Hizo una de las mejores películas de Star Wars, y ahora, nos presenta el universo original de 'The Creator'

La primera película de Gareth Edwards, “Monsters” (2010), no es necesariamente conocida por todo el mundo. Pero dejó no sólo sorprendidos a muchos de los ejecutivos que forman parte de la industria, sino que generó ganancias que superaron ampliamente sus costos de producción (el presupuesto fue de $500 mil y la taquilla de $4 millones) y que le abrieron definitivamente las puertas de Hollywood a este talentoso director británico.

De ese modo, luego de hacer una pequeña pero ambiciosa película de ciencia ficción sobre una invasión alienígena que se filmó a lo largo de tres semanas en cinco países distintos, se realizó en formato digital, se editó en una laptop y contó con un equipo de producción que podía contarse con los dedos de la mano, Edwards fue contratado para comandar la monumental resurrección de “Godzilla” (2014) en manos anglosajonas, que no fue recibida por la crítica con tanto entusiasmo, pero se convirtió a cambio en un éxito absoluto entre los asistentes a las salas.

Su consagración definitiva llegó con “Rogue One” (2016), el spin-off de Star Wars que sigue siendo considerado como el mejor título cinematográfico vinculado a la saga tras la salida de George Lucas y que lo llevó a trabajar con el actor mexicano Diego Luna. Tanto los fans como los críticos se rindieron ante una entrega que adoptaba un tono mucho más adulto que todas las anteriores, y cuya puesta en escena, áspera y agresiva, se conectaba con lo que terminaba un filme de guerra con tendencia realista, pese a desarrollarse en una galaxia muy, muy lejana.

Este fin de semana, el cineasta inglés regresa a las pantallas de todo el país con “The Creator”, una superproducción futurista que lo encuentra tanto en la dirección como en la creación del guión y que, en lugar de basarse en una franquicia ya existente, ofrece una historia completamente nueva. En ella, una gran parte de la humanidad se encuentra enfrascada en una lucha implacable contra la Inteligencia Artificial (IA), que ha adoptado mayormente formas humanoides y que es respaldada por las poblaciones civiles de varios países asiáticos.

A diferencia de otros trabajos de temática semejante, “The Creator” adopta una perspectiva distinta en lo que respecta a la presentación de ‘el enemigo’ y plantea diversas ideas de carácter moral. Por ejemplo, Joshua, el protagonista interpretado por John David Washington (“BlacKkKlansman”), es un ex militar que se encuentra convencido de que los seres creados por las computadoras son absolutamente insensibles, lo que justifica en su mente la exterminación total planteada por sus superiores. Pero, a lo largo de una misión destinada a encontrar el arma secreta más preciada de sus contrincantes, empieza a dudar de sus convicciones y de lo que se le ha enseñado.

Visualmente, lo más interesante es el modo en que Edwards ha logrado construir una película épica de ciencia ficción que, pese a lucir maravillosamente, costó mucho menos de lo que habría costado si hubiera sido filmada de manera tradicional, recuperando incluso estrategias que empleó ya en “Monsters”.

En la entrevista con Los Angeles Times en Español que transcribimos a continuación, el realizador habla de las intenciones de la cinta, de las semejanzas y diferencias que esta tiene con clásicos incuestionables del cine, de sus influencias artísticas y del modo en que la historia narrada se conecta con circunstancias actuales, incluso sin quererlo.

Gareth, con todo lo que está pasando ahora, esta película, que habla tanto de la Inteligencia Artificial, tiene un sentido de actualidad innegable. ¿Pero cuál era la situación cuando empezaste a trabajar en ella? Las películas originales de Terminator nos hicieron odiar a los robots y luego amarlos, al menos a uno de ellos; pero esa era una historia diferente, hecha en tiempos diferentes. 

Hay muchas películas buenas de ciencia ficción en las que intervienen la Inteligencia Artificial o los robots. Lo que yo quería hacer, y que no había visto tanto en una película, era humanizar a esa Inteligencia Artificial y hacerla completamente real. Por ejemplo, cuando le preguntas a [un personaje de] IA en nuestra película cuál es la diferencia entre él y un humano, te dirá que no ve ninguna diferencia. Está tan vivo como nosotros.

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De ese modo, cuando los actores llegaron al set, una de las primeras preguntas, cuando les tocaba interpretar a un robot o [un personaje de] IA, era: “¿Cómo debo moverme? ¿Cómo debo hablar?” “No”, les decía yo; “olvídate de que eres un robot, olvídate de que eres IA. Esta no es una película de ciencia ficción. Vela como si fuera una película contemporánea sobre una guerra o algo así”.

Dejé de decirle a la gente si [sus personajes] eran IA o no, porque no quería que se comportaran de manera diferente. Quería que todos los robots y la IA en nuestra película se sintieran completamente naturales y, en cierto modo, muy humanos.

No quiero caer en spoilers, pero hay algunos giros interesantes. La gente va a reaccionar probablemente de maneras completamente diferentes ante la película. Hay muchas personas a las que les encanta la IA y la utilizan para hacer un montón de videitos y cosas divertidas, pero también hay muchas personas que están preocupadas con su avance o que simplemente la odian. Obviamente, eres consciente de que la película podría generar desacuerdos.

