La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se querella contra el cantante de Placebo por llamarla 'fascista' y 'racista' en un concierto en Turín

Brian Molko, cantante de Placebo, en un concierto del año pasado en Oslo (Noruega) credit:Bang Showbiz
Brian Molko, cantante de Placebo, en un concierto del año pasado en Oslo (Noruega) credit:Bang Showbiz

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, no ha tardado en tomar medidas legales contra el cantante Brian Molko, líder de la banda de rock Placebo, por los insultos que éste le dirigió en un concierto reciente en Turín. En un momento de su actuación en el marco del Sonic Park Festival, celebrado a las afueras de la capital del Piamonte, el artista belga tomó el micrófono y, en perfecto italiano, le dedicó a la dirigente de extrema derecha unos calificativos nada amables.

"Giorgia Meloni, pedazo de mi****, fascista, racista", le espetó no sin antes pedir a su público que no grabara con sus móviles lo que se disponía a hacer. Por desgracia para él, las redes sociales se vieron inundadas, en cuestión de minutos, de vídeos que daban cuenta de ese gesto: la polémica está servida.

La fiscalía ha abierto directamente una investigación para determinar si Molko cometió un delito de difamación contra las altas instituciones del estado, que en Italia están fuertemente penadas. Si se atenta públicamente contra el honor del gobierno, el parlamento, la presidencia de la república o el ejército, el código penal del país prevé multas que podrían alcanzar los 5.000 euros.

Por si eso no fuera suficiente, la prensa italiana asegura que, de forma paralela a las acciones de la fiscalía, Giorgia Meloni ha optado por presentar su propia querella. En ese sentido, la ley establece que dañar la reputación de otros por cualquier medio de difusión puede castigarse con penas de hasta un año en prisión y multas de hasta 1.032 euros.

Esta no es la primera vez que la jefa del ejecutivo italiano recurre a los tribunales cuando estima que las críticas hacia su gestión cruzan la delgada línea que las separa del ataque personal. El año pasado, Meloni se querelló contra dos periodistas a los que acusaba de haberla calumniado y, de forma más reciente, hizo lo propio con el famoso escritor y ensayista Roberto Saviano. El autor había denunciado públicamente las agresivas políticas del nuevo ejecutivo contra la inmigración ilegal, que a su juicio vulneraban derechos fundamentales.