Millonario dejó sin herencia a su esposa hasta que apareció el juez

El millonario propietario británico de varios terrenos en Gales, Wynford Hodge, falleció a los 94 años de edad y en su testamento no dejó ni un penique a su esposa, Joan Thompson, con quien estuvo durante 42 años.

Hodge tenía una fortuna de 2.1 millones de dólares que decidió ceder a sus inquilinos, Karla Evans y Agon Berisha, sencillamente porque le habían tratado muy bien en sus últimos años de vida.

Una carta que estaba adherida a su testamento, Hodge indicó que prefería no dejar dinero a su mujer y a sus hijos porque ya tenían “comodidad financiera”, un hecho que después de fallecido se demostró no ser verdad. Lo único que Thompson tenía en la cuenta corriente eran unos 3,500 dólares y acabó viviendo de los subsidios de la pensión en un centro de mayores ya que no tenía acceso a ninguna de las propiedades en las que vivió durante tantos años.

El juez Jarman fue clave para que Thompson fuera incluida en la herencia. Foto: Getty Images.
El juez Jarman fue clave para que Thompson fuera incluida en la herencia. Foto: Getty Images.

Thompson había trabajado durante esos 42 años en los terrenos sin recibir dinero a cambio y tras la muerte de su marido fue despojada del derecho de poder volver a habitarlos. Además, se encargó de cuidar a su esposo debido a que en sus últimos meses de vida estuvo batallando con un cáncer de pancreas. Sin embargo, para este nonagenario que llegó a escribir 10 testamentos distintos, el que sus inquilinos le ayudaran con la compra tenía más peso que los sacrificios de su mujer.

Afortunadamente para Thompson, el juez Jarman, de la Corte Alta de Cardiff, no vio justos los últimos deseos del fallecido, y escribió que “su testamento no cumplió con sus obligaciones con su pareja de tanto tiempo”. Por esa razón, le cedió una propiedad valorada en 320,000 dólares y 270,000 dólares en efectivo, una cifra que el juez entendió como razonable.

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