Sí, y creo que eso es genial. Me encanta generar desacuerdos. Los temas más interesantes suelen ser los que hacen que la gente no esté de acuerdo. Y no creo que sepamos realmente cuáles van a ser los resultados finales de la IA, como pasa con cualquier cosa que tratamos de predecir. Si escucháramos esta entrevista dentro de cinco o diez años, pareceríamos realmente estúpidos ante cualquier cosa que tratamos de predecir en el pasado.

Pero creo que [la IA] es una herramienta asombrosa, al igual que la electricidad, las computadoras y la internet, y que va a provocar un gran cambio en la sociedad durante un largo tiempo. Normalmente, cuando llegamos hasta el otro lado, miramos hacia atrás y nos alegramos de que haya sucedido. Cuando las cosas se calmen, no querremos volver a lo que teníamos antes. Va a pasar lo mismo con la IA.

¿Por qué decidiste convertir a Asia en el último bastión de la IA? Sé que has estado por allá y que te encanta cómo se ven algunos de sus países. Pero esto es interesante. No sé si tuvo algo que ver con la pandemia, porque, durante ella, mucha gente en Estados Unidos culpaba a los asiáticos de lo que estaba sucediendo. 

Había muchísimas razones. Algo que pasó es que, antes de la pandemia, estaba escribiendo otro guión sobre un robot. No era esta película, pero tenía un robot. Un amigo mío había hecho una película en Vietnam, y me invitó para allá de vacaciones. Mi principal experiencia sobre Vietnam se había dado a través de las películas. “Apocalypse Now”, “Platoon” y cosas así.

Así que pasé el tiempo que estuve en ese país viendo todas estas imágenes increíbles del sudeste asiático, pero imaginando todo con robots debido a la forma en que mi cerebro estaba funcionando por el hecho de estar escribiendo esa película. Y no dejaba de imaginar una combinación de película de guerra con robots e IA.

Me emocioné mucho, y pensé: “Nunca he visto nada igual; alguien va a hacer esa película algún día, y yo voy a estar muy celoso". Sentí que era una carrera, como si otras personas hubieran tenido la misma idea alrededor del mundo y yo tenía que ganarles.

¿Qué hay de lo que mencioné sobre la pandemia? Con esto de la gente estadounidense reaccionando de modo hostil hacia los asiáticos. En la película pasa algo similar.

Lo interesante es que, cuando estábamos haciendo el casting, algunos actores asiáticos se sentían un poco así, y dijeron que era una película muy oportuna por el antagonismo que se estaba dando debido a la pandemia. Pensé que iba a ser el gran tema de conversación cuando fuéramos a hacerla. Y de repente, la IA surgió de una manera increíblemente avanzada en comparación con lo que pensábamos que iba a ser en 2023. Lo otro desapareció como tema de conversación.

Todo el mundo quiere saber ahora si esta película estaba tratando de predecir lo que sucede con la inteligencia artificial en el mundo real. Sin embargo, cuando haces una película, no puedes predecir dónde estará el mundo cuando ésta se estrene. Siempre hay algo que te sorprende.

Hablando de predecir cosas, hay una escena en la película donde se muestra una especie de anuncio electrónico en algún lugar de Asia y en el que aparece una mujer pidiendo permiso a la gente para utilizar sus rasgos físicos. Pero, en el mundo real, eso mismo está sucediendo ahora mismo en Estados Unidos, en Hollywood. Cuando creaste la escena no era un comentario acerca de lo que estaba pasando aquí, o quizás sí fue una especie de predicción, pero en el territorio equivocado.

No, no era una predicción para nada. Se suponía que era como donar sangre; algo que hacen en el futuro, con lo que ganas dinero al ser escaneado y permites que ese escaneo se aplique a la IA. Era algo que ocurría en el universo ficticio de nuestra película, y nunca esperé que se convirtiera en un problema dentro del mundo real.

Habíamos filmado toda una secuencia en la que había gente con pancartas y carteles protestando contra la IA. Se sentía muy de ciencia ficción, un poco estúpido, como algo que nadie iba a hacer jamás. Y de repente, mientras estábamos editando, nos cruzamos con guionistas y actores que estaban protestando contra la IA. Es muy surrealista la forma en que las cosas han cambiado. Algunas de las ideas que parecían ciencia ficción cuando las estábamos escribiendo se han convertido súbitamente en circunstancias del presente.

Hablemos de los efectos visuales. La película es enorme por ese lado. Luce como una producción de 300 millones, pero ya has dicho por ahí que la hiciste con 80 o algo así, lo que es increíble y se logró gracias al uso masivo de locaciones reales. Creo que fueron cerca de 80, principalmente en países asiáticos. Los efectos especiales fueron agregados recién en postproducción. Alguien dijo ya que lo que has hecho podría cambiar el futuro de Hollywood. Fue una gran idea hacer esta gran película en términos diferentes a los habituales.

