Una multitud disfrutó de la apertura de Ciudad Emergente

En la esquina de Caffarena y Pedro de Mendoza, una centennial arco iris sostiene un cartel rústico de Bhavi pintado con un marcador negro. Todavía falta para que toque este nuevo ídolo del trap junto a Jimena Barón. Sobre el escenario están cantando Emme y Emmanuel Horvilleur una buena versión de "El centro de tu corazón", una canción de Fito Páez de su disco Naturaleza sangre. Es una de las tantas duplas artísticas que se cruzarán en la apertura de la 12 edición del festival Ciudad Emergente, que continuará hasta el domingo con recitales de 130 bandas, múltiples espacios con más de 450 actividades.

En pequeños bloques de dos o tres canciones pasarán desde las 18 y hasta pasadas las 21, Lula Bertoldi y Nico Sorín, Coti y Francisca Valenzuela, Fede Berdullas de SER y Paty Cantú, Mono de Kapanga y Natalie Pérez, Nahuel Pennisi y Andrés Giménez, Jimena Barón y Bavhi, Bambi y Silvina Moreno, Dante Spinetta y NeoPistea, Walas y Leo García, MYA y Agustín Casanova, Dak1llah y Emanero. Un cruce de estilos que funciona como un zapping musical donde el público puede saltar sin problemas de la canción pop al reggaetón y del trap al rock.

Los que no quieren música solamente pueden recorrer los diferentes espacios. El público combate el frío haciendo deportes debajo de la autopista en las canchas de basket, jugando al ping pong, o haciendo duelos de fútbol tenis. También se refugia en los containers, que funcionan como salas para las obras de Microteatro, un formato con piezas de quince minutos.

La Usina del Arte es otro de los epicentros del festival, organizado por el Gobierno de la Ciudad, que está tomado en su planta alta por la tecnología. Allí los chicos pueden jugar con una mesa DJ o aprender los primeros tips para hacer visuales en vivo. Los gammers tienen hasta su propia sala de juegos en red, donde se incluyen juegos interactivos para tocar guitarras y baterías.

El Festival propone perderse por los diferentes espacios. Sobre la calle Benito Perez Galdós esta el ring con las nuevas tendencias urbanas. Por ahí pasa el auténtico semillero del rap. Una joyita del festival, donde las promesas del trap pueden foguearse en vivo. Trepados al escenario están Rogli y su compañero Keyl. Prenden fuego su set con un trap hardcore. Los graves golpean fuerte en el pecho. "Los dos somos de City Bell y esta es nuestra primera experiencia grande. Una cosa es cantar en tu casa y otra es cantar frente a la gente".

Uno tiene el look de Duki, que ya es una referencia del género y el otro recuerda a Malajunta, otro rapero auténtico de la provincia. Tienen 16 y 19 años. "Nos apoyamos mutuamente. Este es show de Rogli, pero le vengo a hacer el aguante", dice Keyl, un peso pluma del trap conurbano. Con más escenario y pisando fuerte en la escena aparece Neo Pistea que sube junto a Dante Spinetta para cruzar trap, reggaetón y autotune en el hit "No sigas". Neo parece un Tupac Shakur del conurbano. Dante luce cómodo en su rol de padrino de esta nueva escena.

Cuando terminan se escucha la voz de Leo García del otro escenario. "Vengan que acá no hay autotune. Hay rocanrol". Con Wallas de Massacre cantan a dúo "Tanto amor" y una que saben todos "Canción animal", justo el mismo el día del anuncio del regreso de Soda Stéreo. El recorrido no permite detenerse y un grupo de bailarines irrumpe con una serie de hits para contagiar el baile entre la gente. En otra esquina un grupito canta cumbias en un karaoke y unos niños practican slakcline, haciendo equilibrio sobre una cinta. En el cine pasan los documentales de NatGeo sobre Cerati, Charly García y Spinetta. Todo sucede al mismo tiempo en esos 20 mil metros cuadrados tomados por el festival. La próxima sorpresa puede estar a la vuelta de la esquina.