Miguel Bosé cuenta cómo vivieron sus hijos el asalto a su casa y el importante papel de Tadeo

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Después de la inesperada cancelación de su visita al programa español El Hormiguero hace dos semanas por motivos de salud, Miguel Bosé se ha sentado frente a Pablo Motos este martes 19 de septiembre. En su esperada visita, el artista de 67 años ha dado más detalles sobre el atraco que sufrió hace un mes exacto en su residencia en México, en la que irrumpió un comando de 10 personas armadas y encapuchadas mientras él se encontraba en el interior con sus hijos.

Bosé ha relatado cómo vivieron tanto él como los pequeños el sobresalto en su vivienda de Interlomas.

"Estábamos ya dormidos en mi casa y los niños estaban haciendo una 'pijamada' con un amiguito. Eran sobre las 20:30 horas y, de repente, me despierta alguien, veo unas caras que no reconozco y estaba encañonado", ha empezado narrando ante la atónita mirada del presentador, con quien ha compartido el desgarrador momento en el que vio a los niños rodeados a pie de cama por la banda, que iba "armada con una artillería pesada muy grande y todos encapuchados y con máscaras".

Según ha confesado, durante la "operación", que estaba dirigida por una mujer, no hubo violencia física, a excepción de algunos empujones entre ellos e insultos hacia él, y los asaltantes no eran profesionales.

A eso se sumó el hecho de que el músico "estaba súper lúcido": "Bajé revoluciones, les dije '¿qué queréis?' y me dijeron que querían todo lo que pudieran llevarse de valor", ha dicho. Fue tras guiarles hasta las cajas fuertes, donde sustrajeron todo el dinero en efectivo que había, cuando el "jefe" del clan reconoció a Bosé: "Se quitó la máscara y me dijo 'yo soy tu fan'", ha agregado. Entonces, tuvo la sensación de que "no iba a pasar nada" y le "entró más tranquilidad", a lo que se añadió el hecho de que en los ojos de sus hijos vio que "no había nada de miedo".

En cuanto a sus hijos, a quienes se ha referido como unos auténticos campeones, ha revelado que les juntaron a todos en una habitación donde les ataron y les taparon durante más de dos horas en las que estuvieron completamente inmovilizados y controlados por un hombre, al que ha definido como "un ángel guardián".

"Le dijo a mis hijos que no se preocuparan, que a papá no le iba a pasar nada ni a ellos tampoco y que se irían en una hora o así", ha subrayado. El mismo individuo fue quien quitó las cuerdas a Tadeo para que después desatara al resto, incluido su padre, al que también habían bloqueado.

Cuando los asaltantes abandonaron el domicilio, la casa estaba patas arriba y media hora después llegó la policía. En definitiva, "una experiencia para olvidar lo antes posible, una experiencia horrible, terrorífica, que no enseña nada, pero tuvimos la suerte de que no nos pasó nada ni a mis hijos, ni a mí, ni a nadie de la casa. Eso es lo importante, y el resto da igual", ha concluido.

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