METE-CRÍTICA | Gremlins: los secretos de Mogwai | Otra criatura ochentera reclama su regreso

METE-CRÍTICA | Gremlins: los secretos de Mogwai | Otra criatura ochentera reclama su regreso
METE-CRÍTICA | Gremlins: los secretos de Mogwai | Otra criatura ochentera reclama su regreso

A casi cuarenta años del estreno de Gremlins 2: La Nueva Generación (67%), bajo la mirada de su creador Joe Dante, quien aquí funge como supervisor y nuevamente está acompañado de Steven Spielberg en la producción; una de las franquicias más emblemáticas y entrañables de la década de los años 80 encuentra la continuidad de una manera muy peculiar y al mismo tiempo conveniente en cuestiones de mercado. Recordemos que la ya mencionada secuela en su momento no fue tan bien recibida en la taquilla, así que para esta nueva serie animada, Gremlins: Los secretos de los Mogwai (94%), que llega directo a la plataforma de MAX, han decidido aprovechar la ternura propia de la criatura que sirve como detonador para estas aventuras, y ofrecer así una propuesta que con mucha mayor facilidad puede llegar al gran público, y de paso dar pie a una buena cantidad de productos de consumo como peluches, figuras de acción y similares.

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La intención es clara en ese sentido, sin embargo eso no quiere decir que se pierdan por completo los rasgos que definen al concepto, pues aunque el humor negro que lucia si renuncia al cinismo, este se hace presente en las dosis adecuadas para darle forma a lo que puede catalogarse como un inteligente producto de horror y fantasía para niños, que al mismo tiempo es muy disfrutable para los adultos.

Y es que si en la primera entrega de esta precuela todo parece indicar que apunta a una aventura linda y convencional ubicada en el Shangai de los años 20, conforme avanza y aparecen los destructivos gremlins, las atmósferas misteriosas de su universo con hechiceros devoradores de almas, brujas que privan de la voluntad a incautos visitantes y voraces cambiaformas, mismo que encuentra la identidad en la mitología china a la que pertenece el pequeño mogwai; se van salpicando con leves toques de horror disimulado por la reticencia al uso de cualquier dosis de sangre, pero aun así algo inquietantes y con ciertas transgresiones físicas e incluso pequeños chistes al respecto.

Pero eso no es todo, con base a la relación entre los dos niños protagonistas, cuyas circunstancias obedecen a realidades muy contrastantes y con perfiles más que acordes a la actual y necesaria exigencia de nuevos enfoques en los roles de género dentro del entretenimiento, la trama adquiere cierta complejidad al enfrentarles con sus heridas internas y con disyuntivas morales, frente a lo cual son capaces de tomar desiciones por sí mismos para ir definiendo su futura personalidad.

Claro, además el que uno de los pequeños en cuestión sea quien a la larga habrá de convertirse en aquel anciano dueño de la tienda donde por primera vez vimos en el cine al entrañable Gizmo, y el retomar el tema musical emblemático de la franquicia, son suficientes referencias para que Gremlins: Los secretos de los Mogwai (94%) que en cada episodio se nutre con la tradición de los cuentos de hadas con todo y sus rasgos oscuros, crueles y retorcidos, pueda conectar con los viejos fans.

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