Mónica Noguera y la triste anécdota de Luis Miguel que revela los anhelos de su infancia

Mónica Noguera fue amiga y vecina de Luis Miguel durante su infancia al sur de CDMX. (Photo by Jaime Nogales/Medios y Media/Getty Images)
Mónica Noguera fue amiga y vecina de Luis Miguel durante su infancia al sur de CDMX. (Photo by Jaime Nogales/Medios y Media/Getty Images)

Pasan los años y Luis Miguel continúa siendo un personaje del que poco a poco se revelan misterios en voz de otros. Una de las etapas de su vida que más curiosidad despierta es su infancia, y sobre ese periodo Mónica Noguera ha compartido anécdotas que permiten vislumbrar cómo era el alma infantil del intérprete durante la transición a la adolescencia.

En 1982 firmó su primer contrato con la disquera EMI para lanzar el álbum 1+1=2 enamorados. El acuerdo comercial impulsó a la familia para dejar de vivir en la casa que les prestó el actor Andrés García en San Jerónimo y pudieran rentar una vivienda en Jardines de Coyoacán, colonia a la que se mudaron en ese momento.

Fue un éxito el lanzamiento del disco. El cantante de inmediato se convirtió en un fenómeno. Para aprovechar la fama del chico, Luisito Rey saturó la agenda de su hijo con presentaciones, entrevistas y firmas de autógrafos. Durante esos meses de mudanza y proyección artística Luis Miguel cumplió 12 años, es decir, dejó atrás la infancia para empezar a ser adolescente.

En ese pasaje transitorio de su vida logró hacerse de amigos de su edad en la colonia. Una de las niñas con quien hizo amistad fue Mónica Noguera, su vecina. "Luis Miguel estaba viviendo atrás. Cumplió 12 años, era nuestro vecino. Sacó su disco y empezó con las fans, su padre se lo llevaba para todos lados", cuenta la conductora en el programa Montse y Joe de Unicable.

Cuando Luisito Rey le permitía descanso a su hijo, el chico disfrutaba de salir a jugar con sus amigos en los alrededores de la colonia. Pero cuando se volvió famoso empezó a trabajar más de lo debido y tenía menos tiempo para divertirse. Eso no lo dimensionaron los otros niños, quienes le pedían que cantara cuando lograba reunirse con ellos en sus ratos libres, situación que enojaba a Luis Miguel.

"Me acuerdo que les decíamos muchos 'canta, canta, canta'. Todos los que estábamos ahí. Y nos decía 'no, no estoy trabajando, por favor, ¡déjenme! No estoy trabajando'. Creo que éramos medio buleadores. Él se sentaba y nos decía que 'no estoy trabajando ahorita, por favor'".

Lejos de la fama, el cantante sólo quería ser un niño más. Fuera de los estudios de grabación y los escenarios donde se presentaba, únicamente pensaba en juntarse con su "pandilla" para entretenerse con las diversiones y juegos que se estilaban en ese entonces. No quería saber absolutamente nada con relación a la música.

En aquella época la Ciudad de México era una urbe en la cual todavía se podía jugar en la calle. Era común ver a niños y niñas en bicicleta, jugando fútbol, ‘encantados’, ‘las traes’ y ‘avioncito’ en parques públicos y arterias viales estrechas. Pero a él lo que le encantaba era andar en patines. “Le gustaba mucho patinar. Nos íbamos a patinar por toda la colonia”, describe Mónica Noguera.

Previo a la mudanza que la familia Rey Basteri hizo hacia Lomas de Chapultepec, la vivienda de Luis Miguel en Jardines de Coyoacán empezó a ser visitada y rodeada por fans del joven artista. Para esconderse y huir de ese acoso que vivía, el muchacho se subía a la azotea para recostarse y mirar al cielo mientras se iba la gente. Eso lo notaba la mamá de la conductora desde su hogar.

En el espacio de ¡Qué chulada! Noguera también regresó al pasado para mencionar que las tardes de juego en la colonia le permitieron observar con atención a Marcela Basteri paseando con sus otros dos hijos, Alejandro y Sergio: "Marcela siempre estaba sola porque Luisito Rey se llevaba a Luis Miguel a trabajar".

Ver al intérprete patinando es el último recuerdo que la conductora tiene de ‘El Sol’ siendo niño. Luego de eso no volvieron a verse hasta que ambos ya tenían una carrera hecha en sus respectivos medios. Eso ocurrió cuando ella conducía el programa Al fin de semana y lo entrevistó como parte de su oficio, pero no hablaron de la infancia.

Noguera conoció en vivo a un Luis Miguel que sólo deseaba ser un niño entreteniéndose con actividades comunes y disgustado de que sus amigos lo trataran como un cantante juvenil exitoso. Alcanzó a conocer la personalidad de una estrella que con el tiempo se volvió retraída, selecta, de mucha secrecía, celoso de su privacidad.

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