De Matthew Perry a Owen Wilson, siete exitosos comediantes que hicieron reír al mundo y que debieron lidiar con la depresión
Parece una constante. Muchos de los artistas más divertidos en la ficción esconden una profunda tristeza. El éxito, el talento y la fama ocultan, en muchos casos, oscuridad y tormento. La idea de que el humor y el sufrimiento son dos caras de la misma moneda cobra sentido cuando recordamos a Robin Williams, Freddie Prinze o Charles Rocket (de Saturday Night Live), que se suicidaron, o a Chris Farley o John Belushi, que murieron debido a una sobredosis de drogas, envueltos en comportamientos autodestructivos.
Robin Williams, un hombre desesperado
La muerte de Robin Williams fue un episodio especialmente trágico para todos los que, alrededor del mundo, disfrutaron de su arte. A lo largo de su vida, además de atravesar cuadros de depresión fue diagnosticado con trastorno bipolar y más de una vez recurrió a las drogas y al alcohol. Desesperado, sufriendo alucinaciones, demencia y sin poder dormir, pero sin saber cuál era la enfermedad que sufría –el diagnóstico certero solo puede hacerse posmortem– Robin Williams se despidió de su mujer la madrugada del 11 de agosto de 2014, cerró la puerta de su habitación con llave y se ahorcó.
El documental Robin‘s Wish -que se centra en los últimos años del astro- comienza con la voz en off de su pareja Susan Schneider: “Sin saberlo estuvimos luchando contra una enfermedad mortal que no tiene cura. Los médicos me dijeron tras la autopsia que la demencia de los cuerpos de Lewy había arrasado el cerebro de Robin, que fue uno de los peores casos que habían visto”.
Jim Carrey y la profunda tristeza de ser “él”
Jim Carrey es uno los comediantes más reconocidos de la industria del cine. Sin embargo, su popularidad no lo excusó de profundos sentimientos de tristeza a lo largo de su vida. Una conversación entre Carrey y Jimmy Kimmel en su late show se hizo viral y detalla algunos de los tormentos más profundos del artista: “¿Cómo va la vida? ¿Todo bien?”, le consultó Kimmel. “Es preciosa, sí. Especialmente cuando estoy ausente de ella”, respondió el actor. “¿Tomaste distancia del mundo, de todo lo que está pasando?”, continuó el conductor de televisión, “No, en realidad es todo lo contrario. No me entiendas mal, Jim Carrey es un gran personaje y soy afortunado por haber conseguido el papel , pero ya no me veo reflejado en él”, expuso Carrey dejando en evidencia su faceta más sensible y perturbada. El suicidio de su novia en 2015 fue uno de los episodios que más afectó su salud mental.
Amy Schumer y la presión por la sonrisa constante
“Es muy graciosa, pero es imposible que sea el objeto de deseo de nadie en la vida real o en la ficción”, escribía el crítico de cine Jeffrey Wells tras el estreno de Esta chica es un desastre. Los comentarios en torno al aspecto de Amy Schumer se convirtieron en moneda corriente y aunque la comediante suele reírse públicamente de los insultos que recibe a diario, en sus memorias reconoció que las opiniones negativas sobre su cuerpo la atormentan fuertemente.
La actriz reveló que tuvo que lidiar con episodios de depresión y que muchas veces se sintió presionada a fingir una sonrisa. “Los comediantes no tenemos que estar felices todo el tiempo. Podemos ser gente solitaria a la que solo le gusta un baño de multitudes cuando se viste de payaso”, confesó en su libro.
Matthew Perry, las adicciones detrás del éxito
Matthew Perry fue una de las claves del éxito de Friends, no solo por su interpretación como Chandler Bing, sino también porque una gran cantidad de diálogos estaban inspirados en los chistes que Perry contaba fuera de cámara. Sin embargo, su sentido del humor no fue suficiente para que el actor pudiera resguardarse de sus adicciones al alcohol y a las drogas. El actor confesó que no recordaba tres de los años de rodaje de Friends debido a su abuso de sustancias. “No sabíamos qué le pasaba. Solo sabíamos que no era feliz y que no tenía ni idea de por qué estaba haciendo eso de tomarse doce pastillas de Vicodin al día”, aseguró recientemente George Clooney, que también confesó que la muerte del actor le “partió el corazón”.
En sus memorias Friends, Lovers and the Big Terrible Thing, publicadas en 2022, el actor había descrito todos los tratamientos de desintoxicación que había realizado durante su vida. La noticia de su muerte generó una gran conmoción en Hollywood , y especialmente entre las estrellas y fanáticos de Friends.
Owen Wilson y una incansable lucha contra la depresión
Durante años el mundo asumió que Wilson era igual que sus personajes: despreocupado, gracioso y libre. Cuando en 2007 intentó suicidarse, el público quedó atónito.
Su hermano Luke lo encontró en el baño principal de su casa desvanecido y cubierto de sangre. Tras un llamado al 911, los paramédicos lograron reanimarlo y lo trasladaron a un Hospital St. John en California. El hecho fue confirmado por el Departamento de Policía de Santa Mónica, que informó que Wilson había intentado suicidarse. Tras ser estabilizado, el actor fue trasladado a un centro médico en Los Ángeles, donde se comunicó que el actor sufría un episodio severo de depresión.
La estrella de Los rompebodas, Zoolander y muchas otras comedias luchó contra las adicciones, la depresión y el acecho de la prensa. “El humor es una forma de sobrellevar la vida, te permite resistir”, dijo más de una vez el actor. Sin dudas, su talento para hacer reír fue uno de los pilares que lo impulsaron a superar los momentos más oscuros de su vida.
Hugh Laurie, “el sexy triste”
Antes de ser uno de los rostros más reconocidos a nivel global, Laurie aseguró que tuvo que luchar contra su baja autoestima. Emma Thompson, con quien Laurie mantuvo una relación sentimental durante sus primeros años como actor, lo definió como “una de esas pocas personas que tienen un lado sexy triste”. En varias oportunidades, el actor aseguró que no logró ser feliz durante el rodaje de Dr. House. Si bien la serie le dio fama global y un éxito apabullante, admitió que vivió una profunda depresión mientras grababa la serie ya que lo angustiaba muchísimo trabajar a miles de kilómetros de su familia, que había quedado en Inglaterra.
Ben Stiller, una vida de altibajos
Ben Stiller es, definitivamente, uno de los hombres que más hace reír al mundo. Hijo de dos comediantes (sus padres eran los actores Jerry Stiller y Anne Meara), el protagonista de éxitos como Loco por Mary, Zoolander, La familia de mi novia y Una noche en el museo pertenece al grupo de los comediantes más exitosos de Hollywood. Sin embargo, fuera de la pantalla, Stiller es un hombre tímido, callado y que lidió con muy bajo perfil los altibajos de su vida.
No todo fue color de rosas en su historia. Los rumores sobre su difícil carácter siempre estuvieron presentes. Él mismo declaró en varias ocasiones que “no es un tipo con el que sea fácil tratar” y a raíz de varios inexplicables cambios de humor durante el rodaje de Zoolander, trascendió que el actor lidiaba con trastorno bipolar. Sin embargo, años más tarde, el actor afirmó que era falso. “Hice una broma acerca de que estaba como loco y ellos publicaron: ‘¡Ben Stiller es bipolar!”, comentó.
En 2014 el actor fue diagnosticado con un tumor en la próstata y repleto de angustia decidió alejarse de la pantalla para luchar contra esta enfermedad. Luego retornó a la actividad, eligiendo concentrarse en la dirección.