La muerte inexplicable de Natalie Wood no termina de quedar clara

Han pasado más de cuatro décadas desde que Natalie Wood desapareciera sin explicación del barco donde navegaba con su marido Robert Wagner y su amigo Christopher Walken, para ser encontrada sin vida la mañana siguiente en la costa de la isla Santa Catalina (California, Estados Unidos). Tenía 43 años y una carrera prodigiosa desde su infancia gracias a clásicos familiares como De ilusión también se vive (1947), pero también éxitos inolvidables, desde West Side Story (1961) a Rebelde sin causa (1955) o Esplendor en la hierba (1961).

Y a pesar de reabrirse la investigación en 2011, la policía de Los Ángeles no termina de aclarar qué fue lo que pasó aquella noche de noviembre de 1981.

La actriz Natalie Wood fotografiada en 1979. (Photo by Jack Mitchell/Getty Images)
La actriz Natalie Wood fotografiada en 1979. (Photo by Jack Mitchell/Getty Images)

Fue una muerte rodeada de misteriosas circunstancias. Y todavía, 40 años más tarde, seguimos sin saber cómo terminó en el agua junto a un bote inflable, con moretones en el cuerpo y una abrasión en la mejilla izquierda. Por aquel entonces, el forense del condado dictaminó que la causa de la muerte había sido por ahogamiento accidental e hipotermia, mientras que en 2012 se cambió a “ahogamiento y otros factores indeterminados”. Sin embargo, muchas incógnitas quedaron en el aire, derivando en una nueva investigación que en 2018 señaló al marido como “persona de interés”.

El detective asignado, que se jubiló el pasado mes de marzo, así lo decidió a raíz de nuevas declaraciones. Sobre todo la del capitán del yate, el Splendour -Dennis Davern- que cambió su testimonio en 2011 asegurando que había mentido a la policía en un principio, testificando décadas más tarde que sí había oído a la pareja discutir antes de la desaparición. Según él, Wood había estado coqueteando con Walken -su compañero de reparto en la película que estaban filmando juntos y de la que se habían tomado un descanso aquel fin de semana de Acción de Gracias- y Wagner se puso celoso y enfureció. Pero las dudas que cuestionan cómo llegó Natalie Wood al mar sin que nadie se percatara, cuando no sabía nadar y le tenía pavor al agua, es lo que ha intrigado al caso (vía Telegraph). Luego, en 2018, uno de los investigadores, el teniente John Corina, dijo a CBS que tenían dos testigos que aseguraban haber oído ruidos provenientes del barco y de ver a un hombre y una mujer discutiendo en la popa (vía New York Times).

Mientras tanto, la hermana de la actriz, Lana Wood, siempre mantuvo sus sospechas sobre Wagner, asegurando a The Post en 2021 que no creía que había sido algo “premeditado”, pero que igualmente seguía convencida de que él era el responsable. Por su parte, el actor siempre negó haber estado implicado en el fallecimiento.

Sin embargo, cuatro años después de que la policía lo implicara han eliminado su nombre de la lista y el misterio vuelve al punto de partida. “Todas las pistas en el caso de Natalie Wood se han agotado, y el caso sigue estando abierto y sin resolver”, dijo el teniente Hugo Reynaga a Page Six recientemente. “Si surgen pistas adicionales en el futuro, que aún no han sido investigadas, el caso será reasignado a un detective para investigarlas” aseguró.

Robert Wagner y Natalie Wood durante la 38ª Entrega Anual de los Globos de Oro en el Beverly Hilton Hotel de Beverly Hills, California, Estados Unidos. (Photo by Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)
Robert Wagner y Natalie Wood durante la 38ª Entrega Anual de los Globos de Oro en el Beverly Hilton Hotel de Beverly Hills, California, Estados Unidos. (Photo by Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)

Y así, tal y como hizo el paso del tiempo hasta ahora, la incógnita se mantiene como un sinónimo trágico del nombre de Natalie Wood. Después de todo, la historia de su muerte recorrió el mundo con un sinfín de titulares, mientras los tabloides de la época implicaban a su marido y surgían todo tipo de teorías y sospechas. Aquella tragedia marcó una pérdida imborrable para la familia de la actriz y sus amigos, pero sobre todo relegó el recuerdo artístico de Natalie a un segundo plano a pesar de contar con un legado cinematográfico admirable tras 38 años haciendo cine.

