Michael Caine, a los 90 años: su pasión por los Rolls-Royce, la inspiración en Humphrey Bogart y una carrera de 155 películas
En octubre de 2021, Michael Caine había anunciado que dejaba la actuación, pero horas después de afirmar que Best sellers, de Harris Shaw, sería su última labor para la pantalla grande, aclaró vía Twitter que no pensaba dejar de actuar. Así, la llegada a los 90 años lo encuentra como uno de los actores más longevos aún en actividad e incluso uno de los de mayor edad de las venerados astros de Hollywood, donde también se cuentan los nombres de Dick Van Dyke (97), Eva Marie Saint (98), Gene Hackman (93), Clint Eastwood (92) y Mel Brooks (96) , como otras de las grandes leyendas que bordean los cien años.
Pero pocos como él tienen un presente que devuelve aún proyectos cinematográficos y una celebración de película con el estreno europeo de MCaine, el documental dirigido por la alemana Margarete Kreuzer y donde testimonian Christopher Nolan, Paolo Sorrentino y Shirley MacLaine, y que pasa revista a buena parte de sus 70 años de carrera y a algunas de las 155 películas en las que intervino. Un día después del estreno español del documental (en la plataforma Filmin), en el Imperial War Museum de Oxford, se subastará su primer auto: un Rolls-Royce Silver Shadow Drophead Coupe, de 1968. El vehículo es uno de los 506 que la firma fabricó entre 1967 y 1971. Cuenta la leyenda que Caine lo compró sin tener siquiera licencia de conducir y a partir de una lista escrita a mano que decía: “Pan, leche, diario, cigarrillos, Rolls-Royce”. Hoy, día en el que Michael Caine celebra su cumpleaños, el vehículo será puesto en exhibición para interesados y curiosos.
Nacido con el mismo nombre de su padre, un obrero irlandés de la industria pesquera del puerto de Londres, Maurice Joseph Micklewhite llegó al mundo un día como hoy de 1933 en un humilde entorno que ni siquiera observaba la posibilidad de contar con agua caliente, en su Rotherhithe natal, en la orilla sur del Támesis del Gran Londres. Sus comienzos no fueron fáciles: a los 15 años abandonó la escuela y luego fue alternativamente lavaplatos, plomero e incluso destinado al frente de batalla en la Guerra de Corea. De regreso a Londres e interesado por la actuación, se volcó al mundo del teatro donde fue, en principio, actor ocasional y asistente de producción.
En esos tímidos inicios, el joven Michael tenía claro que no podía usar el paterno Micklewhite si quería progresar en el ambiente artístico y cambió su apellido por el de Scott. Michael Scott cumplió así diversos roles, incluso reemplazando a Peter O’Toole en una gira artística. Pero ya existía un Michael Scott, por lo que tampoco podía continuar utilizando ese nombre. Deslumbrado por Humphrey Bogart y El motín del Caine, de la película basada en la novela de Herman Wouk, tomó el apellido que lo convertirá en marca registrada primero y leyenda del cine después. Curiosidades del destino, será con Infierno en Corea, de Julian Amyes, donde el mundo comenzará a conocer a Michael Caine en la película que supone su debut como actor en un pequeño papel pero con nombre propio. Ocho años más tarde y luego de varios trabajos con apariciones menores o sin acreditar, será Cy Endfield quien lo convocará para darle relieve al aristócrata teniente Gonville Bromhead en Zulú, es su primer protagónico en otra película bélica pero rodada íntegramente en las montañas Drakensberg del Royal National Park de Sudáfrica y con auténticos guerreros Zulú como extras. No le dio fama pero si la base para ser considerado un actor profesional superando en proyección incluso al protagonista, Stanley Baker. Gracias a ello fue convocado para la película que lo lanza a la fama que lo acompaña hasta hoy en día. Entre tanto, incluso se dio el gusto de personificar a un espía secreto bastante cercano a James Bond en Archivo confidencial, su segundo protagónico para el mundo del cine.
Alfie, el seductor irresistible
Casi seis décadas pasaron desde que el personaje de un mujeriego sin escrúpulos lo convirtiera en una estrella y, asimismo, símbolo del hedonista modelo contracultural de los años 60. El impacto de Alfie, el seductor irresistible, fue tan grande que perduró incluso para que Jude Law se calzara el traje en una remake mucho menos interesante que la versión original. Disimulado en sus películas previas, el fuerte acento cockney de los barrios populares de Londres -del cual Caine siempre estuvo orgulloso- hizo que en las escenas compartidas con Shelley Winters ella no entendiera absolutamente nada de lo que él decía. Pero Alfie le brindó a Michael Caine no sólo popularidad sino también una temprana nominación al Oscar que lo ubicó para siempre entre los grandes nombres. Fue la primera de las seis candidaturas al Oscar. En total obtuvo dos estatuillas como actor de reparto por Hannah y sus hermanas (1987) y Las reglas de la vida (1999).
Pero la lista de éxitos de Caine es tan descomunal como su talento interpretativo e imposible de condensar. Pensar en el policial Faena a la italiana, en la bélica La batalla de Inglaterra, en su magistral rol en El detective (segunda nominación al Oscar) y en ese dúo inolvidable junto a Sean Connery como conquistadores del reino de Kafiristán, en El hombre que sería Rey, de John Huston. Son sólo anotaciones de sus múltiples logros donde también puede inscribirse aquella sobre la fallida operación militar denominada Market Garden y que Richard Attenborough rodó para otro destino de clásico: Un puente demasiado lejos, donde Michael fue el teniente coronel J.O.E. Vandeleur del ejército británico. En esa línea de roles indelebles, es imposible omitir a Educando a Rita, que le brindó el Bafta, o El cónsul honorario.
De Maradona a Pelé
Michael Caine nunca estuvo en el cine argentino, pero tomó mate en un set de filmación. Fue el que le ofreció Roly Serrano, quien personificó a Diego Maradona en La Juventud, de Paolo Sorrentino, y que Caine protagonizó. Pero el inglés sí compartió el set con otro auténtico astro del fútbol: “O Rei” Pelé, en Escape a la Victoria, que dirigió John Huston. Esa lista de la inmensidad va de papeles elegantes a dramas sofisticados y apariciones que son casi un cameo en películas insospechadas: Mona Lisa, El cuarto protocolo o La calle de la media luna conviven con la bizarra Tiburón, la venganza, Miss Simpatía o Austin Powers in Goldmember. Pero este perfil no estaría completo sin la mención de su memorable Alfred para el Batman bajo la lente de Christopher Nolan que el actor inglés suplicó personificar.
Superó un cáncer, no dejó que los problemas de columna le impidieran seguir filmando y en este 2023 empezó a celebrar los cincuenta años de matrimonio con su esposa Shakira, su segunda unión luego de los siete años con Patricia Haines.
Cuando la Reina lo nombró Comendador de la Orden del Imperio británico, Michael Caine solicitó que dicha orden fuera dada bajo su nombre real, el olvidado Maurice Joseph Micklewhite, y se convirtió en Sir homenajeando no sólo al hombre real bajo el personaje sino también a la memoria de los trabajadores de esos barrios populares londinenses, donde se hablaba un acento “cockney” que Sir Michael Caine nunca olvidó.