Muhammad Ali: Motivación y mente positiva

Nada puede causar mayor confusión o desconcierto que un hecho casual, fortuito. Los seres humanos en su gran mayoría no estamos preparados para reaccionar ante situaciones inesperadas. El factor sorpresa es el que nos hace reaccionar, a veces de manera positiva y otras en forma negativa, impidiendo de que esa ocasión eventual pueda transformarse en una oportunidad.

¿Por qué se torna difícil conseguir lo que quiero? Probablemente porque solo leo la parte negativa y no lo positivo. Por eso, es crítico lograr transformar lo negativo en positivo, para crecer como personas. Únicamente de este modo se solucionan los problemas y se alcanzan las metas.

Muhammad Ali, quizás el deportista más carismático del siglo XX, un hombre que se reinventó varias veces a sí mismo, murió este viernes en un hospital en Phoenix, Arizona. La última batalla de una de las más espectaculares carreras dentro del mundo del boxeo, la dio contra la enfermedad de Parkinson, un desorden del sistema nervioso que afecta al movimiento. Ali llevaba 32 años combatiendo contra ese desleal contrincante.

Su vida estuvo repleta de estos desafíos, momentos en los que, para sobrevivir, era indispensable saber transformar lo negativo en positivo. Toda situación imprevista, lleva aparejado siempre un miedo al nuevo escenario, a no ser capaz de afrontar la crisis, a defraudar a los demás, a quedarse solo, a quedar en ridículo, etc.

A los 12 años, el preadolescente por entonces llamado Cassius Marcellus Clay Jr., fue víctima de un robo que le cambió la vida. Su amada bicicleta de 60 dólares desapareció mientras él y un amigo intentaban conseguir helados gratis a la salida de un evento. Cassius bajó indignado y lloroso hasta el subsuelo del edificio donde Joe Marti, un expolicía que regenteaba un gimnasio, le puso atención. El joven Clay reclamaba la inmediata búsqueda de la bicicleta robada y advertía que, cuando encontrara al ladrón, le daría una golpiza que jamás olvidaría. Martin le preguntó si sabía pelear. Cuando la furiosa víctima dijo que no, le aconsejó que fuera al gimnasio a aprender a boxear. Así, del modo menos pensado, empezó todo, un día de octubre de 1954.

Nadie sabía en ese entonces que ese niño negro golpeado por las humillaciones cotidianas de la segregación, criado en un mundo en el que los miembros de su raza debían obedecer y evitar los conflictos, un día se proclamaría, a los 22 años como Campeón Mundial de Pesos Pesados.

Su carrera se basó en la motivación, que nunca es un factor externo sino que es un componente interno. El motivo es el motor que mueve a la acción, el incentivo personal que lleva al cumplimiento de metas. Transformar lo negativo en positivo no es más que un ejercicio mental que depende de cada persona. Todo el mundo está capacitado para hacerlo: se trata de dar un paso hacia adelante cuando se piensa que no hay más camino por andar.

Muhammad Alí, supo hacerlo. Desde ese hecho originario, como fuera el robo providencial de su bicicleta. El 17 de enero de 2002 se multiplicaron los homenajes en el mundo entero con motivo de su 60° cumpleaños. Entonces, el CMB (Consejo Mundial de Boxeo) declaró esa fecha, “Día Mundial del Boxeo”.

Todos los fenómenos o hechos inesperados se convierten en momentos de verdad en los seres humanos y están sujetos a una reacción propia del temperamento y carácter de cada uno…

El funeral de la leyenda del boxeo Muhammad Ali, el mejor de todos los tiempos, tendrá lugar el viernes 10 de junio en su ciudad natal: Louiseville, Kentucky.