Así es como la meditación y el mindfulness pueden ayudarte si tienes una adicción

Superar una adicción no es tarea fácil. Nos encontramos ante alteraciones del funcionamiento normal de nuestro cuerpo y nuestra mente que crea una dependencia de una sustancia, actividad o relación, tal y como explica la propia Organización Mundial de la Salud. Es decir, una adicción es todo aquello que hace que recurramos de forma repetitiva y compulsiva al consumo de un producto o a determinada conducta, sin pensar en las inevitables consecuencias para la salud física y mental.

Como vemos, no solo existen las adicciones a sustancias, sino que, tal y como constata la propia OMS, 1 de cada 4 personas sufre trastornos de la conducta ligados a estas dependencias sin sustancia, como la tecnología; en España entre el 4 y el 10% de los niños y adolescentes tiene adicción al móvil. Además, entre el 1 y el 10% de los jóvenes en los países occidentales hacen un uso descontrolado de los videojuegos. Mientras, si hablamos de drogas, la media de edad de los ingresos hospitalarios está en los 35,6 años y el 82,9% son varones; la cocaína es la que mayor número de ingresos causa, seguida del cannabis y los opioides, según el último informe del Observatorio Español de drogas y adicciones publicado por el Ministerio de Sanidad.

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Así se manifiesta una adicción

Lo cierto es que, en relación a las adicciones, nos podemos plantear muchas dudas. Desde en qué momento y por qué motivos perdemos el control, hasta plantearnos si las adicciones pueden tener un componente genético y, sobre todo, si realmente se pueden llegar a superar. “El sistema de recompensa, refuerzo o placer es un área en nuestro cerebro responsable de que recibamos una sensación de bienestar y como consecuencia nos induce a repetir una conducta. Esta zona primitiva del cerebro está definida para que ciertas conductas se puedan mantener y con ellas nuestra supervivencia como ser y como especie; en este circuito o sistema de recompensa, es donde se instalan las adicciones. Al consumir “X” tengo la sensación de subidón por una excesiva liberación de dopamina, que va a durar poco y que es artificial. Mi cerebro lo entenderá como respuesta agradable y me invitará a través de la motivación a repetir ese consumo o conducta”, nos cuenta César Forcadell, experto en adicciones, que dirige el programa MBAR de Recuperación de las adicciones basado en Mindfulness y es colaborador de la app de meditación Petit BamBou.

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Estrategias para superar una adicción

“La adicción es una enfermedad crónica que puede tener recaídas, pero con tratamiento y apoyo, es posible recuperarse”, revela César Forcadell. Sobre todo, hay que contar con la ayuda de expertos en adicciones, que sepan darnos las estrategias para abordar estas situaciones tan complejas. Y, entre dichas ‘armas’, podemos contar con la meditación y el mindfulness, dos técnicas muy útiles para las personas que están en proceso de recuperación, aunque siempre hay que valorar previamente la situación en la que se encuentra cada paciente. ¿Qué aportan al paciente que se encuentra frente a una adicción?

  • Reduce los niveles de estrés y ansiedad.

  • Mejora el autocontrol y la toma de decisiones.

  • Aumenta las sensaciones del cuerpo, lo que ayuda a mantenerse en el momento presente.

  • Enseña a lidiar con pensamientos destructivos.

  • Mejora la atención y concentración.

  • Previene recaídas.

  • Reduce el insomnio.

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Así puede ayudar el 'mindfulness'

Hay estudios que ayudan a corroborar estos beneficios, como es el caso de uno llevado a cabo por la Universitat de Barcelona, que llegaba a la conclusión de que la práctica de mindfulness aumenta la percepción de los desencadenantes de una drogodependencia y la capacidad de detenerse y observar el malestar o el miedo. Mientras, otro informe realizado por investigadores de las Universidades de Londres y Exeter (Inglaterra) proporciona evidencia de que los ejercicios de respiración pueden reducir el consumo de alcohol al disminuir la ansiedad y la depresión. También la Universidad Pontificia Comillas realiza una revisión sobre el papel del mindfulness en adolescentes con adicción a las nuevas tecnologías: así, llega a la conclusión de que funciona como un factor protector a través de variables como la disminución de la impulsividad. En definitiva, las técnicas de atención consciente han demostrado influir positivamente en el bajo control emocional y sentimientos como la culpa, rabia o tristeza habituales en la persona adicta, según el Centro de Mindfulness y Medicina de la Universidad de Massachusets.

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La adicción, ¿un problema genético?

“Los estudios han demostrado que hay ciertos genes que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una adicción. Sin embargo, tenerlos no garantiza la adicción; los factores ambientales y de estilo de vida también juegan un papel importante”, cuenta el experto. Pero, claro, la duda está en cuánta influencia tiene el entorno? “La adicción es un trastorno complejo que resulta de la interacción entre factores biológicos, psicológicos y ambientales. En general, se cree que la influencia genética representa alrededor del 40-60% del riesgo de desarrollar una adicción. El resto del riesgo se debe a factores ambientales y psicológicos, como el estrés, la ansiedad, la depresión y la exposición a sustancias adictivas”, aclara César Forcadell. Desde el punto de vista psicológico intervienen factores como el estrés, la ansiedad, la baja autoestima, la inadaptación social o el estado depresivo.

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Rasgos comunes de las adicciones

Cada caso es diferente y cada tipo de adicción suele tener diferente origen y tratamiento. Pero sí que podemos decir que, en general, todas tienen rasgos similares:

  • Deseo intenso o compulsión.

  • Pérdida de control.

  • Tolerancia: esto hace que con el tiempo se pueden necesitar cantidades cada vez mayores para experimentar los mismos efectos.

  • Abstinencia.

  • Impactos en la vida diaria: dificultades laborales, problemas financieros, problemas de salud física y mental y relacionales.