El antes y el ahora de Mimi Ortiz, la novia de Toni Costa: "Mi seguridad no se basa en el tamaño de mis bubis"

La popularidad de la costarricense Mimi Ortiz ha aumentado considerablemente a raíz de su noviazgo con el bailarín español Toni Costa.

Si bien ya era un rostro conocido en su país de origen –en Instagram cuenta con algo más de 300 mil seguidores–, la influencer ha visto en las últimas semanas cómo su nombre ha acaparado un sinfín de titulares en diferentes medios de comunicación internacionales debido a su relación sentimental con el ex de Adamari López.

Los que conocen a Mimi desde hace tiempo saben que no siempre sus senos fueron así. La influencer decidió en su día ponerse implantes, mismos que se quitó años más tarde.

“Me puse senos para ganar más dinero cuando me dedicaba a modelar. Antes muchas marcas solo contrataban a mujeres voluptuosas. Para poder tener más trabajo, sí o sí los implantes eran un requisito. Me operé por esa razón. Hoy mis ingresos no dependen de eso y por tanto ya no lo veo necesario”, confesó el año pasado a través de sus redes sociales, según recoge el medio local La teja.

Hoy la novia de Toni se siente “libre”, “feliz” y “segura” sin “ese par de pelotas”.

"Mi seguridad no se basa en el tamaño de mis bubis. Se basa en el amor que tengo de cada pedacito mío”, dejó claro en una reciente dinámica de preguntas y respuestas que llevó a cabo desde sus historias de Instagram. “Hay una búsqueda desesperada por lucir perfecta según estándares puestos en la sociedad. Y esa búsqueda nace de la desconexión y falta de amor propio real. Miran dentro y le dan más importancia a su físico que a su corazón y a su mente”.

Mimi reconoció que “no siempre fue así”. “Tuve que pasar por ciertas pruebas que me llevaron a valorar otras cosas en mí y ese valor le quitó importancia al tamaño de mis bubis”, se sinceró.

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La influencer ha pasado por varios cambios físicos a lo largo de su vida y cada uno le ha enseñado a amarse y a respetarse más.

“Cada una de mis versiones la amo, cada una me enseñó a amarme y respetarme más, cada una me hizo amar y odiar partes de mí”, apuntó. “Pero lo que no me gusta lo cambio con trabajo constante (no con queja) y no permito que ninguna excusa se interponga en el camino hacia mis metas”. 

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