El Mediterráneo, las sardinas asadas y otros recuerdos de la niñez de Picasso

Málaga (España), 8 abr (EFE).- El mar y los espetos de sardinas son dos de los recuerdos de Málaga, en el sur de España y donde nació, que el artista español Pablo Ruiz Picasso guardó en la cabeza durante toda la vida hasta que murió en Francia el 8 de abril de 1973, hace justo cincuenta años.

"La cercanía del Mediterráneo y haber nacido en una ciudad costera es lo más importante, algo fundamental para comprender su vida y su obra", afirma en una entrevista con EFE Rafael Inglada, uno de los principales investigadores de la figura de Picasso.

Pero en su obra plástica y, muy especialmente en sus textos, hay referencias también a los típicos espetos de sardinas (pescado ensartado en un pincho para asarlo) cuando habla "de las banderillas de fuego clavadas en la arena negra" característica de las playas de esta ciudad del sur de España.

"Quizás un investigador extranjero no sepa lo que es o pueda pensar que es un tema de la tauromaquia, pero leyendo a Picasso surgen muchas claves relacionadas con Málaga", resalta Inglada.

En los primeros nueve años de vida, cuando vivió en Málaga, se familiarizó, además, con las palomas, porque su padre, José Ruiz Blasco, también artista, "sentía devoción por pintarlas".

TOROS, GITANOS Y GASTRONOMÍA

También nació su afición por los toros en la plaza de la Malagueta, ya que Picasso recordaba cómo acudía de niño "a ver a Frascuelo, Cara-Ancha y otros toreros de aquel momento que eran ya maestros consagrados".

De su infancia malagueña le marcó también el entorno familiar, "y más en concreto el matriarcado, porque creció en una familia en la que predominaban las mujeres, y esto es muy importante para comprender la posición de Picasso como hombre y como niño que está creciendo y se está formando".

Le impresionó asimismo, como relató muchos años después a su secretario, Jaime Sabartés, el devastador terremoto de Granada y Málaga de 1884, cuando su madre "lo envolvió en una manta y salieron corriendo de la casa".

Siendo niño estuvo en contacto con los gitanos, quienes le enseñaron a bailar flamenco y a fumar por la nariz, e Inglada observa también una influencia de la infancia en su escultura de 1943 "El hombre del cordero".

"Se le han dado muchos sentidos, religiosos o académicos, pero Picasso habla de corderos atados con lazos de colores y cascabeles, y eso lo había vivido en la feria de ganado del río Guadalmedina, adonde iban las familias con los niños y a las ovejas les ponían lazos de colores", según el especialista.

Ese niño asimiló la gastronomía mediterránea en otras obras donde aparecen "platos con chorizos, huevos fritos y pescados".

Según Inglada, "el auténtico Picasso andaluz y malagueño se encuentra en sus escritos", el artista "nunca olvidó sus raíces" y una prueba de ello es que en el boceto de una de sus grandes obras, "Las señoritas de Aviñón", incluyó la palabra "Málaga".

"Empieza a escribir poesía en 1935, un año problemático en el que casi había dejado de pintar y busca crear de otra manera, a través de la palabra. Son textos plagados de temas malagueños, de boquerones, sardinas, la arena negra de la playa y muchas alusiones a tradiciones españolas".

NO REGRESÓ MÁS A ESPAÑA

Picasso estuvo por última vez en España en 1934, "y lo que menos pensaba entonces es que nunca regresaría a su país", dice Inglada.

Dos años después, estalló la Guerra Civil, se exilió en Francia y prometió no volver mientras durase la dictadura del general Franco, fallecido en 1975.

En Francia asiste a corridas de toros y come paellas con los amigos algunos domingos, además de hacer frecuentes guiños al flamenco o fotografiarse vestido de torero o con montera.

Cuando Picasso falleció en Francia, todavía en el franquismo, la prensa de Málaga le "dedicó muchas páginas" porque era "imposible silenciarla en su patria chica".

En la jornada siguiente, la Hoja del Lunes, que editaba entonces la Asociación de la Prensa de Málaga, abrió con el titular "Ha muerto Picasso. Dolorosa sorpresa en todo el mundo".

Lo acompañaba un teletipo de la Agencia EFE fechado en París que precisaba que el artista "continuó pintando hasta los últimos días de su vida", que "murió de un ataque al corazón" y que "su esposa Jacqueline y las personas allegadas al pintor se encuentran al lado del cadáver".

José Luis Picón

(c) Agencia EFE