Hija de padres rusos, Natalie Wood comenzó a actuar de pura casualidad a los 4 años cuando se topó junto a su madre con un rodaje cerca de su casa, consiguiendo un papel pequeño en una secuencia. Irving Pichel, el director que le dio aquella oportunidad, no la había olvidado y un año más tarde la convocaba para que hiciera una prueba de cámara consiguiendo un papel junto a Orson Welles en Mañana es vivir (1946). Un año más tarde su madre firmaba un contrato con 20th Century Fox y protagonizaba su primera película, uno de los clásicos navideños por excelencia, Milagro en la ciudad (1947). Y desde ese momento su popularidad subió como la espuma.

El tiempo pasó y su carrera floreció, llegando a competir con Elizabeth Taylor por el título de la estrella más popular de Hollywood, trabajando duro para distanciarse de la imagen infantil que había fomentado su fama repentina. Gracias a Rebelde sin causa, el clásico que protagonizó junto a James Dean, descubrió que quería dedicarse a la actuación por deseo propio y no por la presión de su madre y así, con Esplendor en la hierba (1961), consagró la transición adulta que tanto deseaba. Tenía 23 años y había conseguido algo imposible en Hollywood: convencer al estudio que cambiara su contrato y a partir de ese momento eligiera con libertad qué películas haría. West side story fue la primera de ese nuevo acuerdo.

A los 25 años ya había sido nominada al Óscar en tres ocasiones -aunque nunca lo ganó- y a lo largo de su carrera luchó por la igualdad salarial como mujer, elegía personajes independientes con diferentes capas dramáticas alejándose siempre de la compañera femenina de turno.

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Sin embargo, no todo fue de color de rosa. Un documental de HBO titulado Natalie Wood: entre bambalinas, menciona un intento de suicidio que vivió durante el rodaje de La carrera del siglo (1965) y su tratamiento con el psicoanálisis, mientras que su relación con Wagner tampoco fue de telenovela. En realidad, se casaron en dos ocasiones, primero en 1957 llegando al divorcio cinco años más tarde, y luego en 1972. Tuvieron dos hijas.

En ese mismo documental, Richard Wagner plasma su recuerdo de la noche del fatídico suceso. Lo hace con la voz temblorosa y lágrimas en los ojos, contando lo mismo que dijo muchas veces. Que la discusión fue entre él y Christopher Walken. Habían tomado de más y discutían sobre qué era lo mejor para Natalie. La conversación se fue acalorando y Wagner rompió una botella de vino sobre una mesa. Ironías del destino que una mujer que representaba la independencia en Hollywood, tuviera dos hombres discutiendo sobre lo mejor para su vida.

Ella se había ido a dormir al camarote y jamás escucharon que saliera. Fue cuando su marido bajó al cuarto que se dio cuenta que no estaba. Horas más tarde la guardia costera encontraba su cuerpo y lo que vino a continuación fue un frenesí mediático que persiguió a toda la familia durante mucho tiempo.

Wagner y sus hijos creen que Natalie se levantó a atar el barco de goma más cerca del yate, se resbaló, se golpeó y cayó al agua. Así, sin más. Una tragedia de la que ellos quieren pasar página recordándola como la mujer que fue, marcando diferencia, viviendo al máximo y siempre adelantada a su tiempo. Una mujer con una luz especial. Y quizás es hora de aceptar que nunca terminaremos de saber a ciencia cierta que sucedió aquella noche.

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