Mil Golpes: el creador de Peaky Blinders triunfa en su regreso a los submundos criminales de siglo XIX

Mil Golpes: el creador de Peaky Blinders triunfa en su regreso a los submundos criminales de siglo XIX
Mil Golpes: el creador de Peaky Blinders triunfa en su regreso a los submundos criminales de siglo XIX - Créditos: @Prensa Disney

Mil golpes (A Thousand Blows, Inglaterra/2025) Creado por: Steven Knight. Fotografía: Milos Moore, Catherine Derry. Elenco: Malachi Kirby, Stephen Graham, Erin Doherty y Francis Lovehall. Disponible en: Disney+. Nuestra opinión: buena.

Steven Knight carga con la mochila de su pasado. Porque el creador de Peaky Blinders logró, con esa serie protagonizada por Cillian Murphy, un piso de calidad tan elevado que cada una de sus obras posteriores sufre irremediablemente el peso de la comparación. Y si bien la épica de los hermanos Shelby es insuperable, Mil golpes logra varios aciertos que la establecen como un sólido complemento .

La acción transcurre a finales del siglo XIX. En la zona más peligrosa de Londres hay un submundo en el que ni siquiera llega el brazo largo de la ley: ladrones, estafadores y delincuentes de toda clase se dan cita en esa jungla denominada el East End londinense. Y a ese lugar llegan Hezekiah (Malachi Kirby) y Alec (Francis Lovehall), dos jóvenes jamaiquinos que huyeron de la precaria situación de su país con el objetivo de encontrar mejor suerte en Inglaterra. Pero pronto, a ambos la situación se les revela dramática: víctimas de un racismo rampante, y con unos pocos chelines en sus bolsillos, ellos no encuentran lugar donde dormir, ni una ducha caliente, ni un plato de comida. Todo el mundo parece ignorarlos y la suerte se les presenta esquiva, hasta que descubren el negocio del boxeo clandestino .

En un carril simultáneo, una peligrosa ladrona llamada Mary Carr (Erin Doherty) es la jefa de Los cuarenta elefantes, una peligrosa banda criminal integrada por mujeres que controla el bajo mundo londinense. Mary pelea por su territorio, y una pieza muy importante de ese lugar es la práctica del boxeo y la popularidad de los hermanos Goodson, Henry “Sugar” (Stephen Graham) y Edward “Treacle” (James Nelson-Joyce). Ambos son de los púgiles más famosos de esa zona atravesada por el crimen, y todas las noches se enfrentan a cualquier anónimo que quiera retarlos a duelos. Pero cuando a ellos les toque pelear con los dos muchachos jamaiquinos, quienes a su vez llaman la atención de la peligrosa Mary, la situación en el East End y la balanza del poder criminal cambiará de forma contundente.

Mil golpes
Mil golpes - Créditos: @Captura

Ante todo, Mil golpes evidencia la fascinación y facilidad con la que Steven Knight se mueve en los mundos marginales, esos rincones de la sociedad en los que el orden llega de forma caótica y en donde los criminales son los referentes y los directivos . En estos márgenes, las reglas establecidas no tienen cabida, y el espectador se sumerge en un ecosistema en el que prevalece la ley del más fuerte. De esa forma, Mil golpes es un satélite perfecto para Peaky Blinders , y dialoga con ella de manera directa , a pesar de contar otra historia, ubicada en otro lugar, y con otros personajes. La firma de Knight es el único puente entre dos títulos que respiran una misma energía, más allá de las evidentes diferencias.

Mil golpes
Mil golpes - Créditos: @Captura

La saga de Hezekiah y su llegada al East End le permite al espectador meterse, junto al protagonista, en los rincones más hostiles de la sociedad londinense. Y la aparición de Mary (que dicho sea de paso, se trata de un personaje basado en una figura histórica de esa época) y el boxeo clandestino, termina de establecer a quienes serán los jugadores principales de la saga. Con esas cartas repartidas, Knight necesita apenas unas pocas pinceladas para retratar la esencia de cada uno de sus protagonistas, mostrar sus rasgos vitales y poner en marcha la trama sin perder el tiempo en subrayar información innecesaria . Porque este es un guionista de pulso muy firme, que comprende de qué manera construir un mundo rico, poblado por criaturas que rápidamente conquistan el entusiasmo del espectador.

En su temporada inicial, Mil golpes muestra características sólidas de personajes que hacen de las cloacas su hábitat natural. No hay historias de superación (o al menos no las tradicionales “historias de superación”), y la corrupción que atraviesa a todos sus protagonistas da por resultado un relato tan fascinante como caótico. De ese modo, la imprevisibilidad que domina la trama, como los guantazos de Sugar que amenazan con derrumbarlo todo en cualquier momento, son el motor de esta épica criminal que no tiene miedo de hundir de lleno la cara en el barro.