categoría como ‘generación que no envejece’. Ella es un ejemplo perfecto, pues con frecuencia ostenta un comportamiento icónico al mostrarse tanto chic como casual. También le hace ver a la generación Z cuáles son sus posibilidades de mantener sus vibras sexis y cautivadoras, y así sienten que envejecer es más emocionante y menos terrorífico”.
No hay que soslayar que Stewart también es “una empresaria, trabaja duro, es segura de sí misma e inteligente, muy llamativa para mi generación”, dijo James Goldstone, de 23 años, un estudiante de moda que vive en Los Ángeles.
Ni qué decir de sus publicitadas amistades con las Kardashian y Pete Davidson, o la línea de gomitas de CBD (muy direccional) y un chardonnay que se vende entre 11,99 y 16,99 dólares (la etiqueta de la botella tiene un código QR que dirige a los usuarios a una experiencia de realidad aumentada, también direccional) que presentó recientemente, o su larga relación con Snoop Dogg.
Tampoco hay que olvidar su condena por un delito grave en 2004 y el tiempo que pasó en prisión, algo que saben incluso los miembros de la generación Z que aún no habían nacido en ese entonces.
“Eso es lo más relevante”, dijo Kimberly Macleod, de 54 años, directora de Kmacconnect, una empresa de comunicación estratégica en Nueva York. “Es una capitalista suprema, se ha vendido, sin duda alguna. Pero también es indomable, una fuerza que hay que tener en cuenta”.
O, como dice Alessa Miki, de 30 años, una contadora de Honolulú: “Ha logrado un excelente cambio de marca”. Esa es precisamente la cuestión. La imborrable condena por delito grave tal vez sea un factor clave de por qué Stewart se ha desinhibido en los últimos años, en los que se ha burlado sí misma e incluso se ha dado el permiso de convertirse en una parodia, como en los videos de Clé de Peau.
Pero no hay que olvidar que tiene un estatus único para las hijas y las nietas, los hijos y los nietos, de sus fieles seguidores de la televisión. Muchos de ellos recuerdan con asombro haber visto, sentados en el sofá con su madre, los episodios de “The Martha Stewart Show”. Miki también recuerda haber visto el programa junto a su abuela.
Ahí está: la nostalgia y el sustento en un solo paquete. El cambio climático, el COVID-19 y la amenaza de la guerra quizá asedien a la generación Z, pero, así como Stewart les enseñó a sus madres a hornear un pastel, le ofrece su rostro a este grupo demográfico emergente, repartiendo la esperanza de un futuro sin arrugas y, de paso, el acceso a las “tradiciones tradicionalmente femeninas, el núcleo”, como dice Sascha Stannard, de 31 años, diseñadora de artículos para el hogar y comerciante en línea que vive en Los Ángeles.
su apariencia en las fotografías y los videos de Clé de Peau. No es así, dijo ella, asegurando que no se han utilizado filtros en su vida personal ni en los videos de TikTok.
También se especula con la posibilidad de que Stewart se haya sometido a un estiramiento facial.
“Nunca me he hecho cirugía plástica”, afirmó. “Puedes publicar estas palabras. No ha habido ningún cuchillo en mi rostro, cuello o espalda”. Y, como bien lo dijo su peluquero, John Barrett: “Martha nunca ha tenido tiempo de sobra para dejar que sane una cirugía plástica”. Pero, añadió: “En pocas palabras, si una mujer de cierta edad se ve bien, es porque algo se ha hecho. Así es la vida”.
Daniel Belkin, uno de sus dos dermatólogos de Nueva York, le ha hecho tratamientos. Los describe como “no invasivos o mínimamente invasivos”, con visitas repetidas “probablemente dos veces al año. Lo hace de forma meditada y conservadora”. Belkin emplea el láser para los enrojecimientos, un rejuvenecimiento suave y las manchas oscuras; rellenos para dar volumen y estimular el colágeno; y la radiofrecuencia y los ultrasonidos microfocalizados para acicalar la zona de las cejas y “levantar, tensar y rellenar” bajo el mentón. Y para los labios: “Un ácido hialurónico suave, más para hidratar que para rellenar”.
El otro dermatólogo de Stewart, Dhaval Bhanusali, personaliza para ella un suero hidratante con base holística e infusión de CBD, un espray calmante y una crema de noche. Él y Stewart están desarrollando productos tópicos de CBD similares para el consumidor. Estos se sumarán a una línea de cremas terapéuticas —para la recuperación muscular, el sueño y el estrés— que ya tiene con Canopy Growth, una empresa de cannabinoides.
Así que puede ser que el rostro terso, brillante y sin arrugas de Stewart sea justo la sacudida que se necesita ahora que nuestro ojo colectivo se ajusta a una nueva visión de la vejez vibrante. No, mejor dicho, la mediana edad expandida, o la ausencia de edad. No importa qué más sea Martha Stewart, está preparada para el largo plazo.
© 2022 The New York Times Company