La vez que Maureen O'Hara se enfrentó al trato humillante de John Wayne y John Ford en 'El hombre tranquilo'

John Wayne y Maureen O'Hara en 'El hombre tranquilo' (Foto: Film Publicity Archive/United Archives via Getty Images)
John Wayne y Maureen O'Hara en 'El hombre tranquilo' (Foto: Film Publicity Archive/United Archives via Getty Images)

Uno de los clásicos del cine por los que más recordamos a Maureen O'Hara es por El hombre tranquilo, la película dirigida por John Ford en 1952 que coprotagonizó junto a John Wayne. La relación entre sus dos personajes, la temperamental Mary Kate Danaher y el exboxeador Sean Thornton, posiblemente sea de las más míticas de la historia de Hollywood, especialmente por secuencias románticas como su beso bajo la lluvia o la bofetada del rol de O’Hara al de Wayne tras el apasionado gesto de este. Sin embargo, su rodaje no fue tan romántico como deja intuir el resultado de la película.

Y es que John Wayne y John Ford gastaron una broma a Maureen O’Hara que traspasó la barrera de lo humillante, y tuvo lugar durante la grabación de una de las escenas más icónicas de su metraje en donde, ya de por sí, el personaje de la actriz no salía muy bien parado. En concreto, ocurrió en la secuencia en la que Sean Thornton arrastra a Mary Kate Danaher por los campos del pueblo, y según contó O’Hara en sus memorias, este arrastre fue totalmente desagradable para ella. No por las implicaciones del momento en sí, sino porque el director y su compañero de reparto, a quien nombra con su conocido apodo de El Duque, esparcieron estiércol de oveja por la zona para que se manchara en la grabación.

“Él y el Duque acordaron gastarme una broma. Para hacerlo, eligieron la secuencia en la que el Duque me arrastra por la ciudad y por los campos. Supongo que no sabías que el estiércol de oveja tiene el peor olor que hayas olido en tu vida. Bueno, lo tiene. El señor Ford y el Duque esparcieron todo el estiércol de oveja que pudieron encontrar en la colina donde me iban a arrastrar boca abajo, contaba la actriz en su libro 'Tis Herself: An Autobiography.

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Lo curioso es que Maureen O’Hara les pilló con las manos en la masa, lo que le permitió hacerse a la idea de lo que planeaban y tratar de evitarlo recogiendo los excrementos. Pero Wayne y Ford no tardaron en darse cuenta, y, lejos de dar marcha atrás con su broma de mal gusto, volvieron a esparcir todo el estiércol de oveja por el campo. “Por supuesto, los vi hacerlo, y cuando esparcieron el estiércol en el campo, Faye, Jimmy y yo lo recogimos”.

La actriz explica que este tira y afloja sucedió en varias ocasiones, sin embargo, en el momento en el que se lanzaron a grabar la escena, los numerosos trozos de estiércol volvían a estar en el set. “Ellos lo esparcían y nosotros lo quitábamos. Sucedió una y otra vez y, finalmente, justo antes de que se grabara la escena, ganaron”, continuaba relatando. “Ya no había manera de retirarlo. La cámara comenzó a rodar, y el Duque pasó el mejor momento de su vida arrastrándome a través del estiercol. Fue jod***** horrible”.

Pero esta desagradable experiencia no terminó tras rodar la escena. Y es que John Ford se aseguró de que Maureen O’Hara permaneciera todo el día sucia y con mal olor, pidiendo al equipo del set que no le trajeran material para asearse. La actriz reconoce que el cabreo que tuvo en aquel momento fue, con razón, monumental, sin embargo, en el instante de escribir sus memorias recuerda con humor esta anécdota.

John Wayne y Maureen O'Hara en el set de 'El hombre tranquilo', dirigida y producida por John Ford. (Foto: Republic Pictures/Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)
John Wayne y Maureen O'Hara en el set de 'El hombre tranquilo', dirigida y producida por John Ford. (Foto: Republic Pictures/Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)

“Después de que terminó la escena, el señor Ford había dado instrucciones de que no me trajeran un balde de agua o una toalla. Me hizo mantenerme así el resto del día. Estaba infernalmente enfadada, pero también tengo que reírme. ¿No es glamuroso el mundo del espectáculo?”, matizaba.

De hecho, cierra el relato admirando el resultado que se logró con esta escena, que hoy en día tiene todas las papeletas de ser considerada problemática por la actitud abusiva que ocurre en ella. “Y la secuencia en sí es perfecta para el Duque y para mí. Lucho contra él todo el rato, pero no lo consigue. Le doy un golpe, así que me da una patada en el trasero. Al final, me arroja a los pies de Red Will y gana mi dote, y yo se lo concedo. Pero el público sabe que él solo piensa que me ha domado por mi bien”.

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