Melania Trump rompe su silencio: las memorias de la exprimera Dama que están dando mucho que hablar en EE.UU.
Enigmática, algo fría, calculadora, inexpugnable… Melania Trump es una suma de misterios. Por eso, el inminente lanzamiento de sus memorias se ha convertido en una obsesión para muchos estadounidenses, que esperan encontrar en sus 256 páginas respuesta a los enigmas que rodean a la esposa de Donald Trump. La exmodelo eslovena, de cincuenta y cuatro años, ya ha batido un récord en la preventa online de su libro. Melania llegará a las librerías el próximo 8 de octubre con la promesa de desvelar toda la verdad sobre su "infancia en Eslovenia, los momentos clave que la llevaron a lo más alto de la Alta Costura en Europa y Nueva York y su encuentro fortuito con Donald Trump".
Si Alfred Hitchcock viviera hoy en día, y buscara una de las bellas rubias, cerebrales y distantes que protagonizan sus películas, encontraría una nueva musa en Melania Trump. Acostumbrada al silencio y a las sombras, Melania está dando pasos al frente para promocionar su libro en unas fechas muy significativas. El próximo 5 de noviembre se celebran los comicios en Estados Unidos y su esposo, el 45 Presidente de los Estados Unidos, busca la reelección cuatro años después de dejar la Casa Blanca.
Acostumbrados a la discreción de Melania Trump, quien siempre ha preferido que todos los objetivos enfoquen a su marido, sorprende el baño de multitudes que está dispuesta a recibir en los próximos días. Por lo pronto, sus memorias buscan un primer objetivo: desbancar a Mi historia, la autobiografía de Michelle Obama que vendió más de diez millones de ejemplares en todo el mundo. La expectación es máxima, aunque las estrategias de promoción son distintas. El carácter más reservado de Melania Trump no ha impedido, sin embargo, que muchos aguarden como agua de mayo su ejemplar. El video promocional, de apenas 48 segundos, en el que aparece con un elegante blazer cruzado de pata de gallo, abrió el apetito a quienes aún no sabían si el libro ofrecería un compendio de curiosidades y revelaciones capaces de desatar cientos de titulares. Parece ser que así será.
"Escribir estas memorias –dice la exmodelo con la mirada fija en la cámara– me ha supuesto un viaje profundamente personal". Y añade: "He sido objeto de escrutinio público y tergiversaciones […] Siento la responsabilidad de aclarar los hechos. Creo que es importante compartir mi perspectiva. La verdad".
Melania Trump, a pesar de estar en tiempo de promoción, sigue midiendo con cuentagotas dónde aparecer y qué decir en cada intervención pública. En otro video colgado en sus redes sociales, responde a uno de los cuestionamientos que más le hicieron antes de que Donald Trump ganara las elecciones de 2016: el haber aparecido desnuda, en el año 2000, en la portada de un número especial, editado por una revista británica para caballeros. "¿Ya no somos capaces de apreciar la belleza del cuerpo humano? –interroga la voz en off de Melania Trump mientras se ven las imágenes de obras de arte como el David, de Miguel Ángel, o Lady Godiva, de John Collier–. Deberíamos honrar nuestros cuerpos y abrazar la tradición atemporal de utilizar el arte como un poderoso medio de autoexpresión".
También en estos días, y durante una entrevista con Ainsley Earhardt, de Fox News –su primera aparición en un medio de comunicación en los últimos dos años–, ha confirmado que apoya totalmente la decisión de su esposo de presentarse a las elecciones presidenciales, aunque no ha estado muy presente a lo largo de la campaña, y ha explicado la manera en la que se enteró de los dos atentados que sufrió su esposo en los últimos meses. Con respecto al del 13 de julio, confesó que no estaba viendo la televisión, pero que tan pronto como lo supo logró ponerse en contacto con su marido telefónicamente. "Creo que algo velaba por él. Es casi como si el país lo necesitara", manifestó a la par que pedía de manera calmada, pero firme, un cese de la violencia: "El país necesita unirse".
De todos los videos que ha subido recientemente para anunciar el lanzamiento de sus memorias, solo hay uno en el que se permite mostrarse vulnerable. Se trata de aquel en el que habla de la maternidad y de la llegada de su hijo Barron Trump, nacido el 20 de marzo de 2006: "Las lecciones que he aprendido de esta experiencia son profundas y me han cambiado de una manera que jamás habría imaginado".
Las grandes incógnitas
En este momento de contienda electoral, y a un mes de saberse si Donald y Melania Trump volverán, o no, a habitar la Casa Blanca por cuatro años más, las memoirs de la ex Primera Dama sugieren que, al fin, se dará respuesta a alguna de las grandes incógnitas que desde hace años rodean a Melania Knauss, su nombre de soltera.
