Meryl Streep, exultante y cercana en su llegada a Oviedo para asistir a los Premios Princesa de Asturias
La cuenta atrás para la tradicional ceremonia de los Premios Princesa de Asturias ha arrancado, una edición muy especial para la princesa Leonor, que presidirá la gala este viernes 20 de octubre arropada por sus padres, los reyes Felipe y Letizia, y su hermana, la infanta Sofía. Es, sin lugar a dudas, una de las citas más destacadas de la agenda oficial de la heredera al trono, un acto que acogerá el majestuoso Teatro Campoamor de Oviedo y que contará con una presencia muy especial: la de Meryl Streep, que ya se encuentra en la capital asturiana.
La estrella de Hollywood, de 74 años, recibirá el galardón de las Artes, un reconocimiento por el que se siente "muy honrada" y agradecida a los monarcas, a quienes está deseando conocer y "pasar un tiempo en su hermoso país".
Una llegada marcada por la sorpresa
El aterrizaje de la protagonista de cintas como Los puentes de Madison, El diablo se viste de Prada, Kramer contra Kramer o La dama de hierro en Oviedo se ha producido a primera hora de este martes 17 de octubre, una llegada que ha estado marcada por la expectación y la sorpresa. Pese a que ha tratado de desplazarse hasta el exclusivo hotel Reconquista, en el que se hospedará durante los próximos días y donde le esperaba la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, con suma discreción y subida a una furgoneta negra con los cristales tintados para tratar de no generar revuelo, nada ha evitado que la ganadora de tres premios Oscar, ocho Globos de Oro, dos BAFTA y tres Emmy a lo largo de sus más de cuatro décadas de carrera acaparara todas las miradas.
Acompañada por uno de sus hermanos, exultante y muy sonriente, ha sido vista a las puertas del alojamiento, donde ha hecho el check-in y se encontraba reunido un reducido grupo de personas, muchas de ellas viandantes y vecinos de la zona, dado que su presencia no estaba prevista en ese instante. Radiante y cubriendo su mirada con gafas de sol de lente cuadrada y aire retro, la popular actriz estadounidense ha bajado las escalinatas de la entrada principal y se ha mostrado muy cercana ante las cámaras y saludando entre los vítores del público que le ha dado un caluroso recibimiento.