Michael J. Fox no tiene una 'vida triste' debido al párkinson
Michael J. Fox, de 61 años, fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson hace más de tres décadas. Desde entonces, el que fuera protagonista de la trilogía 'Regreso al futuro' ha querido aprovechar la plataforma que le brinda su popularidad para concienciar a la sociedad sobre las implicaciones de vivir con esa dolencia y la necesidad de invertir más recursos en investigación a fin de prevenirla o al menos combatir sus síntomas.
Esta semana, el intérprete sufrió un pequeño percance en el evento de presentación de una exposición sobre la saga que le catapultó al estrellato en la década de los ochenta. El astro de Hollywood perdió ligeramente el equilibrio cuando se acercó a dar las gracias a los fans, pero afortunadamente lo hizo en el sofá donde tenía que sentarse. Sin perder la calma, Fox tranquilizó al público e insistió en que no había que darle más importancia al asunto. Y es que el actor está decidido a no dejar que sus problemas de salud eclipsen su legado interpretativo.
Ayer miércoles, Michael J. Fox recibió un premio a toda su trayectoria en el marco de los Spring Movie Image Awards. Al recordar su trayectoria profesional y los momentos que más han marcado su vida, el intérprete volvió a exhibir su optimismo ante las adversidades y quiso subrayar que el párkinson no le ha impedido disfrutar de todas esas "cosas maravillosas" que le ha brindado la vida, entre las que sin duda destacan su esposa Tracy Pollan y los cuatro hijos que se desprenden de su longevo matrimonio: Sam, Aquinnah, Schuyler y Esmé.
"No sé, no puedo decir que tenga una vida triste y lacrimógena", aseguró en relación con su enfermedad. "Esto pasó, y fue horrible, pero me puso en una posición que me permitía hacer otras cosas muy efectivas y quizá me ayudó a cambiar un poco las cosas", añadió antes de zanjar el asunto y centrar su discurso en el cine. "Pero la razón de que esté hoy aquí es mi amor por la actuación y las películas", señaló. A ese respecto, el artista dio las gracias a su mujer por esa especie de sexto sentido que tanto le ha ayudado a valorar y escoger sus proyectos.
"Tracy tiene una mente muy privilegiada. Lo menciono porque se aplica tanto a la familia como a las películas. Como actor, siempre le digo: 'Voy a hacer esto o lo otro'. Y si ella no parece muy convencida, es que no va a ser bueno. Pero cuando me contesta con un 'Es genial', es como si mi corazón se elevara", afirmó el también protagonista de las cintas de 'Stuart Little'.