La promesa de la tecnología digital es que iba a cambiar la manera de hacer películas e iba a darnos herramientas nuevas e increíbles; pero la verdad es que seguimos haciendo películas exactamente de la misma manera. Fui a ver un nuevo estudio que utiliza realidad virtual y encontré ahí un póster de cómo se hace una película, donde se describe el proceso normal de creación de una de ellas. Pensé: “¿Por qué tienen este cartel?” Y la persona que estaba ahí me dijo: “Ese afiche tiene más de 100 años”.

El cineasta en una imagen registrada el 18 de septiembre de 2023.
El cineasta en una imagen registrada el 18 de septiembre de 2023. (Alberto E. Rodriguez/Getty Images for 20th Century Studios)

Me di cuenta de que no hemos cambiado la forma de hacer cine en más de un siglo. Parece absurdo, cuando hay tantas maneras diferentes de hacerlo. Creo que todos los cineastas que acaban de terminar una película describirían el proceso como algo realmente ineficiente. Hay mucho dinero desperdiciado, mucho tiempo perdido. No se siente bien. Para mí, como cineasta, lo más importante, además de tener un buen guión y una buena idea para la historia, es contar con un buen proceso e intentar crear una forma diferente de hacer cine.

Fue por eso que no usamos pantallas verdes. Rodamos en localizaciones reales y no hicimos ningún trabajo de diseño hasta que editamos la película. Fue muy eficiente en comparación con el trabajo de diseño que se hace antes de planificar una película. En esos casos, tratas de lograr cosas que son muy caras y difíciles de hacer, mientras que, si las diseñas al final, ya tienes todo, por lo que solo colocas la cereza sobre el pastel. Fue muy diferente en muchos sentidos.

En la postproducción, sí utilizaste efectos especiales. Y CGI, por supuesto. Es curioso, porque leí que el CGI se utilizó incluso en la primera película de Terminator [1984]. Después de eso, se empezó a utilizar mucho. Pero la gente está usando ahora el CGI para hacer historias que son acerca o en contra de la inteligencia artificial. Sin embargo, el CGI es también inteligencia artificial, ¿verdad? No lo tengo muy claro.

Bueno, CGI es la abreviatura de ‘imagen generada por computadora’, e implica que las computadoras crearon las imágenes. Es un término equivocado, porque, en realidad, son los artistas los que hacen esas imágenes. Usan computadoras para hacerlo. Es como si dijeras que el material fílmico registrado durante un rodaje son imágenes generadas por la cámara. No es el término correcto.

Pero el problema ahora es que, de verdad, las computadoras pueden generar por su cuenta imágenes completas recurriendo a la IA. Hay un software maravilloso que está poniendo sumamente nerviosos a muchos artistas que conozco, porque hace cosas absolutamente increíbles, luego de que le insertas simplemente una solicitud.

En tu caso, había artistas humanos detrás, por supuesto.

Sí. Utilizamos un poco de IA. Cuando interpretan a personajes hechos con CGI, los actores tienen que llevar encima un montón de puntos y ponerse trajes extraños sobre los que van esos puntos. Yo no quería nada de eso en las locaciones donde estábamos filmando. Nos limitamos a filmar a gente con ropa normal que interpretaba a robots.

El problema fue que [la compañía de efectos especiales] Industrial Light & Magic tuvo que averiguar cómo convertirlos en Inteligencia Artificial. Por lo tanto, utilizaron IA para rastrear el movimiento del brazo y la cabeza, algo muy difícil de hacer. Ese tipo de cosas se harán cada vez más fáciles. Parece que la IA va a empezar a reemplazar tareas muy aburridas y, con suerte, permitirá que los artistas se concentren en las cosas creativas.

En las notas de producción, hablas de todas las influencias que tuviste para esta película; “Apocalypse Now”, “Blade Runner” y “E.T. the Extra-Terrestrial” se encuentran entre ellas. Muchos directores, al ser entrevistados, se niegan a hablar de influencias, como si todo hubiera venido de sus mentes. Las referencias en tu película son claras, pero estás manejando una historia completamente original. ¿No tienes problemas con mencionar tus influencias?

No, porque, en primer lugar, creo que resultan muy obvias cuando ves la película. Estoy en deuda con esos cineastas. Hablo en inglés contigo porque mis padres hablaban inglés conmigo cuando yo era un niño. Igualmente, crecí viendo una y otra vez las películas de [Steven] Spielberg y James Cameron. Así que, ahora, cuando hablo como cineasta, hablo en el lenguaje de Spielberg y James Cameron, si tengo suerte.

Creo que es un poco como la IA. Metes cosas, y luego, con suerte, las mezclas lo suficiente como para que no puedas reconocer de dónde vinieron. La originalidad es sólo la capacidad de olvidar tu inspiración. No creo que nadie sea original, realmente. Todo el mundo se inspira en algo. Yo soy bastante consciente de mis referencias e intento admitirlas, porque mi objetivo sería morir muy feliz, luego de haber hecho una película que sea casi tan buena como todas esas.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.