MasterChef con Wanda Nara: lo mejor y lo peor del reality que regresó a la TV

Wanda Nara debutó como conductora de MasterChef
Wanda Nara debutó como conductora de MasterChef - Créditos: @ Adrian Diaz Bernini

Luego de mucha espera finalmente comenzó la nueva edición de MasterChef. Con Wanda Nara en su flamante rol de conductora, el reality de cocina presentó una nueva temporada, que en su emisión inicial le dio una vuelta de tuerca a la fórmula. Una vez más con Germán Martitegui, Donato de Santis y Damián Betular como jurados, MasterChef dio señal de largada en un debut que dejó grandes sorpresas, y momentos de profunda emoción.

La Voz MasterChef

Hasta el momento, todas las temporadas de MasterChef y MasterChef Celebrity comenzaban con la competencia propiamente dicha, pero esta vez, se instaló una etapa previa. De esa manera, esta edición consistió en televisar una preselección de cocineros amateurs, de los cuales algunos iban a quedar elegidos para entrar formalmente al reality, mientras que otros solo llegarían a esa etapa. Al respecto, Wanda expresó: “Hubo más de diez mil cocineros amateurs de todo el país. Comienza una nueva temporada del programa de cocina más importante del mundo. Los mejores cocineros aficionados de Argentina va a estar dándolo todo, para ser el nuevo o nueva MasterChef”.

En esa etapa inicial, cada uno de los aspirantes a entrar al concurso debía preparar un plato a elección, que iban a degustar los jurados. Según informó la conductora, en esa primera fase “el objetivo es conseguir el delantal blanco para la siguiente etapa, y lo conseguirán a través de la aprobación de dos de los tres jurados”.

A partir de ese momento, la estructura del programa remitió levemente a las audiciones iniciales de La Voz Argentina. De ese modo, muchos de los participantes contaban sus historias de vida, y a algunos de ellos un clip los mostraba en la intimidad de su casa, mientras ellos contaba a qué se dedicaba profesionalmente o por qué se habían animado a ir al certamen. A medida que cada uno pasaba y recibía el voto positivo o negativo de los tres jurados, los familiares de cada participante los esperaban en un estudio contiguo, en el que lloraban o festejaban el resultado de ese pariente al que acompañaban.

A través de esta fórmula, MasterChef debutó con momentos de mucha emoción, y proponiendo echar un vistazo en la intimidad de esos cocineros amateurs, que buscan la gloria de triunfar en ese certamen.

Wanda Nara, ante el desafío de la conducción

Uno de los nuevos ingredientes que presentó esta edición de Masterchef fue Wanda Nara en la conducción. Al menos en la primera emisión, la empresaria se mostró muy suelta en su papel y supo acompañar a los participantes y a cada una de sus familias. De aquí en adelante, Nara se encuentra ante el reto de encontrar una impronta propia, de cara a un certamen que en buena medida, se apoya en el carisma de quien lo conduce.

Santiago del Moro y Paula Chaves, en Masterchef y en Bake Off respectivamente, supieron imprimirle un estilo propio a la hora de conducir. Y ahora Wanda debe trasladar a la conducción, esa soltura tan característica que la hizo muy querida por el público de la Argentina.

Las pruebas: de las lágrimas de Donato a la nieta de Blanca Cotta

A lo largo de la hora que duró la emisión, hubo numerosos cocineros y cocineras amateurs. Los platos fueron variados y de todo tipo, desde una suculenta milanesa preparada por un camionero, a un plato japonés preparado por una joven que vivió en ese país. Martitegui, De Santis y Betular miraban con atención cada una de las preparaciones, dando el visto bueno o reprobando los sabores que les convidaban los aspirantes a participar del reality. Todos los chefs amateur prestaban mucha atención a las devoluciones, conscientes que dos votos a favor significaban su ingreso a MasterChef.

Una de las primeras sorpresas de la noche, fue una joven de 19 años llamada Delfina, que contó que ocho años atrás se probó en MasterChef Junior, pero sin quedar en la selección final. Sus canelones gustaron a los expertos, y logró obtener el codiciado delantal blanco.

Carlos es un camionero que entró gracias a una milanesa a la napolitana con papas fritas, sobre la que Martitegui aseguró: “Te veo, te escucho, voy por la ruta y paré en un lugar que me recomendaron, y ahí ese plato me cierra. Me como toda esa milanesa con las papas, y después me duermo al costado de la ruta. Y a mí me parece que podés ser un muy buen aporte a MasterChef”. Otra de las notas más sorpresivas de la velada, fue la llegada de la nieta de Blanca Cotta, a quien Germán le expresó: “Me pongo de pie. Tu abuela tiene un gran reconocimiento de toda la comunidad gastronómica”. Sin embargo, su preparación no llegó a entusiasmar a los especialistas.

Uno de los últimos cocineros en presentarse, fue sin duda el que mayor emoción le significó al público y a los propios especialistas. Antonio es un joven de Salta, que contó: “Esta es la primera vez que me voy tan lejos de casa. Mi familia estaba un poco asustada, pero me apoyó en todo momento, me dijeron que venga cumplir mi sueño”. Uno a uno, los expertos probaron la humita salteña preparada por Antonio, y cuando llegó el momento de Donato, él no pudo evitar conmoverse con los sabores preparados por el muchacho. Con sus ojos llenos de lágrimas, De Santis le dijo: “Me pasó toda la vida por adelante. Te veo a vos, tu edad, tu entusiasmo… todo llega. Además el plato está riquísimo, habla de vos, de tu tierra”.

De esa forma llegó a su final la emisión inicial de MasterChef. Resta aún sumergirse en la competencia propiamente dicha, descubrir si la intención será seguir poniendo el acento en las historias personales detrás de cada participante, y quiénes serán las nuevas promesas que buscarán ganar este reality que busca mantener a Telefe en lo más alto del primetime.