¿Medir el amor o algo más?

(Foto: Ran Allen/Flickr)

En estos tiempos digitales que corren, ya nadie deshoja una margarita ni se pregunta ¿Me quiere? ¿No me quiere? como una ruleta rusa de los sentimientos. Es algo pasado de moda. Son más modernas las apps para móviles que proliferan en la actualidad y supuestamente miden la intensidad de las cosas del querer. Sí, poniendo el nombre de ambos integrantes de la pareja, a veces apoyando los dedos en la pantalla (como para registrar las huellas digitales), se podría saber eventualmente si el otro es la persona indicada. Casi como cuando se dice si eres del signo astrológico de Sagitario te conviene alguien de Géminis.

En este caso, no la fecha de nacimiento, sino una palabra, el nombre, podría decidir el destino. Si vamos al Google Play, que es la tienda virtual para los móviles con Android, y escribimos Amor o Love, saldrán decenas de consultores sentimentales. Pero descubrimos algo que no nos gustó. Y lo explicaremos al final de este post. Aquí van sólo dos casos.

Tenemos, por ejemplo, Love Calculator, desarrollado por TimeAppShop, en el que cuando se pone el nombre de los tortolitos aparece un porcentaje de compatibilidad y una tarjeta que explica por qué salió el resultado. Por ejemplo, si se escribe Romeo y Julieta, dirá que es una pareja “perfecta”, aunque esperemos que no tengan el final que alcanzaron dos homónimos ilustres de la literatura. El resultado puede compartirse en Facebook. La app está en inglés.

Calculadora del amor, o Love Test, de Enne Soft, aunque presenta los símbolos de Marte y Venus donde escribir los nombres de la pareja, acepta que sean del mismo sexo. En este caso, sin embargo, llama la atención que probados 4 combinaciones siempre diera 99% de compatibilidad. También permite compartir el resultado, pero no sólo con Facebook sino también con Tweeter y hasta con Gmail.

Esto nos hizo dudar. ¿Cómo puede ser que cualquier par de nombres, aunque sea algo que a las claras no tiene rigor científico ni estadístico, pueda dar una elevada posibilidad de que todo resulte miel sobre hojuelas? Me huele a ingeniería social, aunque no tengamos ninguna prueba, sólo para conocer algo sobre nosotros. Entonces, por las dudas, yo no compartiría ningún dato personal como mi nombre de usuario en Facebook o la dirección de correo electrónico, con alguien que no conozco. Si quiero jugar un rato, está bien. Pero hasta en el amor digital hay que cuidarse.