Desde principios del siglo XXI se han contado muchas historias sobre ella, pero el libro podría desmentir algunos detalles que se dan por ciertos, puntualizar otros, y aclarar cuestiones tan controvertidas como la vía que siguió para obtener su green card, en 2000.
Previamente a su autobiografía, algunos aspectos de su vida se han dado por ciertos, pero ahora falta por comprobar su veracidad a través de las palabras de la propia Melania. Siempre se ha dicho que nació en el hospital de Novo Mesto, en Sevnica (Eslovenia), el 26 de abril de 1970. Y que fue la segunda hija de un matrimonio formado por Viktor Knavs, chófer, y Amalija Ulcnik, costurera. No vivían con opulencia, pero tampoco pasaron grandes necesidades. Según recordó una compañera de primaria de la ex Primera Dama, Diana Kosar: "Tuvimos una infancia muy bonita. Era un ambiente tranquilo. Teníamos casi todo lo que necesitábamos […] Melania era muy buena para todo lo que fuese creatividad". En aquellos años, y orientada por su madre, se convirtió en la niña que mejor vestía a sus muñecas, porque ella dibujaba los diseños y, posteriormente, los cortaba y cosía. De esta pasión infantil, tal vez llegó su predilección por el mundo de la moda.
Muy pronto, Sevnica, de 5.500 habitantes, se le quedó pequeño y decidió mudarse a la capital, Liubliana, donde comenzó a estudiar Arquitectura. Uno de sus profesores universitarios de aquellos años, habló para Univisión de ella y la recordó de la siguiente manera: "Es, sin duda, una mujer muy inteligente. Nadie puede presentarse en nuestra facultad si no es suficientemente inteligente […] Usted debe tener un IQ muy alto".
Pero, aunque también es un punto controvertido de su biografía, nunca terminó la carrera. Entre la Arquitectura y el modelaje, Melania Knauss se decantó por las pasarelas. De muy pequeña, había desfilado con los diseños de la fábrica textil en la que trabajaba su madre. A los diecisiete años, un fotógrafo la descubrió por las calles y la retrató, pero no fue hasta los veintidós años que se le abrieron más puertas. En 1992, ganó el segundo lugar en el concurso 'El Rostro del Año'. Bernarda Jeklin, uno de los miembros del jurado, la describió así: "Lo único que me fascinaban eran sus ojos. Tiene unos ojos agresivos, pero no ojos de gato. En ese tiempo tenía ojos de tigresa, ojos peligrosos… Era muy flaca".
Ese segundo premio, en un concurso reconocido de belleza, provocó que Melania hiciera las maletas y buscara fortuna en algunas de las ciudades más importantes del mundo de la moda, como París o Milán. Por esos años de búsqueda de un futuro brillante, conoció a Paolo Zampolli, un millonario afincado en Nueva York y agente de modelos. Zampolli ofreció a Melania la posibilidad de trabajar en Estados Unidos y ella aceptó el reto, porque siempre tuvo en mente su particular American Dream. En 1998, Zampolli invitó a Melania a una de las fiestas organizadas durante la Semana de la Moda de Nueva York. Precisamente, en ese entorno de belleza, lujo y dolce vita, Zampolli hizo las veces de Cupido y presentó a Donald Trump a Melania. En ese entonces, Trump tenía 52 años y ella, 28. Pocos años después de aquel primer encuentro, él eligió el entorno de la Gran Manzana para comprometerse con la modelo. El 22 de enero de 2005, celebraron su opulenta boda en Mar-a-Lago, la residencia de Palm Beach que el magnate adquirió en 1985. Melania eligió en su gran día un vestido creado por John Galliano para Dior. El diseño, en satén blanco roto con pliegues y volantes, valorado en más de 150.000 dólares, tenía bordados 1.500 brillantes y perlas, por lo que pesaba más de veintitrés kilos.
¿Hablará en sus memorias de qué sintió aquel día? ¿De sus sentimientos? Reservada hasta la médula, ya queda menos para descubrir hasta dónde se dará realmente a conocer a través de su escrito. Una de las pocas veces que ha hablado de su matrimonio, Melania confesó: "Los dos somos muy independientes. Yo le dejo ser quien es y él me deja ser quien soy. No intento cambiarlo. Es un adulto. Él conoce las consecuencias. Yo le doy mi opinión muchas veces". En menos de una semana se sabrá hasta qué punto Melania Trump revela los entresijos reales de su misterioso corazón.