‘La maternal’ vuelve a poner de manifiesto la mayor injusticia de los Goya

Fotograma de 'La maternal' (Foto: Laura Sipan/Bteam Pictures)
Fotograma de 'La maternal' (Foto: Laura Sipan/Bteam Pictures)

Tras ganar el Goya en 2021 con Las niñas, Pilar Palomero se erigió como una de las cineastas más a tener en cuenta de nuestro panorama cinematográfico. La sencillez, verdad y sentimiento con el que impregnaba cada fotograba nos transportaba de lleno a las emociones de sus jóvenes protagonistas en ese marcado ambiente de la España de los 90. Y no solo eso, la cineasta supo sacar lo mejor de sus actrices como la debutante Andrea Fandos, que con su naturalidad se comió la pantalla

Sin embargo, pese a su éxito en los Goya, el reconocimiento a su protagonista quedó sepultado. Aunque tuviera todas las papeletas de llevarse a casa el galardón a la Mejor Actriz Revelación, Fandos se quedó sin obtener siquiera la nominación por lo estipulado en las reglas de los Goya, que no permiten que los menores de 16 años puedan optar a algún premio. Curiosamente, La maternal, la película con la que Pilar Palomero regresa a los cines este viernes 18 de noviembre, va a volver a verse en la misma situación, dejando incluso más evidencia lo injusta que es esta norma de los premios del cine español.

Y es que La maternal vuelve a contar con las mismas virtudes de Las niñas. Se trata de un drama en el que su protagonista adolescente debe hacer frente a un embarazo, lo que la pondrá frente a la responsabilidad de la vida adulta en una etapa donde la rebeldía y la inexperiencia aún afloran en ella. La película es un cúmulo de emociones que rebosa verdad y sentimiento, tanto en el relato de su protagonista y sus turbulencias adolescentes como en la de su exposición de las muchas historias de madres que, por diversas cuestiones de la vida, se han visto ante ese reto enorme de cuidar a un hijo en una edad tan temprana.

Fotograma de 'La maternal' (Foto: Laura Sipan/Bteam Pictures)
Fotograma de 'La maternal' (Foto: Laura Sipan/Bteam Pictures)

Culpa de ello no solo reside en las dotes de su directora, sino en la fuerza interpretativa de sus protagonistas, especialmente de Carla Quiles. La actriz, que debuta en el largometraje en esta película con tan solo 14 años, se marca una de las interpretaciones defendiendo a esta adolescentes con ansias desmedidas de libertad en su reto de afrontar de golpe las responsabilidades adultas. Tan inmenso es su trabajo que en la pasada edición del Festival de San Sebastián, donde La maternal compitió en su sección oficial, se hizo con la Concha de Plata a la Mejor Actriz. Sin embargo, tal y como pasó con Andrea Fandos en Las niñas, por cuestión de edad no va a tener ninguna posibilidad de optar al Goya, cuando su candidatura hubiera sido fácilmente una clara ganadora a Mejor Actriz Revelación en la próxima edición.

La norma se instauró por la Academia de Cine en 2011. En declaraciones ofrecidas a El País por Enrique González Macho, por aquel entonces presidente de la institución, fue una medida para “proteger al menor” frente al “poder mediático” y las “presiones y obligaciones” que traería consigo el premio. “Cuando un niño gana un Goya le puede afectar profundamente en su desarrollo posterior", afirmaba. En Twitter, la Academia de Cine publicó que la decisión también se debía a que “los niños que ganaban un Goya pasaban a ser miembros activos de la Academia, lo que implica circunstancias legales no exigibles a un menor”.

Antes de la norma, fueron bastantes los niños y adolescentes que consiguieron el reconocimiento de los Goya. Fue el caso de Andoni Erburu por Secretos del corazónen 1997, Juan José Ballesta por El bola en 2001, Ivana Baquero por El laberinto del fauno en 2007, Nerea Camachopor Camino en 2008 y Francesc Colomer y Marina Comas por Pa Negre en 2011. Después, ningún otro menor de 16 años ha podido optar al premio, imposibilitando candidaturas potentes como, por ejemplo, la pequeña Laia Artigas en Verano 1993, la mencionada de Andrea Fandos en Las niñas o la que atañe en esta temporada con Carla Quiles en La maternal.

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Bajo mi opinión, me parece una situación totalmente injusta. Puedo entender el punto de vista de la Academia de Cine de protección al menor, pero aun así, con los Goya hablamos de de un mero reconocimiento que no implica ninguna relación u obligación laboral. Solo me cuadraría de cara a las repercusiones que podría tener el premio ante la presión mediática, porque respecto a la razón que esgrimen de que el pasar a ser miembros activos de la institución siendo menores genera un problema añadido, la solución podría ser tan sencilla como otorgarles dicho beneficio una vez que alcancen la edad establecida para ello.

Es que me parece una injusticia tremenda que alguien como Carla Quiles, capaz de transmitirme tanto en La maternal e incluso tenerme al borde de la lágrima en alguna secuencia (como las que comparte con su madre interpretada por otra colosal Ángela Cervantes), vaya a quedarse sin optar al mayor reconocimiento cinematográfico de este país.

Creo que la Academia de Cine debería revisar esta norma, porque, al final, si una persona se marca una de las interpretaciones del año, ve a la crítica alabar sus muchas virtudes y finalmente cierra la temporada de premios de vacío, la desmotivación puede llegar a ser enorme, por no hablar de la invisibilización que les crea de cara al público y de tener en su currículum el beneplácito de un Goya para próximos proyectos. Y esto, si la persona en cuestión busca seguir enfocando su carrera al cine, sí crea un inconveniente bien grande.

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