Las matriarcas de la música no son ególatras: Björk

CIUDAD DE MÉXICO, enero 25 (EL UNIVERSAL).- Björk nunca ha sido una artista convencional. Desde sus inicios, la islandesa ha explorado la relación entre la música, la naturaleza y la tecnología, desafiando los límites de lo que un concierto puede experimentar.

Ahora, con el estreno de Cornucopia en Apple TV+, enfrenta un nuevo reto: trasladar un espectáculo diseñado para ser una experiencia envolvente en vivo a un formato cinematográfico sin perder su esencia.

Más que un simple concierto, Cornucopia es una fusión de sonidos orgánicos y digitales, con visuales hipnóticos y un coro de 50 personas, elementos que, según la propia artista, no sólo sirven en la experiencia en vivo, sino que potencian la de las salas de cine o en casa.

Björk no duda al dar su veredicto: no todos los shows funcionan de la misma manera en pantalla. Mientras algunos, en especial de hombres, siguen centrándose en el lucimiento individual, ella considera que las artistas femeninas han logrado que la emoción y la conexión con su público se conviertan en una vivencia más inmersiva y sensorial.

"Me parece que las películas de conciertos han llegado a otro nivel con matriarcas femeninas como Beyoncé, Taylor Swift y otras. Eso contraste con los conciertos de rock más patriarcales, con sus solos de guitarra bien egocéntricos, que además no se trasladan bien a la experiencia de verlos en casa o en el cine; con ese rollo de 'si no estabas ahí, no era lo mismo'", dice la artista islandesa de 59 años en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL.

"Estoy convencida de que las artistas femeninas de esta época están más enfocadas en la comunión con sus músicos, bailarines y fans, y en la emoción como su eje central, con toda su gama de matices. Y eso hace que se traslade mucho mejor como una 'película de concierto', ya sea en el cine o en la televisión", enfatiza.

Adaptar lo inmersivo

Para Björk, la música no sólo se escucha, se siente. Por eso, aunque reconoce que nada puede sustituir la experiencia en vivo, buscó la forma de llevar esa energía a la pantalla para este espectáculo audiovisual que ya puede verse desde ayer en la plataforma de la manzana.

"El mensaje de la música es el sonido y la abstracción de ese sonido. Estar en un mismo espacio con otras personas, absorbiendo las ondas sonoras y la emoción de un show en vivo, en el momento, y eso es algo fundamental, especialmente en estos tiempos llenos de pantallas. Las presentaciones en vivo han existido desde antes de la era moderna; son una parte esencial de lo que somos", reflexiona la artista.

Esa idea siempre ha guiado su carrera. A lo largo de los años, Björk ha explorado distintas formas de expandir la música más allá del sonido: en 2011 lanzó Biophilia, un disco convertido en una aplicación interactiva con visuales y experimentos educativos; después, con Vulnicura, llevó su propuesta a la realidad virtual.

Pero Cornucopia nació con otra intención: combinar tecnología y naturaleza en un espectáculo diseñado para envolver al público en un sitio, como si cada persona estuviera dentro de un bosque futurista donde los sonidos y las imágenes interactúan con el espacio.

Al llevarlo a la pantalla, reconoce la artista, sabía que el riesgo era perder esa sensación de profundidad.

"Ya que llevaba una década experimentando con software visual y de sonido para expandir la experiencia sonora. Mi intención era llevar lo que creamos para la realidad virtual del siglo XXI a un teatro del siglo XIX, sacarlo de los auriculares y ponerlo en un escenario", cuenta.

La solución ahora fue sumarle una capa más de arte: animaciones sobre el metraje grabado, efectos visuales que aportaran una dimensión extra y una edición que respetara la sensación de inmersión.

"Cuando filmamos el concierto y regresó al formato 2D, fue importante mantener la sensación tridimensional, así que añadimos animación sobre el metraje en vivo. Ahora siento que se ha convertido en algo propio. Con la atención y el detalle que pusimos creo que logramos que fuera una experiencia que se sostiene por sí sola, más allá de la presentación en vivo", explica.

Música, activismo y el futuro

Para Björk, la música nunca ha sido solo entretenimiento. Desde hace décadas, ha utilizado su voz para el activismo ambiental y en Cornucopia refuerza ese mensaje junto a la activista Greta Thunberg.

"He trabajado con grupos ambientalistas en Islandia por 25 años. En este momento, Greta, con sus 22 años y su lucha ha sido una fuente de inspiración para mí. Su discurso se integra dentro del espectáculo como un recordatorio de la urgencia climática", menciona.

Difundir este concierto en streaming también es parte de ese cambio: llevar su espectáculo a lugares donde, de otra manera, sería imposible verla en vivo, evitando así desplazamientos innecesarios y reduciendo su huella de carbono.

"Este tour y esta película han sido un proceso de cinco años, así que para mí es un gran punto de inflexión", dice, respecto a su disposición de explorar nuevas experiencias.

"Estoy muy entusiasmada por cerrar este capítulo y recomenzar. La lección que la vida me ha dado es la humildad. Hoy quiero quedarme en Islandia y seguir haciendo más música, luego regresar", promete.

*45 conciertos ofreció como parte de esta gira: 18 en Norteamérica, 21 en Europa, 4 en Oceanía y 2 en Asia.