El Mató a un Policía Motorizado hizo delirar a un Movistar Arena lleno

El cantante de El Mató a un Policía Motorizado, Santiago Motorizado, anoche sobre el escenario de un Movistar Arena lleno
El cantante de El Mató a un Policía Motorizado, Santiago Motorizado, anoche sobre el escenario de un Movistar Arena lleno - Créditos: @NOELIA MARCIA GUEVARA/ AFV

Antes de que suene una nota y apenas se apagaron las luces del Movistar Arena, lo primero que se escuchó desde el escenario fue un rapto de ruido blanco. Unos segundos de ajuste con la correspondiente imagen en la pantalla como si fuera un televisor de tubo. Una vez que todo estuvo calibrado y se leyó “Super Terror” en letras de videojuego vintage, El Mató a un Policía Motorizado dio comienzo con “El magnetismo”, una canción cuya letra se extiende apenas por una estrofa, pero que introduce una consigna clave en el imaginario de la banda platense: el cuidado por el otro.

En términos sonoros, El Mató... es una banda de cuidados. El ruido y la melodía, que marcaron el comienzo y la tónica de las dos horas de recital, son elementos a cuidar y contener. Nada se desborda del todo, pero ambos elementos están siempre latentes. Y haber llegado a un Movistar Arena los confirma como la banda de filiación noise más convocante del rock argentino, la gran representante del indie local forjado a principios de siglo.

El Mató a un policía motorizado, la banda de filiación noise más convocante del rock argentino
El Mató a un policía motorizado, la banda de filiación noise más convocante del rock argentino - Créditos: @NOELIA MARCIA GUEVARA/ AFV

No por nada, “Más o menos bien”, la canción símbolo de esa escena, fue la más coreada en el principio del repertorio. “Ahora somos nuevos creadores de rock and roll / Tranquilos, todo va a estar más o menos bien” canta Santiago Motorizado en su enumeración de situaciones que buscan mantener un cierto equilibrio de la vida cotidiana. Y aunque todo parezca ir más o menos bien en la carrera del grupo (incluso parece irles mejor que al rock and roll en términos de representatividad), aquel himno indie de la década tiene su continuación pesimista en “Tantas cosas buenas”, también incluida anoche en el repertorio, en la que Santiago Motorizado parece contestarse: “No me digas que las cosas van a estar bien”.

Pero si las letras plantean un recorrido dramático, el sonido de El Mató... hace el camino inverso. Con el correr de los años, sus canciones se han ido clarificando, con sintetizadores y arreglos que se hicieron paso por sobre la distorsión guitarrera. En vivo, entonces, ambas facetas conviven y dialogan para generar la dinámica de un show que, el domingo, solo se vio afectada por las pausas prolongadas entre un tema y otro.

“Ahora imagino cosas”, “Chica de oro” y “Mi próximo movimiento” fueron los temas que pusieron fin a la gran noche de El Mató... en el Movistar Arena
“Ahora imagino cosas”, “Chica de oro” y “Mi próximo movimiento” fueron los temas que pusieron fin a la gran noche de El Mató... en el Movistar Arena - Créditos: @NOELIA MARCIA GUEVARA/ AFV

Si “Tantas cosas buenas” había sido el golpe de una realidad no tan esperanzadora, “El tesoro” puso celulares y ternura en alto. Constituido como el primer gran hit crossover del grupo, la letra vuelve a poner las prioridades en orden: “Cuidarte siempre a vos en la derrota / Hasta el final”. A partir de ahí, la escalada noise y de pulso post-punk fue in crescendo con “Yoni B” y “Amigo piedra” como invitaciones al pogo. Hasta que “El fuego que hemos construido” combinó melodismo y ruido en partes iguales como resumen acumulativo. Mientras Santiago Motorizado soltaba su mezcla de lamento y enamoramiento en “Quiero mirarte y que me mires”, el grupo desplegaba capas y capas de distorsiones y osciladores que quedarían sonando durante toda la pausa antes de los bises.

Y si el comienzo del show había sido con ruido blanco seguido de una canción despojada, el final repitió con reformulaciones. A las capas de ruido que dejó sonando el grupo, se la interrumpió con “El universo”, una balada de piano y voz con aires de tango y bolero. “Ahora imagino cosas”, “Chica de oro” y “Mi próximo movimiento” fueron los temas que pusieron fin al recital. Entre esperanzas de cambio y debacles se define la cosmovisión del grupo . Porque el futuro puede ser todo a la vez. Ruido y melodía. Para un público cada vez más grande, El Mató... parece funcionar como un dique de contención en el que todo convive ahí, cuidando porque nada se rompa y tampoco romperse así mismos.